De chile, de dulce y de manteca
José María Mena Rentería.
De chile, de dulce y de manteca hubo el pasado miércoles 18 de mayo en la representación regional del Instituto Electoral de Coahuila, donde Juan Carlos Ayup Guerrero, a partir de las 10:00 horas, se registró, como candidato a diputado local por el VI Distrito Electoral.
No faltaron simpatizantes que para “acompañarlo” se apersonaron en las inmedia- ciones mucho antes de que el candidato del tricolor hiciera acto de presencia, incluso los que apenas dos años atrás le pusieron piedras en el camino. Juan Carlos Ayup Guerrero era puntero, entonces, para ser candidato del PRI a la Presidencia Municipal.
Ese cargo -todo mundo lo sabe- lo tiene desde enero de 2010 el Edil en funciones Guillermo del Real Castañeda, timonel al frente de una administración telúrica y de escuálido presupuesto, debido a que sus detractores -los tiene aún entre sus más cercanos colaboradores- torpedean su desempeño un día sí y otro también. “No es político”, afirman.
El que tal “estrategia” se mantenga se atribuye al ahora diputado local saliente por el VI Distrito Electoral, Raúl Onofre Contreras, que según los que saben, llegó a concebir que su esposa, integrante del Ayuntamiento, ocupara por cualquier medio, el lugar de Guillermo del Real Castañeda.
Obviamente, para el alcalde en funciones, en su contra han sido dirigidos todos los “cuatros”, zancadillas y chicanas que puedan imaginarse, elucubradas por quienes en la pasada administración fueron regidores “onofristas”, prestos a acatar la menor indicación de su “jefe”.
En lo referente al candidato a diputado local del PRI, por el VI Distrito Electoral, acompañado estuvo el miércoles 18 de mayo por tirios y troyanos. Entre ellos quienes lo ven con simpatía: Jesús Massú, José Miramontes y el ex alcalde Fernando Castañeda Limones, entre otros, pero también por los que no pierden pisada cuando aún en la lejanía avistan ubres que mamar y tarasquear.
Por ejemplo, un ex funcionario municipal que por apodo lleva un término felino. Otro: El que desde la Presidencia Municipal -durante la administración del Dr. Felipe Medina Cervantes- orquestó, ávido de botín, la falsificación de concesiones de transporte público urbano y rural más escandalosa de que se tenga memoria por el rumbo de la Vega de Marrufo.
Por cierto, es asunto pendiente que nunca fue investigado a fondo, al que las autoridades “echaron tierra” pese al clamor que en todos los tonos elevaron los taxistas de la localidad y de organizaciones del gremio como los de la comunidad de Coyote, que en vano exigieron quedara al descubierto la falsificación que incluyó concesiones que llegaron otorgarse a priori y como programas de corrida de toros. Por ejemplo, las apócrifas entregadas a “taxistas” del Mercado Soriana, aún antes de que se construyese.
Actualmente, todos los que en Matamoros se sienten o gustan de pasar por “políticos”, son hasta el paroxismo “fervientes” partidarios de Juan Carlos Ayup Guerrero, aún los que en su oportunidad y sin miramientos, le sacaron el tapete al hoy candidato a diputado local, sin saber que el resultado de sus maniobras sería que Guillermo del Real Castañeda, por default, fuese el candidato “emergente” del PRI, ganador en aquellas elecciones.
En el presente los aludidos van amalgamados en el partido político del que son integrantes y donde las trampas, diferencias e inquinas de toda laya de antaño y hogaño, dan sobrada muestra de un proceder y de un actuar como el de aquel que a cambio de 30 denarios de plata será -hasta el final de los tiempos- portaestandarte de la traición.
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