publicación Online
 
 
  ir a pagina principal regresar     
Diciembre 2011
Edición No. 274
ir a ediciones anteriores  

rufino rodriguezSan Felipe

Rufino Rodríguez Garza.

A poco más de 50 kms. de Saltillo, hacia el norte, se localiza un sitio por demás conocido, aunque poco o nada estudiado. Se trata de una cresta sin protección, una pared irregular que la mayor parte del día le pega el sol, y por supuesto, expuesta a las inclemencias del tiempo. Sin embargo el estado de conservación es bueno en general. Se nota el vandalismo, pues el lugar a sido frecuentado por curiosos, aficionados, estudiantes (de la Normal Superior), antropólogos y con suerte arqueólogos.

Las primeras referencias de este enigmático lugar me las proporcionó el Dr. José de Jesús Dávila Aguirre (+), su hijo, el arquitecto Jesús Ricardo Dávila Rodríguez y el Prof. Carlos Cárdenas Villarreal. El Dr. Dávila algo menciona en su libro Chichimecatl, el Prof. Cárdenas en una publicación de 1970 (Universidad de Coahuila) saca algunas fotos y le atribuye la autoría a los indios laguneros, por último fuí llevado al sitio por el arq. Dávila en los años ochentas del siglo pasado. De aquellas fechas al presente he estado en San Felipe unas cuatro veces incluyendo la más reciente del 23 de diciembre de 2011.

Las condiciones de propiedad territorial han cambiado. Por un lado las tierras ejidales (San Felipe), la propiedad del rancho La Cuchilla y la restaurada hacienda La Mina. En ésta última propiedad es donde se localiza el sitio arqueológico. Éste nuevo dueño ha hecho millonarias inversiones y las cercas de alambre de púas aparecen por todos lados; nuevos caminos, por donde los vigilantes se mueven en cuatrimotos cuidando que no se metan los intrusos. A la larga, esto pudiera servir para conservar las pinturas del vandalismo feroz que todo lo destruye.

Según el plano de INEGI, la sierra se llama San Francisco, donde una buena parte le corresponde al rancho La Cuchilla, y el resto a la hacienda La Mina. Por el lado sur corre un arroyo seco que también se llama La Mina y el cuál desemboca en otro arroyo (El Mimbre), que a su vez lleva las aguas (cuando llueve), al arroyo de Patos. Fuera de unos modestos grabados antiguos y otros históricos, lo demás son las pinturas en el frentón de la sierra de San Francisco.

La orientación de la serranía es de oriente a poniente, por lo que las pinturas “miran” hacia el sur. Desde el sitio se puede observar la salida del sol por lo que algunos motivos están relacionados con la astronomía. (Lorenzo Encinas). El panorama que se ve desde este sitio es inmenso: al oriente se pueden identificar las sierras de Villa de García, N.L., Mesillas es otra referencia observada desde San Felipe y un amplísimo valle que abarcaría ejidos como Santa Crúz, Rancho Nuevo, y otras propiedades.

Las pinturas en su mayoría en rojo y ocre, aunque también observamos motivos en amarillo, negro, naranja y blanco. En este último color una asta de venado cola blanca. Destacan algunas cornamentas de venado, todas en color rojo y ocre de este cérvido: el cola blanca, Aunque el profesor Carlos Cárdenas quiere ver astas de venado bura, lo cierto es que todas son del venado cola blanca.

La vocación del sitio es eminentemente chamánica. Aquí se realizaron ritos propiciatorios como el de la cacería, pues el número de astas así lo manifiestan. Los cómputos a base de rayas y puntos nos indican referencias al sol y la luna, por lo que la cantidad de “rayos” en la figura solar o en la línea horizontal, abajo de una asta, nos indicaría referencias calendáricas.

La mano está representada 8 veces, 5 derechas y 3 manos izquierdas. Este motivo se relaciona con la “firma” del autor de muchas de las figuras representadas en este mural o “lienzo de piedra”. Las manos están muy erosionadas, algunas casi borradas. Es la forma a la que llamamos “manos positivas”, aunque se observan algunas características propias de este lugar. Por ejemplo algunas de las manos se representaron sólo con líneas verticales y la última llena el requisito de pintarse completamente la mano de la pintura para proceder a aplicarla en la roca. La mano antes que nada era una herramienta y un instrumento de medición; también era un símbolo de identidad.

En este lienzo de piedra podemos ver que hay representaciones humanas, manos, también mamíferos, (como las astas de venados cola blanca); huellas de venado y de bisonte e insectos, también reptiles pues cuando menos se observan dos tortugas por lo que podemos hablar de un estilo naturalista, “relacionado con la cacería y asociado con conteos solares y lunares, un sitio único en el sureste coahuilense, que denota la serie de rituales que en este lugar se practicaron. Al estilo bien se le puede llamar naturalístico tipo San Felipe” (L. Encinas).

En la agenda de 1996, en el gobierno del Dr. Rogelio Montemayor, se utilizaron fotos de San Felipe para ilustrar dicho calendario.

En 1970 el Prof. Carlos Cárdenas le llamaba a este sitio “ el Altamira en miniatura”, ( lo más parecido a la cueva de Altamira sería una modesta huella de bisonte), el Sr. Ramirez, el Dr. Maeda y Dávila, al encontrar las pinturas del Clarín, en San Pedro, le llamaron la “Capilla Sixtina” del arte rupestre, Cuarenta años después cambiarían de opinión, pues nuevos abrigos rocosos albergan pinturas que ni por error se imaginarían que existieran, tal es el caso de Tío Tacho, San Vicente y la Cuatralba en Zaragoza, Mesa de Catujanos en Candela, la Filomena en Ramos Arizpe y algunos sitios más en Ocampo y Villa Unión.

San Felipe es el mejor sitio con pinturas en el sureste de Coahuila. A la fecha hemos localizado en esta parte del estado unos 40 lugares con pinturas, quizá modestos, pero con una información de primera mano para entender la vida de los cazadores-recolectores.

A diferencia de sitios con petroglifos donde aparecen astas casi siempre están relacionadas con puntas de proyectiles o navajas enmangadas, en el caso de San Felipe sólo se dibujaron las astas pero no hay ninguna herramienta, llamese lanza, navaja, atlat o proyectiles.

Creo que somos muy afortunados al poseer aquí en Coahuila, el testimonio pintado y grabado, que los antiguos cazadores-recolectores nos dejaron para que algún día podamos descifrar los ocultos mensajes del pasado.


             
                             
presiona sobre la imagen!
 
 
rufino.rupestre@gmail.com
www.CoahuilaRupestre.com.mx
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino