En cualquier organización, en la tesorería -ingresos, egresos y contabilidad- se centran las decisiones importantes.
La “chequera”.
A quien se le compra, a quien se le paga.
Peso por peso o cheque por cheque.
¿Existen gobiernos transparentes que publiquen en línea o en tiempo real cada egreso que realizan?
Por supuesto que sí.
¿Quién se apunta?
Hace tiempo que los servidores públicos deben presentar su declaración patrimonial al entrar al gobierno y por supuesto, cada año sin dejar a un lado la más importante de todas, la que deben hacer al final.
¿Con qué objeto?
Simplemente para comparar el valor del patrimonio que se tenía al iniciar su gestión pública con el valor y cuantía que tiene al concluir la misma.
Por supuesto, revisarla año con año para preventivamente evitarse sorpresas mayores.
Valorar si hay una correspondencia entre los ingresos públicos con su patrimonio.
Quien exige esta obligación es la Secretaria de la Función Pública. También la revisa y valora.
Son pruebas de confianza.
¿Ha servido para algo?
¿Quién se apunta?
El “talón de Aquiles”, un “tiro al codillo”. (Frases orientadas a encontrar la mayor debilidad o el punto susceptible más doloroso y crucial).
La pista del dinero o seguirle la huella al dinero.
Ese es el punto trascendente.
Lo demás es show.
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