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MAYO 2011
Edición No. 267
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La adversa realidad de Anaya

Salvador Hernández Vélez.

El pasado 16 de mayo arrancó formalmente la contienda por la gubernatura del estado. Aunque podemos decir que el candidato del PAN desde el 5 de enero que iniciaron las precampañas para gobernador, está realmente en campaña. Y una vez electo Anaya como candidato de su partido, apoyándose en una asociación civil que preside un empleado del área de recursos humanos del ISSSTE, iniciaron una campaña de lodo contra el candidato del PRI Rubén Moreira.

Como respuesta del rechazo de la sociedad civil vemos el desplegado del día 15 firmado por un grupo de empresarios laguneros. Los cuatro meses de campaña del candidato albiazul no le sirvieron para aventajar en las encuestas. Reza el dicho que “caballo que alcanza gana”, así que ni siquiera se acercó al puntero, y de acuerdo a diferentes encuestas empezará la carrera por la gubernatura del estado ya agotado.

Una característica de la campaña adelantada del candidato albiceleste, es que en los actos principales no logró incluir a las fuerzas tradicionales del panismo, ni cuando estuvieron en el estado el gobernador de Sonora y la coordinadora de los diputados federales del PAN Josefina Vázquez Mota, hicieron acto de presencia los García Villa, los González Domene y otras expresiones doctrinarias de Acción Nacional.

Los neopanistas irán a la contienda divididos. Sólo en Torreón se separaron militantes y adherentes que coordinan los hermanos Chavira, otros que tenían años trabajando con los hermanos Pérez Valenzuela y los que simpatizan con Manuel
Villegas, ex dirigente del PAN torreonense que fue destituido por no ser del grupo anayista, y por la división interna, no fueron capaces de elegir a una nueva dirigencia, por lo que impusieron una delegación alineada al candidato albiazul.

Cuando un partido llega dividido las posibilidades de triunfo son remotas, ni con campañas negras, ni echando culpas a los demás se puede ganar la mente y el corazón de los electores.

Frente a los problemas que el candidato Anaya ha enfrentado a lo largo de su “campaña”, como es el caso del reportero de la revista Proceso Arturo Rodríguez, no salió nadie de su partido a defenderlo, él se ha defendido solo, no ha tenido muestras de solidaridad ni voces que salgan a dar su aval por el senador con licencia.

En el caso de su inconformidad con las empresas encuestadoras también tuvo que dar la cara sin el apoyo de sus amigos y de los cuadros partidarios, incluso, cuando le contestaron del Gabinete de Comunicación Estratégica nadie de la militancia panista entró en su defensa. Lo han dejado únicamente con su equipo cercano, el mismo que durante esta administración calderonista se repartió las delegaciones federales, sin invitar a miembros de otras expresiones panistas, ¿cómo quiere que lo apoyen?

Frente a esta realidad con un partido dividido, sin el apoyo de los grupos doctrinarios, confrontando a sus adversarios internos como es el ejemplo del ex presidente municipal José Ángel Pérez, entre otros, con la salida de militantes que se han pasado al Revolucionario Institucional en diferente regiones del estado, con un presidente de la República de filiación panista que no da una, ¿cómo quiere ganar?

Y todavía la encuesta que aparece el día de inicio de campaña le da una preferencia al candidato del PRI Rubén Moreira, inalcanzable para Anaya, el único asidero que le queda por explotar, es un sector del electorado que más que ser de tendencia albiazul, es anti priista, pero estos electores no le alcanzan para ganar.

Gema García-Luján especialista en campañas políticas sostiene que para ser un candidato ganador se requiere que el interés privado coincida con el interés público, poner e interés de la gente antes que el particular o del pequeño grupo, estar en concordancia con su partido, conocer muy bien los usos y costumbres donde se competirá, conocer a la gente a la que se pretende gobernar, tener una buena formación académica y cultural, impulsar políticas diferentes para lugares diferentes.

Un buen político no tiene que hacer esfuerzo para posicionarse, no tiene necesidad de difamar al adversario, ni de desprestigiarlo para conseguir el posicionamiento. Un candidato tiene que estar en el ánimo de los electores, demostrar que se tiene responsabilidad y capacidad de trabajo, estar claros que como políticos son personas públicas, tener esto no se adquiere sólo con suerte.

jshvelez@hotmail.com
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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