Rufino Rodríguez Garza.
A la memoria de Javier Villarreal Lozano.
Domingo 1 de noviembre del 2020, tenemos proyectada una salida con Francisco Patiño a Gavillero y Jamoncillos, puntual el Dr. Patiño pasa a las 6:30 A.m. partiendo del Seguro Social, encaminándonos para llegar al sitio llamado El Gavillero.
Pasamos primero por el sitio que se llama La Puerta a las 7:30 de la mañana; ya listos con las mochilas cargadas para salir a nuestra aventura. El sitio es nuevo para Patiño y muy conocido por un servidor, él sólo conocía Narígua y creo que solo algunas partes de ese lugar; de igual forma conocía también solo una parte del Mogote.
Saludamos a nuestro paso a gente del Gavillero y empezamos a revisar el sitio con orientación de oriente a poniente; destacan los grabados de un par de pavos o guajolotes; hasta donde sé serían los únicos representados en forma de grabado en la región, pues solo en Ocampo y Acebuches los podemos encontrar, éstos se ubican también, pero están pintados. Aquí son dos grabados muy estilizados y esquematizados.
En un principio dichos grabados fueron observados por el profesor Claudio de León quién me paso la referencia y me avoqué a la búsqueda de los mismos; después de una prolongada búsqueda los encontré en el sitio como ya lo he mencionado en algunas notas o artículos antes publicados. Dichos grabados tendrán espacio en mi próximo libro en el apartado de las aves.
En este sitio también aparecen huellas de venado, pero curiosamente no encontramos astas; además es uno de los últimos lugares donde podemos observar fauna, es decir que conforme se avanza hacia el poniente del Estado, es decir hacia Torreón desaparecen representaciones naturistas de fauna.
Es extraño pues la fauna es y era la misma que ha existido hacia el oriente de la entidad, no que los naturales no conocieran las aves mamíferos o reptiles entre tanto grabado, lo que puedo imaginar es que pudieron haber sido representados por la gráfica geométrica y de seguro ahí está una representación artística o fantástica que no lograron clasificar; pero de qué se trata de la misma fauna no hay duda.
El amigo que me acompaña es médico jubilado, pero hace aproximadamente 30 años después y ya entrado en años, se inscribió en la Escuela de Arqueología de San Luis Potosí cursando casi en su totalidad las asignaturas, pero a punto de egresar tuvo problemas cardiacos y ya no pudo concluir su nueva carrera.
Al Dr. Patiño lo conocí hace 2 años cuando me tocó dar una charla de arqueología de Coahuila y además de la presentación de mi libro Coahuila Indígena; después nos hemos encontrado en congresos nacionales referentes al tema del Arte Rupestre en México.
En esta salida disfrutamos del sitio El Gavillero al igual que Jamoncillos, ubicados ambos en el municipio de General Cepeda, donde compartimos el gusto por el arte rupestre; dicho lo anterior seguiré anotando los encuentros de este mágico lugar.
Un motivo que llama la atención es la representación de figuras antropomorfas, unas muy esquematizadas, pero otras (pensamos el doctor y yo) pudieran tratarse de grabados históricos hechos por los recién llegados tlaxcaltecas. Estas figuras son de una exquisitez a toda prueba, pues en algunas figuras se les pueden observar hasta los dedos de la mano; a su vez tiene una especie de tocado en su cabellera como un sombrero. Se repite en lugares no muy lejanos unos cuatro kilómetros a la redonda.
Al sur de la loma y dividido por un arroyo está otro interesante lugar al que nos interesa llegar y que se llama Jamoncillos.
Este lugar es de suma importancia porque allí se localiza una gran representación de fauna tanto de venados, de bisontes, así como de osos. Todo grabado se trata de huellas de estos animales, destacan las de oso tanto las patas delanteras como algunas de las traseras; en algunas de las rocas se contabilizan hasta 6 de estas improntas. Estas son muy claras y no se repiten en otros lugares de Coahuila.
Por otra parte, están las huellas de bisontes, animales que en épocas pasadas por aquí pastaban hasta principios del siglo XIX. Animales de los que se aprovechaba carne, pieles, tendones y huesos. Algunos amigos que han estado visitando este sitio concuerdan con que aquí se producían ritos propiciatorios y de sanación.
El agua fue permanente, hasta la fecha de Arroyo de Patos ayuda con la existencia del vital líquido, pues emergen ojos de agua en varias partes del Arroyo.
Otros elementos que observamos son símbolos astronómicos, los que creemos se relacionaban con el sol, la luna y planetas varios, tales como Venus.
A lo lejos se contempla el cerro llamado La Cebolleta que sirvió de referente para sus travesías y sus salidas para cazar o para reuniones periódicas como lo eran los mitotes.
También podemos afirmar que en este interesante lugar hay grabados que nos recuerdan la llegada de indios de las llanuras del norte como pudieron ser los Hopis, Apaches, Lipanes y otras etnias que llegaron hasta estos lejanos territorios.
Hacemos la referencia porque más de uno de los antropomorfos del lugar tienen un tocado que los hacen diferentes a lo que grabaron los nativos locales. Más tarde llegarán los Tlaxcaltecas que en su afán de pertenencia también grabaron lo propio y aquí hay pruebas de lo que planteó y expongo.
El sincretismo es la mezcla de juntar creencias propias de los Cazadores Recolectores y de los españoles evangelizados, así como de los recién llegados allá por el siglo XVI los tlaxcaltecas que fueron traídos para ayudar a la pacificación y asentamiento de los naturales.
El vandalismo es poco, aunque empalmaron recuerdos en grabados de cierta importancia. Otros grabados que se observan son abstractos y los que consideramos cuentas calendáricas.
El sitio es importante tanto para fauna representada como por todo lo que se refiere a un sitio de importancia.
El sitio es importante tanto para fauna representada como por todo lo que se refiere a un sitio de importancia.
[rl_gallery id="13020"]