publicación Online
 
 
  ir a pagina principal regresar     
Julio 2011
Edición No. 268
ir a ediciones anteriores  

Cañón de Los Borregos

Rufino Rodríguez Garza.

Como vestigios de la presencia del borrego cimarrón en Coahuila y Nuevo León en épocas pretéritas, nos quedan solamente los petrograbados en localidades de ambos estados del norte de México. El sitio del que trataremos en esta nota lo descubrí hará cosa de 10 años, con tan buena suerte que cuando mostré las fotos de las representaciones en la roca, amigos de Monterrey quisieron conocer el sitio.

Entre estos amigos está el biólogo Alejandro Espinosa, encargado de los estudios para la reintroducción de esta especie en la zona de recuperación y protección de la región norte del municipio de Ocampo, también otra persona de la facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Dr. en antropología William Breen Murray, el MC Alejandro Encinas, todos ellos de Monterrey. Pero también el investigador independiente de Sabinas, Coahuila, Luis García Moreno, Rodolfo López García de Nueva Rosita, Ariel Colín de la ciudad de México, y el fotógrafo profesional Jean Kuijt de Holanda.

El sitio tiene su encanto, pues el paisaje de junio es de una austeridad terrible: lechuguillas, gobernadoras, sotoles, escasas palmas ramudas y enflaquecidos nopales. El paisaje es muy gris, pero como está a 2 kilómetros de la carretera, el sitio ha permanecido oculto a los ojos de arqueólogos y vándalos y por lo tanto el deterioro es el propio de la erosión del clima desértico.

Aquí se caracteriza por las 18 representaciones del borrego cimarrón. Los grabados de otros sitios de Coahuila y Nuevo León son sencillos, simples, no así los petroglifos de esta loma donde la cabeza del borrego está adornada con dos cuernos grandes y rellenos, y del círculo que hace las veces de la cabeza salen dos líneas cortas verticales que representan las barbas de este animal.

Por lo que sé, el borrego cimarrón ahora se está reintroduciendo en ranchos cinegéticos o en espacios dedicado a la conservación, como es el caso de Cemex en Ocampo, Coahuila, donde se ha ido adaptando. Esta especie es traída de Baja California y del estado de Sonora.

En esta ocasión, con el apoyo de Ariel Colín y del historiador de Sabinas Rodolfo López García, realizamos el recuento de borregos representados, pero también del arma que con seguridad se utilizó en la cacería de este escurridizo animal, el atlatl, herramienta de caza que se observa en esta localidad en forma abundante. Contabilizamos 72 piezas grabadas. En algunos casos el arma junto a la imagen de la presa.

Al decir del lic. José Mercedes Valdés, cazador y guía profesional de este deporte, afirma que el último borrego cimarrón fue cazado en la sierra de la Gavia en el año de 1941.

A este lugar se llega partiendo del ejido Frausto hasta la bomba que abastece de agua a la comunidad, de allí se camina poco más de 2 kilómetros al poniente para llegar al sitio. En el inter se localiza un abrigo rocoso con pinturas en rojo, cuyos motivos son difíciles de interpretar pues no hay más que figuras abstracta y geométricas. Fuera del color rojo se observan unos triángulos en amarillo. En un corral de piedra hay algunos grabados en los que se representaron hondas y cuentas a base de puntos.

El sitio de los grabados es adecuado para observar el horizonte y localizar las presas, tanto venados como borregos. Al decir del antropólogo Lorenzo Encinas, este lugar en épocas pasadas presentaba un panorama diferente, con aguajes y vegetación que permitieron la reproducción y la caza sin llegar al exterminio de la especie.

El maestro Encinas, es de las pocas personas que han llegado a este intrincado lugar, por lo que él, aparte de poner atención en las figuras grabadas, observó el entorno llegando a interesantes conclusiones. Por la vereda se localizan chimeneas y talleres donde los antiguos pobladores fabricaron herramientas para la caza a base de silex o pedernal, y utiles para la sobrevivencia.

Las sombras son prácticamente inexistentes, y en esta época del año, con 11 meses sin lluvia, la sensación de calor se multiplica.

La necesidad del ser humano de comunicar sus ideas, sus pensamientos, sus sueños y sus vivencias, surge desde lo más remoto de los tiempos. Los petroglifos y las pinturas rupestres son las primeras evidencias del paso del hombre por estos lugares, son los documentos más antiguos y también los más resistentes, pues están hechos en piedra y han resistido el paso de los años.

En San Bernabé, Delgado, Puerto del Indio, Presa de la Mula y Pesquería en Nuevo León, se han encontrado representaciones simples del borrego; en el caso de Coahuila hay presencia de estas manifestaciones en el Cañón de Eslabones, en el Forlón, en el Km. 42 de Rancho Nuevo, en Alto de Norias y en localidades de El Pelillal. Sin embargo, los petroglifos de Frausto, en el municipio de Ramos Arizpe, destacan por su hechura y por la cantidad. También nos indican la fauna que hubo en esta región del semidesierto. Aquí y en otras regiones de Coahuila el venado y el borrego fueron parte de la dieta del hombre del desierto.

             
                             
presiona sobre la imagen!
 
 
rufino.rupestre@gmail.com
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino