Cascajo panista
Manuel Padilla Muñoz.
Yo comprendo que un militante panista, de los llamados ortodoxos, que creen a pie juntillas que el programa social y político de su partido, el PAN, es el mejor del mundo, que no hayan disfrutado de los jugosos e ilícitos negocios de un cargo público, de esos que producen nuevos ricos cada trienio, cuatrienio o sexenio, de pronto, tras largo análisis, lleguen a la conclusión de que estaban equivocados y cambien de partido para irse al PRI. Eso lo entiendo y hasta cierto punto lo justifico porque el cambio ideológico es sincero, realista.
Lo que no entiendo y ni siquiera logro justificar es que panistas que han disfrutado de algún cargo público y se han enriquecido a la sombra del poder en forma ilegítima, de pronto cambien de “ideología” y de partido para irse al PRI cuando saben que el PAN perderá el poder municipal en varios municipios, y no logrará abollar siquiera la férrea estructura priista para la gubernatura del estado.
Son acomodaticios que tratan de aferrarse a las altas nóminas de los cargos públicos y que poco les importa si es en un partido o en otro. Buscan los “negocios”, la riqueza rápida y sin trabajar.
Estos personajes panistas -que no lo son por convicción sino por conveniencia- creen que el pueblo no tiene memoria. Son abominables, son gusanos, cucarachas, estiércol, son malagradecidos, son cascajo de su partido. El Judas bíblico, junto a ellos, parecería un niño explorador.
Decía Francisco Villa: “Puedo entender que una persona sea un pillo, un ladrón y hasta homosexual; lo que no puedo entender es que sea malagradecido.” A varios de este tipo que conoció el Centauro del Norte los dejó en manos del General Fierro, el sanguinario creador de aquellas frases de: “Primero mátalos y después viriguas” y “Mátalos en caliente”, como lo hizo aquí en Torreón el general Carlos Bibiano Villa Castillo.
Personajes como los hermanos Pérez Valenzuela (uno fue regidor y otro diputado); el peor de todos, el pillo José Manuel Villegas (actual diputado local); el ex dirigente municipal del PAN, Julio Martínez y otros ex regidores, encabezan la lista de los “Judas” políticos. El lunes 28 de marzo continuó la desbandada de ex panistas hacia el PRI Coahuila, al rendir protesta como nuevos militantes del tricolor 300 ex miembros de ese partido en Monclova, encabezados por Mauricio Lumbreras, y en Saltillo las ex regidoras panistas Liliana Romo Castillón y Patricia Ibarrarán González. ¿Qué calidad moral pueden tener estos personajes que creen que Rubén Moreira premiará su traición con cargos públicos para seguir enriqueciéndose y, en algunos casos, como el de Manuel Villegas, para sostener a sus amantes y tener más casas lujosas como las que tiene y hasta una Quinta para diversión al oriente de Torreón?
Sin embargo, la traición de estos panistas fue un excelente golpe y publicidad mediática para las huestes de Rubén Moreira.
El cinismo: “Regresamos a nuestro partido, a casa. No es que chaqueteemos, nosotros siempre hemos sido priistas y trabajaremos duro por él”, declaró Alfonso Chavira Zúñiga, ex director de Vialidad en la anterior administración y ahora ex panista. Alfonso Chavira se hizo millonario con el “teqilú” que implantó en vialidad. Y no lo decimos de oídas sino que, en su tiempo, nos ofrecía grandes cantidades de dinero a cambio de nuestro silencio, lo que no consiguió. Con esos neo priistas, el PRI cava su tumba más profunda.
De los “Judas” del PRD no puedo hablar porque de los muertos (el PRD) se habla bien o mejor no se habla.
Tiene razón el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, al mismo tiempo presidente nacional del PRI, cuando acusa a los sexenios de Fox y de Calderón, de haber aumentado en diez millones el número de pobres en los últimos 12 años. Lo grave del caso es que Moreira se cuidó de decir que el PRI creó, antes, casi 40 millones en pobreza extrema, es decir, miserables y, al mismo tiempo, a un grupo selecto de multimillonarios entre los que destaca el más rico del mundo, Carlos Slim. Vaya paradoja que omitió el profe que nos cuida. Al mismo tiempo, Felipe Calderón dio a conocer un México boyante, en progreso constante, donde no existen los miserables y la mayoría de las familias mexicanas tienen refrigerador, tele y hasta auto.
Ven, estos políticos, como Luis Donaldo Colosio, dos Méxicos. Exponen sus “verdades” pero debemos señalar que la verdad es relativa y absoluta. Uno de ellos tiene que estar mintiendo ante una realidad incontrovertible; o los dos al mismo tiempo. Por algo el PRI y el PAN son hijos del mismo padre.
PREGUNTA INOCENTE: ¿Por qué pidió licencia la síndica del Ayuntamiento de Torreón, Lucrecia Santibañez, “La Quecha”, cuya causa real nunca se dio a conocer? Arturito Rangel, su suplente, está feliz. Y hay razón para ello, pues Arturo Rangel es más atento y mejor funcionario que su protectora.
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