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Febrero 13, 2010
Enero 2010, No. 250
 
La cultura de El Pelillal
 
José Flores Ventura.
 
El conocimiento de nuestros ancestros sobre los acontecimientos astronómicos -después siglos de observación- fueron vastos y asombrosos; muchas veces los plasmaron en documentos, edificios y en la roca a manera de petrograbados o pinturas.

Las culturas del desierto nos dejaron un gran legado de estos sucesos entre los que destacan los períodos lunares, eclipses, solsticios y equinoccios, avistamientos de cometas, identificación de planetas e incluso supernovas (Murray, 1982, 1992, K. Kris Hirst, 1996). Estos registros, como ya se ha mencionado, son resultado de siglos de observaciones y muchas veces para el investigador actual no está en claro la forma de interpretar dichos cómputos ya que están de forma abstracta.

Los primeros intentos fructuosos en la identificación de esta simbología los realizó W. Breen Murray en la década de los 80 cuando describió un calendario lunar en Presa de La Mula, Nuevo León, muy cerca de Paredón y en Boca de Potrerillos en dicho estado. Cómputos asociados a la cacería y a períodos de gestación del venado fueron localizados en Coahuila y vecindades de Nuevo León por dicho investigador y por Rufino Rodríguez en los 90.

Hace poco, en los albores del invierno en un lugar llamado Carolinas en el municipio de Ramos Arizpe, localizamos un singular grabado en una roca grande como plancha alojada estratégicamente con la salida del sol por el oriente y con el ocaso al poniente, y que además domina una amplia panorámica hacia el gran valle de Nacapa. Lo que más resalta inmediatamente a la vista, es la representación de un cometa en uno de los extremos desprendidos de la roca. La representación de cometas es rara, pero al menos hemos localizado algunos de estos motivos en la cuenca de El Pelillal (incluyendo una Svástica¹) y en otras regiones del sur de Coahuila y Nuevo León (ver figura 1). La semejanza en la representación de dicho astro a través de los milenios y entre las diversas culturas del mundo es asombrosa, y casi sin temor a equivocarnos pensamos que los nuestros deben atribuírseles estos fenómenos celestes.

En el resto de la plancha de la roca resalta una gran cantidad de puntos a manera de cómputos en una hilera larga de casi 4 metros (de los más largos cómputos que hayamos encontrado) que bordea el perfil que mira al oriente e inmediatamente otra serie cerrada a manera de óvalo que complementan la totalidad de la cuenta. Lo espectacular es que al contar los puntos nos acerca mucho a un ciclo anual en días con 364 puntos, lo cual puede indicar que lo que quisieron plasmar es el período entre un solsticio o equinoccio a otro, ya que no contaban con las cuentas del mes como nosotros y a que el ciclo lunar completo es de 207 días. Si esto resulta cierto sería la primera vez que se documenta una cuenta anual para el norte de México con una aproximación asombrosa.

 

Figura 1.- Representaciones de cometas en la región sur de Coahuila. De izquierda a derecha: En El Quemado poniente, San Rafael de los Milagros, Parras.
En Chiquihuitios. En Carolinas, Ramos Arizpe. Representaciones de cometas del catálogo cometario en la seda de Mawangdui, de los siglos III ó IV a.C. en China.
 
A mediación de la roca, un motivo fue sobrepuesto después de haber grabado las cuentas, es el de una asta de venado que obstruye parcialmente el conteo de los puntos pero no lo suficiente como para no permitir distinguirlos; tres astas menores también grabadas posteriormente así como puntas de proyectil y navajas enmangadas se distribuyen a los lados. Estos motivos son muy recurrentes en los sitios con petroglifos de la cuenca de El Pelillal y en la región de Potrerillos, así como la sobre posición de grabados. En el borde opuesto de los puntos, se asoma otra gran cuenta larga pero esta vez es una línea tendida de casi 4 metros de largo donde se descuelgan hacia el poniente unas 28 ondulaciones. Esta cuenta nos aproxima mucho al mes lunar que es de 29 días y son de las cuentas más recurrentes en esta región identificadas por Murray. Por último, apuntando al norte se encuentra otra cuenta formada con una línea recta de oriente a poniente con 10 triángulos y un “collar” de 12 puntos.

Hasta ahora no se conocían antecedentes de cuentas similares en esta región donde se acercara siquiera al conteo de los días en un período anual de 365 días; si realmente esto quisieron plasmar nuestros antepasados sería un gran hallazgo, pero desafortunadamente algunos investigadores creen que las cuentas dejadas por ellos se refieren a hechos de cacería, recolección, gestaciones, etc., y por falta de relaciones concretas no es posible validar esta teoría. Por otra parte, es indudable que el grabado en sí corresponda a algún significado calendárico astronómico dada la “coincidencia” de elementos tales como el cometa, la cuenta de los 28 días asociada al período lunar, y la gran cuenta de los 364 días que difícilmente tendría alguna connotación con la cacería o recolección. Otro punto a favor, es la ubicación estratégica de la plancha de roca la cual domina el valle de Nacapa y la entrada al corredor Paredón-Espinazo, ambos con abundancia de vestigios rupestres.
 
 

Notas: ¹Según una teoría sobre el origen universal de la svástica, ésta tiene su origen en la visión de un cometa visto de frente por sus
4 surtidores que emanaban del centro al acercarse al sol. El Cometa, Carl Sagan, 1985.Ver el catálogo cometario Chino figura1.
 
 
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