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Febrero 2011
Edición No. 276
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Ponte en mi lugar

Arcelia Ayup Silveti.

La oferta radiofónica en Saltillo es en su mayoría de corte popular, con sus honrosas excepciones. Cuando quiero escuchar la radio activo la función para probar todas las estaciones y casi siempre da hasta dos vueltas las opciones. Generalmente termino escuchando un programa que abarca clásicos en inglés y el locutor aunque no es muy ducho en la pronunciación, si lo es en conocimiento musical.

Me llama la atención que esta persona dedica todos los días un espacio para pedir a los escuchas el respeto a los estacionamientos para personas con capacidades diferentes. Afirma que debe “machacar” porque quizá así tomemos conciencia y no ocupemos estos lugares si no tenemos necesidad. Comenta a su auditorio que no nos cuesta nada caminar un poco más, que al contrario, es en beneficio de nuestra salud.

Recordé varias anécdotas en torno al tema. Una ocasión en un estacionamiento de un centro comercial en Torreón, vi llegar a una señora joven directo al lugar prohibido. Caminé más lento para ver la escena. Sin el menor aspaviento puso su flamante camioneta justo ahí. Le dije que seguramente no se fijó pero el lugar es exclusivo. Miró el letrero y luego me contestó enfadada: “¿Y a ti qué te importa?” Respondí que sería una lástima si su mamá o alguien de su familia necesitaran el lugar y otra persona lo invadiera injustamente. Gritó que no tardaría y le pedí me asegurara que mientras tanto alguien no tuviera necesidad de ocupar ese espacio.

Se abre en ese momento la puerta trasera de su minivan y descienden una pequeña princesa con su nani. “¿Es tu amiga, mami?” pregunta la niña, y responde la señora: “¡Ni lo mande Dios!, es una metiche que me viene a decir dónde debo poner mi camioneta, yo la pongo dónde me de mi regalada gana y me tardo lo que quiero”. Siguieron su camino. La princesita vio un letrero azul con el dibujo de una silla de ruedas. Indagó a su mami el significado. Imagino la respuesta.

En otra ocasión vi un señor estacionar su auto en la entrada de ambulancias del hospital del ISSSTE en Torreón. Varias personas que pasábamos por ahí le dijimos que era prohibidísimo, porque es emergencia y hay mucho tránsito de ambulancia. Nos dijo a todos, casi corriendo: “Nombre si nomás voy aquí a la vuelta, no me tardo”. No dábamos crédito a lo que veíamos.

Hace días me platicaron sobre un señor cuya camioneta porta placas para discapacitados. No lo conozco, me comentaron es un hombre maduro sin ningún impedimento físico. Él concluyó que esa sería su solución para no caminar tanto en los lugares públicos en los cuales tendría reuniones. De esta manera compensaría los minutos atrasados y no llegaría demasiado tarde a sus citas. Brillante idea. ¿No creen? Así va este señor por la vida, asegurando llegar a tiempo a sus compromisos y a los de su familia. La otra cuestión es cómo consiguió esas placas.

En Saltillo hay una campaña del DIF llamada Ponte en mi lugar, no en mi espacio, para concientizar a los automovilistas a ser responsables y no estacionarse en áreas prohibidas. Se busca la cultura de la denuncia, pedirle a quienes no respeten estos lugares, que pongan su auto en otra parte del estacionamiento. Es una buena manera de enseñarnos a ser responsables, honestos y justos. Considero vital enseñarles esto a los más pequeños de nuestro círculo de acción, para que crezcan con esa mentalidad y ellos a la vez sean portadores de dichos valores. Sin duda, seríamos una sociedad más desarrollada y comprometida. Pensemos cómo queremos que nos recuerden nuestros hijos.

 
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