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Junio 2012
Edición No. 280
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jerico abramo masso

Las pifias de Jericó

El periodista Jorge Arturo Estrada señaló que los alcaldes Jericó Abramo Masso (Saltillo), Ramón Oceguera (Ramos Arizpe) y Eduardo Olmos (Torreón) son los daños colaterales que dejó el gobierno de Humberto Moreira. Y no es para menos, el “profe” convirtió en primera autoridad de los 38 municipios coahuilenses a personajes ignorantes, deshonestos e incapaces para gobernar, pero excelentes cómplices y obedientes lacayos.

Humberto Moreira seleccionó a su imagen y semejanza a sus alcaldes: demagogos, despilfarradores, opacos, por eso hoy son un pesado lastre para el gobierno estatal, y aunque no hay a cuál irle algunos aseguran que el caso más patético es Jericó, porque tiene iniciativa.

Jericó es rehén de las ocurrencias, de él y de los que lo cilindrean, pero además cree que todos los saltillenses son ignorantes como él, por eso proclama sus ocurrencias como únicas en el mundo. Así nació la ciclovía, ese despilfarro inútil que costó al erario municipal 15 millones de pesos, aunque nadie sabe en qué se gastó esa enorme suma, pues no checan las cuentas, porque la ciclovía no resiste un análisis de costos.

Otra jericada fallida, es el mentado Saltibús, que berrinchudamente insistió en llevar a cabo, incluso amenazando a los transportistas con retirarles la concesión. El pobre de Jericó ni siquiera se dio cuenta que ni tiene el tamaño, ni los tamaños menos la inteligencia, para enfrentarse con “el pulpo camionero”. Aún así, en un arranque veleidoso acusó a Jesús Figueroa de quererlo chantajear. Por su parte, el líder de los transportistas guardó silencio, pues había medido a su pequeño adversario. Ante su rotundo fracaso, Jericó buscó a quién responsabilizar y palabras más o menos, dijo que los transportistas no le hacían caso por un acuerdo o pacto que tenían con el gobierno estatal. Otro fracaso fue el cierre de la calle Victoria.

Pero la perla de la estulticia es que ahora Jericó diga que Saltillo -bajo su conducción obviamente- sea el primer municipio coahuilense que “limpió” su policía, despidiendo a 330 preventivos (casi el 50% del total) en 6 meses, de diciembre de 2011 a mayo de 2012. Presumiendo con sombrero ajeno, a Jericó se le olvida que no fue él quien ordenó la depuración policiaca, sino fue su jefe Rubén Moreira el que promovió los controles de confianza para los policías. Luego Jericó acusó al gobierno del estado de dejarlo solo en el pago de más de 13 millones de pesos para indemnizar a los policías despedidos por no haber pasado los controles de confianza.

Hay que señalar que lo único que hizo el deshonesto Jericó en sus primeros dos años de “gobierno” fue dejar que la policía municipal se manejara como quisiera, el junior sólo iba a la comandancia a sacarse la foto para la publicidad cuando anunciaba aumento de sueldo a los policías, o los dotaba de uniformes, equipos y patrullas, las cuales desconociendo la reglamentación universal, se le ocurrió pintarlas de verde y rojo (los colores de su partido), después la federación le envío otras de color azul, que es el universal para las patrullas policiacas. De allí que tengamos patrullas de varios colores.

Por eso, la periodista Isabel Arvide que trabajó con HMV en un programa para militarizar las policías de Coahuila, en su facebook siempre insistió en calificar de tonto y mentiroso a Jericó...

 
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