Vemos violencia en todo el orbe. ¿Pandemia o imprudencia social?

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Jesús M. Moreno Mejía.

“La violencia es (y será)
el enemigo del progreso”.
Anatole France.

Donald Trump.
Principal promotor de los brotes de violencia, mediante los sistemas de Golpe de Estado, apoyo a grupos políticos, particularmente cuando el país tiene recursos naturales de su interés.

La violencia que conlleva a la muerte siempre ha existido en todos los seres vivos, incluyendo obviamente al hombre, sin embargo los animales salvajes lo hacen para saciar su hambre, dentro de lo que conocemos como la cadena alimenticia.

El ser humano, en cambio, no sólo caza para su manutención, sino agregándole otros motivos para matar, incluyendo a sus congéneres: la ira, la ambición, la venganza, y un largo etcétera.

Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos y la globalización, es fácil enterarnos que existen hechos violentos diariamente en todas las regiones de los cinco continentes.

La violencia ocurre a nivel familiar o grupal, ya sea por una simple desavenencia interpersonal, por problemas políticos, religiosos, étnicos, e incluso deportivos o de sexo.

De lo anterior surge una pandemia de rebeliones sociales en casi todos los países del orbe, con objetivos y fines diversos, como ocurre en el hemisferio sur de América en Bolivia, Chile, Colombia, Nicaragua, Perú, etc., pero también sucede en Francia, Hong Kong e igualmente en nuestro país.
En el primer caso la problemática político-social acontece lo mismo con gobiernos de izquierda, derecha o de cualquier otra ideología, como pasa en nuestro país, afortunadamente no tan graves (hasta el momento), pero aun así con cierta violencia.

Si bien cada gobierno es responsable de la paz social de su nación, lo cierto es que también se recibe la influencia del exterior, como ocurre con los líderes de las grandes potencias, ya sea del mundo capitalista como de los socialistas (antes comunistas).

En la actualidad, se considera al presidente estadounidense, Donald Trump, como el principal promotor de los brotes de violencia, mediante el sistema de Golpe de Estado, haya o no descontento popular en el país. Pero también lo hace por otros medios, ya sea mediante el apoyo a grupos que supuestamente combaten a terroristas, pero teniendo siempre un propósito de fondo, particularmente cuando se trata de naciones con yacimientos de metales, petróleo o cualquier otro recurso natural del lugar.

Para el logro de sus propósitos, amenaza con imponer sanciones de tipo económico y financiero al país que tiene “en la mira”, o bien ofrecien- do apoyos al combate del crimen organizado (a cuyos grupos EUA suministra armas), incitando con ello a más violencia pues uno de sus principales negocios son la venta de toda clase de armas de fuego.

Sin embargo no todos le siguen el juego a Trump, como ya ha venido ocurriendo con China, India, Irán, Rusia, Siria, Turquía y hasta la propia Comunidad Económica Europea.

Otro factor que propicia la violencia en la actualidad son las llamadas redes sociales, mediante noticias falsas (identificadas como “Fake News”), que son utilizadas para soliviantar violencia en los ánimos de la gente que las lee y las considera como ciertas.

Esa metodología propicia que la sociedad se polarice, pues la mayoría de la gente toma uno u otro bando, y con ello empieza un conflicto que en ocasiones raya en enfrentamientos entre miembros de una sociedad que vivía en la tranquilidad.

Y es que quienes tienen dominio pleno de las redes sociales, utilizan todo tipo de herramientas y sistemas de comunicación virtuales, mediante las cuales realizan amenazas, hostigamiento u ocasionan un ambiente de miedo en todos los sectores sociales que utilizan sus celulares, tabletas o computadoras, a un grado tal que, incluso, llegan a ser víctimas de robo de datos personales, mediante falsas identidades, e incluso hasta ir a una real vigilancia del usuario.

Porque existen grupos políticos que hacen esfuerzos para catequizar a la población a favor de tal o cual partido u organización política, a través de las redes sociales, generando falacias y alteran- do fotografías, para hacer quedar mal a determinados personajes del mundo político o de la iniciativa privada, según se trate. Lo peor es que logran su propósito y en consecuencia se inicia un conflicto social, donde no lo había.

Desde tiempos de Aristóteles, se advertía que la prudencia es una virtud que implica templan- za, cautela, moderación, sensatez y buen juicio, para el logro de grandes empresas que beneficien a la sociedad, señala con acierto el editorialista Luis Alberto Vázquez Álvarez.

Entonces ¿nos estará faltando prudencia para no caer en engaños de todo tipo de individuos que utilizan todo tipo de herramientas y sistemas de control para caer en una violencia generalizada, que cunde por todas partes, a manera de pande- mia? Seamos sensatos; razonemos primero.
De todo lo anterior, amable lector, ¿usted qué piensa? ¡Hasta la próxima!