Mis sexenios (37) El “triunfo” de Rosendo Villarreal

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José Guadalupe Robledo Guerrero.

         En agosto de 1990, a unas semanas de las elecciones, estaba claro que Abraham Cepeda Izaguirre sería el candidato del PRI a la alcaldía de Saltillo apoyado por Mario Eulalio Gutiérrez, debido a que “El Amarrado”, Francisco de la Peña Dávila, había sido eliminado por la denuncia de corrupción que hizo Francisco Navarro Montenegro en el Congreso de la Unión.

A Abraham Cepeda de poco le sirvió ser el candidato priista, pues perdió ante la concertacesión que hicieron Mendoza Berrueto y los López del Bosque, para que el candidato panista Rosendo Villarreal consiguiera el triunfo electoral sin mayor esfuerzo. El panista presidente del PRI estatal, Higinio González Calderón, operó la derrota de Abraham Cepeda Izaguirre. Después se supo que Abraham Cepeda recibió tres millones de pesos, para que participara como candidato priista en una elección perdida de antemano.

Abraham Cepeda recibió tres millones de pesos, para que participara como candidato priista en una elección perdida de antemano.

Por ese entonces sufrí la primera agresión del “gobierno” mendocista, cuando ladrones profesionales enviados desde el Palacio Rosa se metieron a mi casa a robar un lote de joyas de oro que vendíamos para sobrevivir. De nada sirvió que denunciáramos el robo, los ladrones habían sido de los mismos.

A mediados de agosto, entrevisté al candidato panista Rosendo Villarreal. Allí conocí su slogan de campaña: “Vamos juntos a rescatar Saltillo”. Otra de sus respuestas fue de antología: “Yo no violaría los principios cristianos, pues para mí la religión está por encima de la política”.

En la entrevista, Rosendo justificó su nueva faceta de político aldeano, y señaló lo que era vox populi: “Se ha perdido totalmente la confianza en las autoridades”. “El PRI está lleno de ataduras, compromisos y vicios”. “Estoy dispuesto a buscar el bien común con principios cristianos”.

Jaime Martínez Veloz, entonces funcionario mendocista, igual que todos los priistas, creía que Rosendo no ganaría las elecciones, porque ignoraba que su patrón Eliseo ya había concertacesionado la Alcaldía de Saltillo con Javier López del Bosque.

Mientras tanto, el alcalde interino Mario Eulalio Gutiérrez, sufría las penurias de la falta de recursos en el municipio, y para salir de los problemas más apremiantes, el dócil cabildo le autorizó un préstamo bancario de cuatro millones de pesos. Este nuevo préstamo, elevaba la deuda municipal a 29 millones de pesos, lo que representaba una enorme carga.

Poco antes de que Rosendo Villarreal fuera candidato del PAN, los diputados federales panistas amenazaron a Mendoza Berrueto con solicitar un juicio político en su contra, pero nunca cumplieron su amenaza, la cual se les olvidó cuando Rosendo fue convertido en candidato a alcalde de Saltillo. Era claro que EMB negoció la alcaldía a cambio de que no solicitaran el juicio político.

Rosendo Villarreal Dávila
“Yo no violaría los principios cristianos, pues para mí la religión está por encima de la política”.

Abraham Cepeda y Carlos Román Cepeda son descendientes del ex gobernador Román Cepeda, quien se destacó como un gran ladrón. Algún día le pregunté a Flores Tapia quién había sido a su juicio el gobernador más deshonesto (OFT aborrecía la palabra corrupto), y sin pensarlo me dijo: Román Cepeda. Y decirlo él, representaba mucho.

Como era de suponerse, Rosendo Villarreal Dávila ganó las elecciones de Presidente Municipal de Saltillo con 18,850 votos, y Abraham Cepeda Izaguirre perdió ante el panista por una diferencia de 750 votos. La concertacesión de Eliseo con Javier López del Bosque había tenido éxito.

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          Por esos días reportaban desde Chihuahua a otro indeseable: Rodrigo Sarmiento Valtier. En ese entonces era director del Vanguardia de Chihuahua, que tuvo una corta vida, porque las autoridades chihuahuenses lo acusaron de extorsión.

Por su otra parte, Cristina, hija del Rector Remigio Valdez Gámez y Presidenta del Voluntariado de la UAC, estrenaba nueva residencia, producto del saqueo de la Universidad. De igual manera, Mendoza Berrueto echaba la casa por la ventana en la boda de su hija Karla, mostrando que se había convertido en un magnate. 

Armín Valdez, Subprocurador y “Fiscal especial”, recibió de su patrón Eliseo un Fiat notarial en Piedras Negras, siguiendo la costumbre de pagar los servicios de los lacayos con notarías. Armín Valdez fue el encargado de aprehender al Director del Programa Tierra y Esperanza, Juan Francisco Guerrero Jiménez, quien se le “escapó” dejándole un maletín con 15 millones de pesos.

Para entonces el pleito entre el neopanista Rosendo Villarreal y el neopriista Jaime Martínez Veloz hacía crisis con acusaciones mutuas de deshonestidad, las cuales nunca fueron aclaradas ni se investigó las acusaciones que se hicieron al calor electorero.

En octubre de 1990, Mendoza Berrueto rindió su Tercer Informe de “Gobierno” sin nada qué informar y con muchos invitados especiales cuyos viáticos fueron a cargo del erario coahuilense. Entre los asistentes al informe estuvieron los dos vicegobernadores de Coahuila: Rogelio Montemayor Seguy y Hugo Andrés Araujo de la Torre, así como 17 gobernadores que se declararon “admirados” por los logros gubernamentales de su anfitrión. Con eso pagaron las atenciones de Eliseo.

El único que se salió del guión, fue el diputado panista Humberto Flores Cuéllar, que exhibió una pequeña manta en donde denunciaba la corrupción mendocista.

Luego de su Tercer Informe, Eliseo nombró como Procurador de “Justicia” a Raúl Felipe Garza Serna, quien junto con “El Tesorito” Jesús García López serían las “piedras en el zapato” de Montemayor en su camino a la gubernatura.

Para que no quedara duda que Arturo Berrueto ya no tenía influencia en el sexenio de su primo, Eliseo desapareció la Secretaría de Administración tres años después de haberla creado, cuyo titular era Luis Fernando Hernández González, cercano a Arturo Berrueto. 

En ese entonces, Federico Berrueto Pruneda, sobrino de Eliseo, le andaba vendiendo al gobierno de su tío un sistema de informática y de acción electoral, para apoderarse del PRI y de los organismos electorales. 

Federico y sus socios ya había realizado ventas millonarias. Al Congreso de la Unión le habían vendido costosos sistemas computacionales cuando su tío Eliseo fue el Presidente de la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados. Por tal motivo, Luis Aguilar, socio de Berrueto Pruneda, estaba preso en la ciudad de México acusado de evasión fiscal por más de 10 millones de pesos.

Actualmente, Federico Berrueto maneja una empresa de consultorías, encuestas, imagen, etc. denominada Gabinete de Comunicación Estratégica en donde está asociado con el zedillista Liébano Sáenz.

Luego de que Rosendo Villarreal Dávila tomó posesión como Alcalde de Saltillo su situación económica cambió gracias a la corrupción, pero continuó siendo panegirista de sus patrones y parientes políticos los López del Bosque, por tal razón se ganó el mote de “Titino”, porque a través de él hablaba Javier López del Bosque.

Años después de la Alcaldía saltillense, en su incursión en Pemex, Rosendo fue considerado un nuevo millonario, pero también un ladrón oficial.

          Con Rogelio Montemayor llegaron a Coahuila los “salinistas” que vivían en el Distrito Federal. Evaristo Pérez Arreola retornó al estado como diputado local, y a partir de diciembre de 1990 se desempeñó como Alcalde de Acuña, ostentándose como “asesor” del Presidente Salinas.

Otro de los hijos pródigos fue Óscar Pimentel González, que volvió a Coahuila como diputado federal. Por esa razón fue mal visto por los políticos lugareños. Pimentel se había ligado a Fernando Gutiérrez Barrios cuando éste fue gobernador de Veracruz, desempeñando secretario estatal en aquel estado costeño, y luego cuando Gutiérrez Barrios fue Secretario de Gobernación, Óscar fue el tesorero de esa dependencia. De allí saltó a la diputación federal por Coahuila.

Óscar Pimentel González

Pérez Arreola también era del “establo” de Gutiérrez Barrios, desde el movimiento estudiantil de 1968 se decía que Evaristo era su protegido. A Pimentel González los López del Bosque no lo aceptaban, pues según ellos era un “comunista” porque había participado en el movimiento por la autonomía de la UAC y en la huelga obrera de Cinsa-Cifunsa, cuando como estudiante representó a la UAC en el apoyo institucional al movimiento huelguista.

Arturo Berrueto González también volvió a la administración mendocista como relevo de Marcos Espinoza Flores en la Dirección de Pensiones del Gobierno del estado, misma que ya había saqueado para recuperar lo que había invertido en la campaña política de EMB. Según Marcos Espinoza, el mismo Eliseo le había autorizado apoderarse de 17 millones de pesos, de la dirección de Pensiones. 

En 1991, Rogelio Montemayor se convertiría en senador por Coahuila. Cuando era candidato a la senaduría, lo entrevisté. Sus respuestas develaron los proyectos salinistas que el próximo Congreso de la Unión atendería: “Las relaciones con el Vaticano es una decisión gubernamental”. “El comercio con Estados Unidos debe regularse equitativamente”. Esto indicaba que se restablecerían las relaciones diplomáticas con el Vaticano y que se firmaría el Tratado de Libre Comercio con nuestros vecinos del norte. También el ejido estaba en la mira de los neoliberales.

Meses después, el Presidente Salinas de Gortari reformaría el artículo 27 constitucional, que terminaba con el reparto agrario y otorgaba la propiedad de las parcelas a los ejidatarios. Esto dio pie a que la tierra productiva volviera a las manos de sus antiguos dueños: los terratenientes, ante el fracaso de la productividad colectiva.

Luego de su Tercer Informe, el Presidente Salinas también envió al Congreso de la Unión otra contrarreforma para permitir a las iglesias poseer bienes, y les otorgaba a los sacerdotes el derecho de voto.

En septiembre, denunciamos a tres corruptos funcionarios de la delegación regional de Diconsa-Conasupo en Nuevo León, militantes de la extinta Línea de Masas: Margarita del Bosque, Rodrigo Cigarroa y Juan Rafael Peña, responsables visibles de un robo o fraude millonario. Para esas fechas ya se hablaba de la corrupción de Raúl Salinas, hermano del Presidente y titular de Conasupo.

Para el Cuarto Informe de “Gobierno” de Mendoza Berrueto, en 1991, las críticas sobre la corrupción gubernamental eran el pan de cada día. Para transitar sus restantes dos años de “gobierno”, Mendoza Berrueto constituyó una “Oficina de Inteligencia” bajo las órdenes del Procurador Raúl Garza Serna, nombrando como director de esa dependencia a otro de sus sobrinos: Emilio Mendoza Kaplan. Dicha oficina tenía el objetivo de espiar y fichar a todos los personajes que no simpatizaban con el gobierno mendocista. 

(Continuará).

El robo a la Quinta Margarita…