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MAYO 2011
Edición No. 267
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Cañon de Zacarías

Rufino Rodríguez Garza.

A no más de dos kilómetros del ejido Pelillal, al poniente, se localiza un paso o puerto que comunica dos valles: el del Pelillal y el de Chupaderos. Este lugar se llama Cañón de Zacarías. Es importante por unir los dos valles, también por ser el lugar por donde en algunos momentos de la historia del ejido, se entubó el agua que se traía desde Chupaderos y por aquí pasaba; el agua era traída desde el aguaje a 7 kilómetros por gravedad. Aquí, en este puerto de la parte baja de la Sierra Pinta (pinta por las manchas de color obscuro, de mineral ferroso), se llega por un abandonado camino usado en estos tiempos para acarrear la candelilla y la lechuguilla. También para el paso de los minúsculos atos de ganado tanto caprino como vacuno. A 500 metros de la boca del cañón de Zacarías hay un bordo para retener el agua, pero tan mal hecho y compactado que se ha tenido que reconstruir en más de una ocasión.

Este cañón destaca por unas manifestaciones rupestres de excelente manufactura. En compañía de José Gpe. Flores Ventura y del nuevo explorador, Ariel Colín, nos dimos a la tarea de documentar el sitio en cuestión. Los grabados de Zacarías, muy del estilo Pelillal, destacan por lo delicado del trabajo hecho en la roca, por lo fino del relleno cuando el motivo así lo requiere y por lo variado de los temas allí grabados.

Por el cañón pasa un arroyo de regular profundidad y el camino bordea por el lado sur, muy estrecho y con rocas salidas que uno tiene que bajarse y moverlas para no quedarse atorado y no maltratar el vehículo. A los lados del arroyo hay antiguas manifestaciones que Ventura, Colín y yo procedimos a medirlos, dibujarlos y con el GPS ubicarlos en el espacio.

Abundan las herramientas como cuchillos, navajas enmangadas, “hongos” (que puede tratarse de hondas), cómputos o cuentas a base de puntos donde con toda seguridad marcaron el paso de los astros, los periodos de gestación de los venados y/o de las mujeres, todo esto más dibujos abstractos que no podemos aún descifrar, pero que intuimos que son mensajes y señales con lo que se recordaban sus historias, sus hazañas y sus movimientos en busca de mejores sitios para cazar, recolectar y por supuesto para vivir.

Por lo estudiado y por lo que hemos aprendido entre gente que maneja el arte rupestre, se llega a la conclusión que el arte de grabar era función exclusiva de jefes, brujos o chamanes, hombres medicina o curanderos, y los dirigentes si los había. Se sabe que los nativos no necesitaban de caciques, que vivían en armonía y sólo cuando se presentaba un evento de lucha o guerra por territorios o aguajes se nombraba un dirigente. Influía para el nombramiento el prestigio del guerrero que ganaba porque era fuerte, ligero y buen cazador.

Algunos motivos son astronómicos, me refiero por ejemplo a la cruz encerrada en un círculo que era un símbolo de orientación, donde la parte horizontal señala oriente-poniente y la parte vertical el norte-sur.

Un motivo representado por flechas y/o triángulos alineados y con la punta hacia abajo, es una característica del estilo Pelillal y aquí lo hay en este Cañón de Zacarías. Otro motivo muy de este sitio es el de las grecas, y pudimos observarlas en dos estilos diferentes pero en el mismo mural; estos dibujos nos darán una ligera idea de la creatividad de los antiguos pobladores del norte de México.

El sitio tiene alturas en las que el cazador-recolector pudo observar el llano y el lomerío bajo y ver las presas y poder cazarlas con facilidad. El venado era una presa muy buscada porque le proporcionaba la carne, la piel, los tendones, los huesos (para elaborar punzones), en fin que aquí se llevaron a cabo ritos propiciatorios para que la cacería fuera abundante. Hay en este lugar huellas grabadas lo mismo que astas de venado cola blanca.

No lejos de aquí, existen lugares en los que el agua se estancaba de por sí y que los indios aprovechaban para pescar, ya fuera con arco y flechas o con redes que están representadas en las rocas del cañón. Aunque más bien escaso, es el motivo “antropomorfo”, o figura humana, completo o en partes. Las figuras son muy esquematizadas, pero no así las partes del cuerpo como manos o pies que se grabaron de una manera muy realista.

Por último mencionaremos que en los alrededores, es decir en los otros cañones, también se observan manifestaciones rupestres de las que daremos cuenta en futuras colaboraciones. Vale la pena destacar que hasta ahorita el vandalismo es mínimo.

             
                             
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