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Enero 15, 2011
ENERO 2011, No. 262


La “humilde” iglesia católica
(Predicando con el ejemplo)


Lilia Rabiela Garcíacano.
Desde pequeña he escuchado con gran insistencia en sermones dominicales, catecismo, pláticas cuaresmales y de adviento, clases de biblia, clases de religión, regaños de las religiosas de mi colegio, consejos de curas durante la confesión, declaraciones periodísticas de jerarcas católicas, y toda clase de actividades religiosas de “enseñanza y predicación” del evangelio de Jesús, que “Se debe predicar con el ejemplo”, y después de mucho escuchar y observar la concordancia de estas palabras dichas siempre con gran vehemencia, con la dura realidad, con gran tristeza veo que son puras mentiras.

Si amigo lector, todos lo cuchicheamos por ahí, pero no nos atrevemos a decirle a nuestra Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana a los cuatro vientos la dura y cruda realidad: son unos mentirosos, esto so pena de ser tratado como Lutero en su tiempo por haber insistido en abrir los ojos a la feligresía sobre la adquisición de “Indulgencias” para que, en esos tiempos, los familiares muertos llegaran al cielo.

Pero desgraciadamente la realidad es así, y cuanto ente religioso conocemos acomoda esta frase de acuerdo a sus necesidades económicas y de control religioso, y ahora, descaradamente, políticas. Para muestra en nuestro querido Saltillo tenemos muchos casos, ahí está por ejemplo el Obispo Raúl Vera López, que no conoce la práctica de la humildad más que en las huecas palabras de sus vehementes sermones cargados de tinte protagónico, de declaraciones en primera plana de los diarios, eso si pagando a reporteros del extranjero viáticos y todo para promover su imagen, viajando siempre en primera clase, comiendo en los mejores restaurantes y buscando siempre codearse con el empresario, artista y político de moda, y hasta sirviéndoles de patiño para sus fines.

Y así como el obispo Vera, gran cantidad de curas hacen de su parroquia un bastión de poder, viajando en autos último modelo, viviendo en una gran casa construida por la fiel feligresía a todo lujo, comiendo manjares, asistiendo a los mejores hospitales, ni pensar que vayan al IMSS o al ISSSTE, mientras muchas personas sufren por el hambre y la necesidad muy cerca de ellos, y no se atreven a dejar sus pertenecías terrenas, a desprenderse de un poquito de lo que tienen para ayudar a los demás.

Y de los “monjitas, madres, religiosas, sores” o como quiera llamarlas ni qué decir, para muestra están la Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, quienes manejan el Colegio La Paz, entre otros, y que de humildes no tienen nada, pues ni entre ellas mismas son capaces de ayudarse, y ni qué decir de todos los lujos que se dan: vacaciones a la playa en buenos hoteles y viajando en avión, visitando los mejores médicos, viajando en auto último modelo, usando las mejores cremas antiedad y tintes cosméticos, pero escatimando hasta el último centavo a su personal al cual so pena de boletinarlo en todo el sistema educativo, de modo que no encuentre trabajo si protesta, lo tienen con un pie en el cuello, obligándoles a trabajar bajo un contrato laboral que viola la Ley Federal del Trabajo y resulta leonino, exigiéndoles asistir a cursos que el mismo personal paga, obligándoles a trabajar horas extras sin pago, y lo que es peor, obligándoles a mentir a sus alumnos y a servir a sus mezquinos intereses económicos como sucedió durante el “festival navideño”, en el que se cobró a los alumnos el vestuario pero qué cree, no se les entregó nada, claro negocio redondo para ellas, y en otros colegios la situación es muy parecida.

En fin que en la iglesia católica de humildad nada, menos de “Predicar con el ejemplo”, eso sí que no!, y qué decir de muchas otras cosas que por la prensa nacional e internacional nos hemos enterado, en fin que este mal seguramente también se da en otras iglesias y sectas, ahí está la de los adoradores de la Santa Muerte, cuyo líder se dedicaba a delinquir de otra forma, pero igual “no predicó con el ejemplo”, pero estos son los hombres, y definitivamente estas actitudes nos convencen más de que el camino para llegar a Dios no es fácil y está plagado de baches, desviaciones y obstáculos de todo tipo que no deben desalentarnos, sino hacernos perseverar e incrementar nuestra fe, para así alcanzar nuestra meta muy a pesar de aquellos que se empeñan en desviarnos de ella.


 
lilirabiela@hotmail.com