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Enero 15, 2011
ENERO 2011, No. 262

La real politik

Fernando Castañeda Limones.

El 4 de julio de 2010, hace 5 meses, acabamos de pasar por el proceso de elecciones de gobernadores en 12 estados de la república, de alcaldes y legislaturas en dos estados, y elecciones extraordinarias en los municipios de Juárez y Lamadrid de Coahuila. Este proceso demostró que la real politik en nuestro entorno se da a través de alianzas políticas entre partidos que tienen plataformas diferentes, antagónicas en filosofía e ideología. Estas alianzas que antes eran impensables, están orientadas a mantener a los partidos en el poder, de modo que sus miembros conserven sus privilegios.

Se pone en duda que nuestros actuales políticos conozcan siquiera a algunos autores de filosofía política y los hayan estudiado, por lo tanto no citaré a los grandes filósofos griegos que hablaron de buen gobierno, civismo y democracia.

No ahondaré en las ideas de Baruch, Spinoza, John Locke, Rousseau, David Hume, Hegel, Karl Marx, Maquiavelo y Hobbes. Sin embargo, algunos de estos autores aceptaron que en política todo está relacionado con el poder y con mantenerse en él, olvidando la ciencia política orientada al buen gobierno.

Hace dos años dijo Obama: “Hemos tardado mucho en llegar hasta aquí, pero esta noche, el cambio ha llegado”
Obama llegó al poder apoyado por gente que esperaba que pudiese sacar a Estados Unidos de una profunda crisis económica, pero el persistente alto desempleo y el creciente déficit de presupuesto hizo que muchos votantes se volvieran en su contra, la realidad fue otra.

El resultado de los comicios intermedios (2 de noviembre de 2010) se traduce en un “profundo descontento” de los ciudadanos. La”paliza” electoral que recibió el Presidente Obama, no es por las políticas que ha impulsado, no. Es por las políticas que dejó de impulsar.

Igual ocurrió a Vicente Fox. La población sufrió una enorme decepción, no tanto por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer.
El electorado no olvida lo que les hicieron soñar juntos. Por más que le digan a la gente que la realidad es mucho más compleja de lo que habían imaginado, sus votantes se sienten defraudados.

Un discurso del candidato Obama en el que estaba prometiendo en el mismo evento cosas que eran excluyentes. Esto es, si cumplía una propuesta, tendría que ir en contra de la otra, de su mismo discurso.

Lo mismo había experimentado el electorado mexicano con el candidato Fox cuando por la mañana criticaba las “rentas congeladas” con los representantes de los propietarios de inmuebles y por la tarde defendía el derecho de los inquilinos ante su asamblea.

En campaña se puede quedar bien con todos, en el gobierno es imposible. Gobernar democráticamente es trabajar en beneficio de la mayoría, lo que a muchos otros molesta.

La responsabilidad de ignorar y hasta castigar los discursos huecos y la demagogia política no es sólo del político, también es del electorado, que no debe permitir ser engañado o, peor, autoengañarse.

Ante la falta de fidelidad a los principios, plataformas y propuestas partidarias deberíamos hablar de “mercadotecnia política”.
El sabio griego Pitaco de Mitilene dijo: “¿Quieres conocer a un hombre? Revestidle de un gran poder”.

La diferencia entre los discursos del candidato a un puesto público y su comportamiento cuando logra llegar al poder es notable. Generalmente olvida las promesas de campaña.

Los niveles de compromiso hacia la sociedad por parte de los miembros de la clase política dejan mucho que desear.
Después de cinco años de gobierno del profesor Humberto Moreira Valdés ¿Cuál es la evaluación que se puede hacer? ¿Olvidó promesas de campaña?

En primer lugar, Moreira es el gobernador mejor calificado del país, en el Estado más priista, sitúa a Coahuila en los primeros lugares a nivel nacional en materia de educación, salud, obra pública, estado de la administración, inversión etc.

Es por ello que debemos todos ser muy críticos para identificar las verdaderas capacidades y sensibilidad social frente a los sueños guajiros, las propuestas de políticas públicas viables frente a las ilusiones e idealismos.

A estas alturas, lo que necesitamos son líderes visionarios, comprometidos con su misión. Este tipo de liderazgo será la fuente para encontrar las soluciones, con un enfoque en el largo plazo, al crear bases de crecimiento y desarrollo que generen estabilidad y bienestar en todos los segmentos de la sociedad.

El del profesor Moreira, ha sido simple y sencillamente ¡buen gobierno! y será el próximo Presidente Nacional del PRI.