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Enero 2011
Edición No. 275
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Medio Ambiente y Salud

Mario H. Arizpe García.

Cuando una persona tira, desperdicia o usa algo personal es de poca monta. Cuando lo hacen miles de millones de personas se convierte en un grave problema. Dejar un foco de 100 W prendido por 20 minutos sin utilizarse, no llama mucho la atención a la hora de pagar el recibo correspondiente. Pero si el mismo hecho se repite todos los días y además se agrega el televisor, la computadora, etc., de inmediato el mismo recibo va a llamar la atención, y si se multiplica por 7,000 millones de habitantes, las consecuencias llegarán pronto.

Poco a poco.- Lo mismo va a pasar con un papel, la gasolina, la basura y los tomates o frutas que se echan a perder. Por lo regular se minimizan estas acciones, pero cuando se adquiere conciencia del efecto multiplicador es cuando se toman actitudes en contrario. Para muestra un botón: lo que sucede con los envases plásticos que contienen el agua potable.

Investigación científica.-
Los datos que a continuación se transcriben son del muy acreditado Instituto de Investigaciones de la Tierra, en inglés Earth Policy Institute, con sede en Washington D.C. EEUU. El instituto proporciona estos datos, en relación a los envases pequeños (1 litro) que contienen líquidos, principalmente agua.

El promedio de envases de plástico producidos anualmente en el mundo es de 26,000 millones de litros (para uso humano). Se calcula que entre 80-86% de los envases terminan en los basureros. Para producir 26,000 millones de envases se requieren 17 millones de barriles de petróleo, que son suficientes para abastecer de combustible a 100,000 carros durante un año. El proceso de fabricación de esos 26,000 millones de envases de plástico, generan 2.5 millones de toneladas de dióxido de carbono.

Salud pública.- De lo que se está hablando es de un grave problema de salud y bienestar para los humanos y para el medio ambiente. Finalmente cualquier desequilibrio en la naturaleza, directa o indirectamente repercute en los seres humanos.

Recientemente el reconocido Dr. Edward Fujimoto, director del programa de bienestar del hospital Castle y profesor de la Universidad John Hopkins, declaró: “Es altamente peligroso introducir envases de plástico a microondas, refrigeradores o dejarlas por tiempo prolongado en los autos, ya que las altas temperaturas liberan dioxinas”.

Envases plásticos.- En un estudio hecho por el IEP se comprobó que un porcentaje muy alto de los envases con agua, sufrían alteraciones químicas, desde su traslado y almacenaje hasta el consumidor final, ya que normalmente las temperaturas en esos trayectos fluctuaban entre 30 y 40 grados centígrados. No se trata del agua, que es magnífica, sino de los envases y lo que representa su ruta.

Ley de gobierno.- Por su parte la Dirección General de Alimentos y Medicamentos de EEUU, explicó que: “Después de varias pruebas realizadas, cualquier cantidad de dioxinas que puedan ser transferidas a las comidas y bebidas por contacto directo con los envases de plástico, es mínima y se encuentran dentro de los límites de tolerancia permitidos”.

Venenos.- El Instituto Nacional de Ecología en México, define las dioxinas de la forma siguiente: “Son substancias altamente tóxicas que son generadas en una gran variedad de procesos industriales, de combustión y de incineración de basura que se encuentran ampliamente distribuidas en el medio ambiente, en concentraciones muy bajas y que tienden acumularse en los tejidos grasos de los seres vivos”.

Planeta verde.- Ante la diversidad de opiniones y regulaciones en ocasiones encontradas, sólo nos queda claro un concepto emitido por Earth Policy Institute sobre los envases de plástico (de menos de un galón): “Descartando las botellas de agua, mantienes al planeta Tierra y a tu salud en luz verde y si tan sólo una persona prescinde de usar el agua envasada así, 200 botellas menos terminarán en la basura este año”.

Medio ambiente.- En los últimos años, algunos países han implementado diversas medidas ambientales y de salud. Entre éstas destacan las del principio de las”tres erres”:

Reducir la cantidad de residuos de envases contaminantes. Reutilizar el material lo más que sea posible. Reciclarlo para producir nuevos materiales menos contaminantes.

Por mínima que sea cada acción individual, en especial cuando las personas son amigables con el medio ambiente y con su propia salud, se está contribuyendo a una vida sana. A lo anterior algunos le llaman quererse a uno mismo.

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