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Junio 2012
Edición No. 280
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rodolfo gaona

Rodolfo Gaona Jiménez (IV)

Alberto Santos Flores.

En entregas anteriores relatamos como se hizo torero Rodolfo Gaona; a temprana edad en compañía de amigos en su ciudad natal de León de los Aldama, emprendió el duro camino que tienen que recorrer los maletillas para hacerse de dinero y fama, y conoció en un billar a su maestro Saturnino Frutos “Ojitos” quien formó una cuadrilla antecedente de la primera escuela taurina de México, de la cual Rodolfo era el discípulo más aventajado. Viaja a España y recibe la alternativa el 31 de mayo de1908 en Tetuán de las Victorias (Madrid) con toros de Peñalver, siendo su padrino Manuel Lara “Jerezano” que le cedió el toro Rabanero.

Confirma el 5 de julio del mismo año en la plaza principal de Madrid, y el 15 inaugura la plaza de Vista Alegre también en Madrid, compartiendo cartel con Ricardo Torres “Bombita” y Rafael González “Machaquito” obteniendo un gran triunfo, todavía toreó otra corrida en la misma plaza en la que el público le coreó de pie la faena de muleta por más de media hora sin que nadie pidiera la estocada ni el presidente tocara un aviso por el tiempo excedido. Decía el propio torero; los públicos no se impacientan cuando contemplan una gran faena, la disfrutan igual que el torero.

Regresa por segunda vez a España para su primera campaña formal, toreó muchas corridas pues había dejado en su temporada anterior muy buen cartel, pero parecía que los públicos no querían darle valor a lo que hacía y lo ovacionaban en forma lacónica cuando ejecutaba algún lance, en las reseñas la crítica lo trataba con frialdad.

Entonces descubrió que su apoderado no conocía el intríngulis del medio taurino y los únicos consejos que recibía eran las palabras de siempre: “Rodolfo no te apures, todo se compondrá arrimándote al toro allí está el secreto de las ovaciones y los críticos se rendirían ante la verdad”, y así hubiera continuado, dice el torero.

Una noche en el café Inglés un amigo le dice: ¿No sabes lo que pasa? No, contestó. Se dice que en México pisoteaste la bandera española y en todo Madrid no se habla de otra cosa.
¿Pisotear la bandera española, cuándo?
-En un banquete.
-Si en un banquete había una bandera española necesariamente había españoles, ¿usted cree que me lo hubieran permitido? Eso no es verdad, es una calumnia pero… No sé de quién.

Como era lógico él y su apoderado escribieron una aclaración que se publicó en “El Heraldo” de Madrid desmintiendo la calumnia. Pero no fue creída. Decía Rodolfo: ¿Cómo es posible que se crean de estupideces como si fueran verdades?, en cada parte que toreaba le salían con su dichosa bandera y trataban de vengar la afrenta chillándole, lanzándole todo tipo de injurias.

Por fin supo quien había propalado esas barbaridades, eran su picador y su banderillero, y según lo narra el matador en sus memorias, cuenta que “Ojitos” su apoderado lo traía en un puño pues era muy estricto, que el único momento de libertad que tenía era cuando estaba frente al toro, pero resulta que un día de su santo lo quería pasar como le diera la gana y se fue de juerga con sus amigos, y cuando llega a su casa al día siguiente se coló hasta la recámara sigilosamente, pero no se libró de las amonestaciones de “Ojitos” que le recordó la moral, la decencia y las facultades que deben tener los toreros . El regaño era muy largo -dice él mismo- y me levanté de la cama y me fui al comedor y ahí estaban los miembros de mi cuadrilla: Agujetas, Chanito y “Algeteño” banderillero y sobrino de Saturnino mi apoderado. Todos querían meter su cuchara.

¿Dónde has estado? Me preguntó Algeteño.
-No le respondí
-Muy bien y nosotros esperándote; te compré un pastel con dos torreoncitos con una banderita de México y otra de España, y cogió el pastel y quería metérmelo por los ojos para hacerme sentir que era un ingrato, pero yo no estaba ni para sermones ni para pasteles, le arrebato el pastel y lo tiro al suelo y le doy un puntapié…

Entonces Algeteño se metió debajo de la mesa y sacó las dos banderitas, y se puso a gritar: -¡Has pisoteado la bandera de España y también la mexicana! Mira como yo las respeto más que tú, y se puso a besarlas. Ese fue el origen de la calumnia idiota, que me dío muchos dolores de cabeza. Termina diciendo: Señor ¿por qué permites que haya imbéciles?

A finales de ese año regresa a México para hacer la temporada de la plaza del Toreo, un gran ídolo de todos los públicos, dentro y fuera del ruedo, México estaba dividido en gaonistas y antigaonistas, y más a raíz de un pleito que se suscitó entre el empresario de la plaza El Toreo y el dueño del periódico oficialista de aquella época “El Imparcial”; cuando éste le vende “El Mundo Ilustrado” que para el “Imparcial” era empresa ruinosa, pactándose que el pago se cubriría con las ganancias que dejaran las corridas de toros.

Poco después, resulta que en los talleres del “Mundo Ilustrado” se imprimía y publicaba “Actualidades” que criticaba duramente a los científicos comandados por Limantour. Como Gaona era el torero más notorio, el que llenaba la plaza de la Condesa y por lo tanto era el que más cooperaba para pagar el adeudo sin él saberlo. Se vio de pronto convertido en el centro de la polémica entre los partidarios del sistema y los que deseaban un cambio en el país.

Coincidiendo esta situación con la implicación de Rodolfo Gaona con el suicidio de María Luisa Noerker, hija de un alemán a quien encontraron muerta en su casa, frente a una fotografía de Rodolfo. El diestro estuvo preso durante 22 días, luego salió libre por falta de pruebas. Mientras tanto el “Imparcial” y otras publicaciones adictas al régimen se habían cebado en él, atacándolo en forma despiadada.

Porfirio Díaz era seguidor de Gaona y ya había acudido a verlo en dos ocasiones en una de ellas le regaló su cartera con un billete de mil pesos que el torero conservó.

Antes de partir a España participa en la corrida que se anunció para el 20 de febrero que con motivo de la celebración del centenario de la independencia se daría en El Toreo de la Colonia Condesa, y que contaría con la presencia del Presidente Díaz y el Vicepresidente don Ramón Corral.

Volvió a México para la temporada invernal 1910-1911, todavía con don Porfirio en el poder, ya después del triunfo de Madero (1911-1912) se retrató con él en un palco en El Toreo, luego intimó con Victoriano Huerta. Teniendo como consecuencia la incautación de sus bienes por parte de Carranza, quien además en su estancia al frente del país mantuvo un decreto que prohibía las corridas de toros...

Continuara.

El descubrimiento de la Gaonera, el par de pamplona, su tropiezo con Alfonso XIII ,Corrida del centenario de la consumación de la Independencia con Álvaro Obregón y Ramón de Valle Inclán

En la espuerta: Un episodio de humor negro dentro de la historia patria: Un día Gaona fue invitado por Victoriano Huerta a una comida en Tlalpan y se prestó para ser fotografiado a un lado Aureliano Blanquet y al otro lado Aureliano Urrutia con el Presidente Huerta atrás de ellos, quien al ver la fotografía dice: “Aquí están los tres mejores matadores que ha producido México y yo de sobresaliente”. Entre otras cosas, Aureliano Blanquet fue parte del pelotón que fusiló a Maximiliano y fue quien aprehendió a Madero, y a Aureliano Urrutia se le acusa de haber cortado la lengua del cadáver de Belisario Domínguez.

 
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