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JULIO 2011
Edición No. 269
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Es momento de emprender una
nueva revolución en Coahuila

Jorge Arturo Estrada García.

La polvareda electoral se disipa. Pero los problemas de Coahuila siguen ahí. Más visibles que nunca. La inseguridad y el desempleo agobian a los ciudadanos. La falta de visión, la nula planeación, la negligencia y la soberbia, llevaron a la entidad al estancamiento, a la pérdida de competitividad y al desorden financiero.

La elección de gobernador fue cruenta. El PRI ganó con amplia ventaja. Y sin embargo, no ganó fácilmente. Además de que se tuvo que emplear a fondo y entrar a la guerra de lodo, algunos de los “pecados” del Gobierno de la Gente fueron ventilados ampliamente.
Nadie, medianamente enterado, puede decirse sorprendido. En este espacio señalamos los flancos débiles de la gestión de Humberto y los lastres con los que tendría que cargar el candidato priista y ahora Gobernador Electo, Rubén Moreira.

Los funcionarios traidores, que hicieron enormes negocios a costa de erario. Negocios que evidencian las prósperas empresas, las enormes mansiones, flotillas de autos de lujo y tren de vida de ricachones que llevan.

Esta afición a los negocios turbios y su falta de compromiso con Humberto y con Rubén, también causaron los malos resultados de una administración, que tenía todo para ser brillante y con un cierre espectacular.

Ahora la sombra de los escándalos y las limitaciones para entregar buenos resultados, han marcado la gestión de Humberto Moreira, para la historia.

De deuda cero Coahuila pasó a más de 20 mil millones de deuda. De la más alta calificación por su Calidad Crediticia del país, caímos a la media tabla. De 150 mil empleos que el crecimiento de la Población Económicamente Activa de la entidad demandaba, sólo se registran 70 mil. Durante cinco años encabezamos la tabla de desempleo abierta del país y ahora hay 26 estados con mejor desempeño que nosotros. No abrimos nuevos clústers del siglo 21, ni ofreciendo decenas de millones de dólares pudimos conseguir que por lo menos 4 armadoras se instalaran en nuestras ciudades.

Los asesinatos, las balaceras, los secuestros, las extorsiones, los despojos y los robos, se adueñaron de nuestras calles. Nos robaron la tranquilidad las excusas y la falta de resultados del fiscal Torres Charles. Nos despojaron de las oportunidades de empleos, la falta de trabajo y de talento de Jorge Alanís. Coahuila padece graves problemas financieros por la falta de capacidad e ineficiencia de Javier Villarreal.

Desde hace 5 años escribimos que el Plan Estatal de Desarrollo del Gobierno de la Gente no respondía a las necesidades de Coahuila. Sin diagnósticos acertados y con propuestas mediocres, no se podían esperar buenos resultados. Mucho menos avances.

El Gobierno de la Gente, se fue por el camino fácil: “el cemento vende imagen”. Así, el eje central de la gestión se dio en torno a los puentes que se construyeron en le entidad. El ingrediente social se dio con pavimento, banquetas, piso firme, luz y agua para pequeñas comunidades. Pero no mejores capacidades para ganarse la vida. No se mejoró el Capital Humano.

El gobierno estatal privilegió la cantidad a la calidad. Su difusión se basa en decenas o miles de millones gastados y cantidad de cosas compradas o construidas.

En contraste Rubén, ha diagnosticado acertadamente el contexto de Coahuila en el 2011.
El gobernador electo deberá comprender también que su labor deberá ser medida con estándares de calidad y no de cantidad. Y que estos estándares deben ser de Clase Mundial.

Un gobierno está obligado a buscar el Estado de Bienestar de sus gobernados. Es decir, el acceso a la salud, a la educación, al empleo y a la pensión, todo ello en un marco democrático, de transparencia, de respeto al medio ambiente y a los derechos humanos.

También el gobierno debe procurar que el Índice de Desarrollo Humano se eleve a niveles de los países de la OCDE, y que los coahuilenses que nazcan en cualquier punto de la entidad tengan el mismo acceso a una vida digna: con servicios básicos, viviendas, seguridad social, educación de calidad y oportunidades de empleos bien pagados.

Para Coahuila el asunto ya no es sólo cuestión de cobertura, es cuestión de calidad.

La educación debe ser competitiva con los países de la OCDE. Los estudiantes coahuilenses deben aprobar las Pruebas PISA. Los resultados de estas pruebas definen los criterios de inversión extranjera para empleos de alto valor agregado que pagan buenos salarios.

La innovación debe convertirse en la divisa en torno a la cual se base la economía de la entidad. La ciencia y la tecnología son las herramientas para alcanzar la competitividad en el Siglo 21.

Los maestros no sólo deben ser los mejor pagados, ya lo son. También deben ser los más capaces. Así, las escuelas normales debieran ser escuelas de excelencia, que compitan con los estándares de los países desarrollados. Sus egresados deben ser capacitados en ciencias a niveles de postgrados.

De otra forma, los resultados que se obtendrán serán mediocres. Y no se ganará en competitividad. La competitividad del Siglo 21 está en el Capital Humano de alto nivel, no en los puentes ni en las carreteras.

Coahuila es una sociedad de obreros, cuyos hijos aspiran a ser profesionistas. Sin embargo, la falta de calidad en la enseñanza de las ciencias, produce vocaciones en carreras humanistas en grandes cantidades. Profesionistas destinados al desempleo o subempleo. Son talentos que desperdiciamos.

Deberíamos enfocarnos por una amplia comprensión y aprecio de la biología, física, química y las matemáticas, para producir miles de ingenieros, masters y doctores, que nutran a la economía basada en el Conocimiento.

Esta Sociedad del Conocimiento, nos impulsaría al despegue y a la incorporación a los empleos del Siglo 21. Los bien pagados.
Para Coahuila, la era de la oferta de mano de obra barata, ya quedó rebasada. Ni regalando terrenos, exentando impuestos y ya ni regalando millones de dólares quieren poner sus plantas en nuestro estado.

Rubén Moreira ha expresado su intención de convertir a Saltillo y a Torreón en Ciudades de Conocimiento. Esto abrirá nuevos clústers y dinamizará y enriquecerá la vida. Para hacerlo se requieren funcionarios de muy alto nivel. Esperemos que escoja bien a sus colaboradores, para que no le pase como a Humberto.

Ya vimos que no bastan 150 mil millones que se gastaron en seis años, para ser los mejores. Si las cosas no se hacen bien, la dinámica global te rezaga y te desplaza.

Es el momento de emprender una nueva Revolución en Coahuila. Una revolución que nos convierta en la Avanzada del México Nuevo. Una revolución que nos garantice un futuro lleno de oportunidades para todos. Una revolución en el que la innovación, la ciencia y la tecnología se constituyan en el eje del éxito para las familias.

Esperamos un estadista o un gobernador competente, que comprenda su realidad histórica. Y que haga las cosas que le corresponden a niveles de excelencia. Que no se escude en pretextos, que no se desgaste en pleitos estériles, ni se la pase culpando a otros. Ni más, ni menos.

 
jjjeee_04@yahoo.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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