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Abril 18, 2010
Abril 2010, No. 253

Ojo Frío

Rufino Rodríguez Garza.
A no más de 85 kilómetros de Saltillo, se localiza Ojo Frío que dará mucho de que hablar. El lugar fué importante tanto por la presencia permanente de agua como por ser un lugar de cacería, (el agua atrae a los animales). El hecho de que en ese sitio se localicen tantos petroglifos y algo de pintura, nos indica que fué un lugar de ritos propiciatorios para la fertilidad, la caza, la pesca y la recolección. Hay evidencias grabadas que nos indican que los chamanes también estudiaron el cosmos, que contaron los días y las noches y que supieron de los solsticios y los equinoccios. Aquí podemos ver representaciones del planeta Venus, de la vía Láctea y del astro rey: el Sol. El sitio se localiza en una propiedad privada y el dueño no sólo nos permitió el acceso sino que nos invitó a que allí acamparamos al pié de los grabados.

Otra caracteristica de este chamánico lugar es localizarse justamente en los límites de los estados de Nuevo León y Coahuila. Por un lado, terrenos del municipio de Mina y por el otro Ramos Arizpe. El antropólogo y periodista Lorenzo Encinas juraba que el sitio pertenecía a Nuevo León, pero el dueño, Abundio Ramírez, nos sacó de la duda, él paga sus impuestos en Coahuila. El Sr. Ramirez aprovecha el agua del manantial y las aguas que llegan por los arroyos de Patos, San Francisco y el Coyote para medio regar sus pequeñas parcelas y dar agua a sus animales. El arroyo, el Patos, al entrar a Nuevo León cambia de nombre por el de “Rio Salinas”.

Son tantos los petroglifos que hay en este lugar, que el fotógrafo Miguel Ángel Reyna Flores y un servidor tomamos más de 1500 fotos y no terminamos. Quedaron algunos rincones que nos obligarán a regresar para documentar totalmente el sitio. Aquí, como lo mencionamos en un principio, hubo la vocación de ser un lugar donde los jefes y/o Chamanes buscaron por medio de la representación de las presas, que éstas fueran “facilmente” cazadas. Los arqueólogos de hace algunas décadas a esto le llamaron “Magia Simpática”. Y es la cantidad de animales algo que lo caracteriza. Desde astas de venado Cola Blanca, Bura y Borrego Cimarrón, como huellas de Bisonte.

Creo, sin lugar a equivocarme, que es de los escasos sitios donde hay representaciónes de felinos (pumas y línces), y reptiles como tortugas de agua y terrestres, serpientes y una gran variedad de salamandras y lagartijas. Toda esta fauna bellamente grabada, en algunos casos se dieron el lujo de pulir el dibujo (la tortuga de agua por ejemplo). En alguna anterior colaboración, escribimos del chamán que eleva, por encima de su cabeza, un felino muerto. Puede ser un puma porque el largo de la cola así lo indica. También sacamos en claro que el personaje que sostiene sus brazos en alto soportando a la fiera era un jefe, pues se le aprecia un tocado en la cabeza a base de plumas. Los tocados a lo largo de la historia significaron autoridad, y con el tiempo llegaron a ser las coronas de los reyes. Sólo se sabe de una figura petroglífica semejante a ésta, que en los años ochentas descubrió el arqueólogo norteamericano J. Munjoy en el estado de Jalisco. En aquella, lo que el personaje tiene en alto es un venado.

El sitio de Ojo Frío, donde ni en las peores sequías se agota el agua, está rodeado por lugares en los que los profesionales del INAH como Moisés Valadés, o antropólogos como William Breen Murray y Lorenzo Encinas han realizado sesudos trabajos de investigación que han presentado en congresos nacionales e internacionales. De Ojo Frío nunca se mencionó nada. En los alrededores del aguaje está el lecho de los arroyos pero hacia el lado norte la erosión es impresionante. Uno de los grabados es una gran espiral que nos indica el desplazamiento. Los desplazamientos se relacionaban con la recolección de los productos silvestres comestibles (mezquites, tunas, pitahayas), en función de las estaciones del año.

Para el investigador de San Luis Potosí Gutierrez Cantú, 2005... “La forma de vida integrada a la ecología del lugar era parte fundamental de la supervivencia del grupo Chichimeca”. El hecho de regresar varios años después nos permite ver con otros ojos o con otras experiencias el sitio multicitado. También se descubren figuras en las que no reparamos en una primera visita (J.Gpe. Flores Ventura y yo). Un pequeño mortero ritual para la molienda de minerales que utilizaron como pinturas, otras representaciónes humanas y más fauna han enriquecido nuestro catálogo de fotos.

Se observan manos pero escasos pies humanos. Las figuras abstractas son abundantes, pero los cómputos son cuentas seguramente calendáricas y en un abrigo del lugar se cuentan más de mil puntos, lo que nos indica una cuenta o la bóveda celeste y sus estrellas.

Otro ejemplo que nos indica lo antíguo del sitio es la “pátina”, se observan, a veces, en una misma roca, grabados de épocas muy diferentes en el tiempo. Al igual que en El Pelillal, también aquí hay símbolos de territorialidad.

El lugar pudo ser defendido con las armas en la mano, pues el agua era de primordial utilidad y el grupo ganador marcaría su territorio cuantas veces se apoderaron de él.

Otros motivos que se repiten son los círculos simples, divididos o concéntricos, cuadrículas y un sin fin de dibujos de dificil interpretación. se ven dibujos naturistas como navajas enmangadas y diferentes puntas de proyectil. Como podemos, ver el sitio fué un adoratorio público, pues el acceso para las tribus fué fácil.

 
Ojo frio
                 
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