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Julio 2012
Edición No. 281
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De Profesores, Diputados y Senadores


Fidencio Treviño Maldonado.

Las diferencias del puesto de un profesor con el de un diputado son abismales, ser profesor es ser del montón, es ser un virtual desconocido de los casi dos millones de mentores de la SEP, mientras diputados y senadores sobrepasan los mil quinientos, contando los diputados locales en los Estados y los federales, los senadores son 120. El profesor, el verdadero docente, el de gis, pizarrón y banquillo, el que los lunes hace con los chiquillos honores a la bandera, el que ayuda al niño a tomar el lápiz para hacer aritos, contar palitos y rayitas, fuera o dentro del renglón, la maestra que revisa tareas, la que canta las tablas de aritmética, la que dibuja en el pizarrón y cuenta cuentos, la que consuela al niño que se resbala y cae, la que cura los raspones, el profe que les “muestra” a los inquietos niños como se patea un viejo balón en la cancha de tierra o en el patio de la escuela rural, la profesora que limpia lágrimas al niño que llora. El profesor que viaja en burro, a caballo, en bicicleta o a pie en la sierra de Guerrero, en Chiapas, en Chihuahua y otros Estados, o en las ciudades tomar dos autobuses para llegar a su centro de trabajo, el profesor o profesora que gana 2,400.00 pesos por quincena, en algunas zonas de la República un poco más o en un tiempo completo de secundaria o doble plaza que gana de siete a nueve mil por quincena.

Los profesores y profesoras que tildamos de flojos, de mal arreglados, de faltistas, y otras cosas y que para muchos es una profesión muy baja, esto porque en parte así le conviene a la clase gobernante. El profesor que está atado a un sindicato rapaz y corrupto que sólo sabe cobrar cuotas y no hace nada por mejorar el servicio médico (ISSSTE), un SNTE en manos de gángsteres y chantajistas, callejones sin salida llenos de aguijones envenenados, que dicta quién, cuándo, cómo y hasta dónde llegará el profe si se porta bien con los de arriba, o si hay rebeldia su cambio como sentencia está dictaminada y la plaza será de baja categoría. .

Ser Senador o Diputado es tener un sueldo minimo de 40 mil pesos por quincena, es tener fuero, es entrar a su trabajo a la hora que quiera, espacios confortables con aire acondicionado, bebidas a su disposición, contar con dos o más secretarios o asesores, no tener ningún respeto a la bandera ya que en plena sesión se pelean y dicen cada leperada, importándoles poco el inmenso lienzo tricolor que en todos los recintos legislativos hay. Aun persiste la costumbre de muchos legisladores de dormitar en el sillón llamado “curul”, y son pocos los Senadores y Diputados que participan en las ocasionales sesiones para tomar la palabra y pelear en tribuna, así como son nulas las iniciativas que sacan con provecho para el pueblo en general. ¿ Quién conoce alguna ? no la hay. Mientras hay escuelas que se caen a pedazos, escuelas sin los requerimientos necesarios con falta de agua, sin baños y si los hay están en malas condiciones, sucios igual que el sistema, sin ventanas o vidrios rotos, sin banquillos, y aun así muchos profesores están esforzándose por llevar luz a millones de cabecitas despeinadas y sonrisas chimuelas.

Por otro lado, sin remordimiento alguno, nuestra bien pagada clase legislativa se gasta cientos de millones de pesos en tonterías, en comisiones, las familias de los legisladores están aseguradas y para ellos se gastan 170 millones, en comida, refrescos y jugos 2 millones, en celulares y teléfonos 23 millones y por apretar un botón (antes era levantar el dedo) ahora en el tablero se gastan 12 millones, más que cualquier pizarra de béisbol o fútbol, en fin sólo el Congreso de la Unión en tres años se gastó 30 mil 600 millones de pesos, y aun así no son capaces de parar el alza de los combustibles, de sacar la reforma laboral que beneficie al obrero, la reforma rural o la reforma energética entre otras y, no es que no la quieran sacar, sino la verdad es que no saben cómo, esa es la triste realidad, su ignorancia ha sido por años el pretexto, es decir no están a la altura del país, pero en el sueldo superan a todos los mexicanos, incluyendo a los profesionistas que se han quemado las pestañas por años en universidades.

Lo que somos, queramos o no, es producto de los profesores o del seno familiar, que al final de cuentas algún profesor también influyó en la formación de todos. Sin olvidar que somos el producto de las circunstancias y casualidades, y también por qué no, moldeados a la imagen de la estructura gubernamental, con el modernismo galopante que impone formas, modas y estilos de vida, donde inclusive se perdió el sentido común.

Y más allá de que existan profesores flojos, huelguistas, rojillos, improvisados, mal preparados, vende/compra plazas, y hasta promotores del voto y otros fiascos, son la mayoría los profesores (as) que día a día se esfuerzan por llevar a cabo el proceso de enseñanza/aprendizaje, el profe que busca habilidades y destrezas en los niños y jóvenes, el que ve aptitudes y moldea actitudes para la formación del educado.

¿Pero qué hace mientras el Diputado y Senador?, trabaja para su partido, para los que le dieron dinero y costearon su campaña, para grupos de poder, tener influencias, rodease de gente bonita hasta renegando de la raza de bronce por el color, ésto los que salieron por sufragio, sin embargo los llamados plurinominales, ellos sólo tienen dos compromisos: cobrar, y al que lo propuso serle fiel hasta la ignominia, capaz de masticar el alimento por él.

Pobre y miserable país el nuestro, con un epitafio siniestro, tan lleno de utopías surrealistas, mientras el gobierno hace más cárceles, las universidades y escuelas se desmoronan, lo peor ni siquiera media cobertura se tiene en educación, así sea ésta, mala, regular o casí buena. Así está en parte porque así deseamos que sea nuestro sistema que beneficia a pocos, para joder a muchos.

 
kinotre@hotmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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