Diciembre 2010

Recuerdos

Roberto Jaime González.
Estas líneas las dedico a dos grandes peloteros de época, considerados como dos de los más grandes en su posición, ambos cubrían el jardín central. Uno de ellos coahuilense, y aparte de ser extraordinario con el guante, también su bateo fue respetable. El otro fue un emblemático jugador de los “Diablos Rojos” y portaba en su casaca de juego su tradicional número 32.

Recuerdo una competencia deportiva de tiro del jardín central al home o pentágono, como le quiera llamar, entre estos dos prodigiosos peloteros, justo atrás de home se colocó un tambo de 200 litros en posición horizontal, y los tiros que realizaba cada uno de estos personajes, la mayoría entraban por el dichoso tambo.

Y como ya se hizo costumbre amigos, si quieren saber el nombre de estos dos jugadorazos lean la próxima edición de esta columna, a lo mejor algunas personas de la no tan vieja guardia se imaginan, saben o están seguros a quienes me refiero.

Un dato: dicen los que saben que hay dos tipos de filders: unos de oido y otros que tienen que ver si el elevado es corto o largo para ir detrás de la pelota. Los dos jugadores arriba mencionados eran filders de oido.

Y por último, disculpe si me alargué mucho, a lo largo de mi vida he jugado este bello deporte, ocupando precisamente la posición de filder, y siendo honesto el buen fildeo no ha sido mi fuerte, más bien mi debilidad como jugador, por lo regular cuando atrapo un elevado tengo que hacer peripecias y malabares, pero qué creen mis pacientes lectores, hace apenas un mes me dí cuenta el por qué de mis fallas a la hora de ir tras un elevado, fui con el otorrino y tengo problemas, aunque no severos, de sordera, y da la casualidad que siempre he sido un filder de oido.

rojago_5@hotmail.com