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MAYO 2011
Edición No. 267
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El mentiroso de Los Pinos

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Decir por decir las cosas, mentir, hacer tiempo, engañar, hacer como que se hace sin hacer nada, distraer a la opinión pública con sandeces para desviar la atención de lo que sustancialmente se hace mal en México de parte del gobierno federal y, esperar que la Divina Providencia se haga cargo del país, es lo que hace y dice Felipe Calderón un día sí y otro también.

El 16 de Mayo no fue la excepción. Ante los representantes de las empresas trasnacionales, dijo con esa sonrisa que sólo él sabe fingir, que: “Está en la mejor disposición de cambiar lo que no funciona”, y por supuesto que miente, miente porque todo lo que se le reclama lo quiere arreglar convocando al diálogo cuando para él lo único que funciona en su gobierno, y funciona mal, es su monólogo de que seguirá con Su Combate al crimen organizado y que todo va de maravilla, cuando la mayoría de los mexicanos vemos un país en ruinas, una nación desgarrada por el mal gobierno y por las cifras siempre negativas. Nunca, en los setenta años últimos, los mexicanos habían tenido un país tan fuera de control y tan venido a menos en todos los sentidos.

La economía, la corrupción, la violencia, la seguridad nacional, la soberanía, la educación, lo laboral, comercial e industrial, lo energético, el sector servicios y la administración pública federal, están patas para arriba porque nunca habíamos tenido un gobierno tan torpe como el de Felipe Calderón, y si a su torpeza le sumamos su ilegitimidad que no es poca -según la mitad y más de los mexicanos- y su entreguismo a la oligarquía, las trasnacionales y a Estados Unidos, lo que nos queda es esperar que este tipo termine su gestión malévola y procaz, porque a la vista no hay organización ciudadana suficiente, legal e ilegal, para sacarlo de Los Pinos y despertarlo de esta pesadilla a la que nos ha llevado como invitados de piedra.
Los diputados y senadores, la parafernalia judicial inservible -o servil sólo para los ricos y poderosos- y el ejército desviado a tareas anticonstitucionales, no pueden hacer nada porque se han dedicado a todo menos a hacer su tarea. Por lo anterior, México y los mexicanos, históricamente les condenará y señalará como la generación perdida de un gobierno fallido. ¡Al tiempo!

contacto@elperiodicodesaltillo.com
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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