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Marzo 2011
Edición No. 277
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pablo nerudaArte y política en Neruda y Brecht
ante la guerra civil española


“Cuando la humanidad es destruida,
no hay arte alguno”.
Bertolt Brecht.


Salvador Hernández Vélez

La tesis que se sostiene en este libro Arte y política en Neruda y Brecht ante la guerra civil española de Arcelia de la Torre Barrón es: La política y el arte se relacionan en el proceso de los movimientos sociales. Las obras que se comparan son la de Pablo Neruda (España en el corazón) y la de Bertolt Brecht (Los fusiles de la madre Carrar) y son producto y expresión de la unidad artística e ideológica entre arte y política. Y es en esta unidad donde se desarrollan estos trabajos de Neruda y Brecht: mientras que Brecht pone su obra al servicio del movimiento antifascista, convirtiendo sus trabajos en obras didácticas, la poesía en Neruda es la expresión de la vida y el sufrimiento humano en el fascismo y en el movimiento republicano.

También en este trabajo se contrastan: Dos distintas concepciones de la poesía. Neruda llegó a España en un momento en que Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas, Jorge Guillén y Dámaso Alonso, defendían una concepción purista, la poesía pura debía postular, en un acto de interiorización, la supratemporalidad de las cosas. En un homenaje a Neruda, García Lorca al pronunciar el discurso inaugural aprovecha la oportunidad para presentar un concepto nuevo dentro de la poesía española: … les digo que deben prepararse para escuchar un verdadero poeta, uno de aquellos cuyos sentidos están dirigidos a un mundo que no es el nuestro y que sólo pocos perciben, el de la nueva poesía impura, donde el escritor debe tener una función social. El poeta progresista debe estar de parte de los oprimidos. García Lorca y Rafael Alberti estaban en permanente contacto con el pueblo y a través del arte y la poesía contribuían a crear una conciencia social progresista.

Neruda sostiene: “… decidí que mi actitud dentro de la sociedad y ante la vida debía ser también humildemente partidaria. Lo decidí viendo gloriosos fracasos, solitarias victorias, derrotas deslumbrantes. Comprendí, inmerso en el escenario de las luchas de América, que mi tarea humana no era otra cosa sino sumarme a la gran fuerza del pueblo organizado; agregarme con sangre y alma, con pasión y esperanza , porque sólo de esa henchida torrenta pueden nacer los cambios necesarios a los escritores y a los pueblos”. Aquí Neruda resume la actitud de un militante comprometido con su gente.

Esta subordinación del escritor a los intereses del pueblo. Este paso decisivo del poeta Neruda hacia una poesía comprometida, en 1936, cuando estalla la guerra civil, había decidido su camino al lado de los explotados. España en el corazón es un libro que ha permanecido como un testimonio artístico esencial de la tragedia española. Después de escribirlo en adelante Neruda manejaría el poema como una carabina. La posición política del poeta se expresa a través de los medios poéticos, en este caso las metáforas. Aquí es evidente que no es posible una separación entre las valoraciones políticas y las literarias de un poeta.

Los escritores humanistas democráticos exponentes de la literatura antifascista desde 1935, encabezados por Heinrich Mann, los escritores comunistas representados por Johannes R. Becher. Luchaban contra el fascismo que cuestionaba los fundamentos de la humanidad misma, que conmocionaban profundamente los valores humanistas como la libertad de conciencia y la de pensamiento.

Aquí en México, la guerra contra el narcotráfico sin duda es necesaria, pero la forma cómo la está combatiendo el gobierno federal es cuestionable porque conmociona hasta los tuétanos los valores humanistas.

El papel político de la literatura consiste en representar la realidad como transformable y a los héroes como capaces de actuar. Esta es la posición de Bertolt Brecht. En Los fusiles de la Madre Carrar nos dice: Teresa se opone a la violencia y bíblicamente sentencia que quien a hierro mata, a hierro muere. Sin embargo, muy pronto ella misma estará dispuesta a matar y a morir a fuego y a hierro. El cambio de actitud se produce cuando dos pescadores entran a la casa sosteniendo el cuerpo de su hijo Juan, quien ha sido abatido a pesar de que sólo había ido a pescar. Todavía Teresa no entiende por qué lo han asesinado: “¡Es un error! ¡Si había ido a pescar!” Mientras los rezos de las mujeres que escoltaban a la víctima se hacen más claros y fuertes, algo decisivo ocurre en el interior de Teresa Carrar. Y eso por ello que el silencio del cura es para ella tan tremendo. Él debería dar sustento ideológico a su cuestionamiento: ¿Por qué calla el cura cuando debería hablar? En lugar de expresar sus nociones de paz, deja sola a Teresa Carrar, sola con el conflicto. Pero la obra de Brecht señala Arcelia de la Torre no fue sólo una discusión sobre la decisión humana y políticamente correcta durante la guerra civil española, sino que penetra con profundidad en el gran contexto político internacional de la época. En la obra, el obrero advierte repetidamente a la Carrar y al cura que en esa sangrienta lucha no pueden permanecer neutrales.

Los resultados de una comparación sincrónica de la relación entre individuo e historia en Pablo Neruda y Bertolt Brecht, pueden esbozarse en los siguientes términos: para la vida y obras de ambos, la guerra civil española significó un corte irreversible, mientras que Neruda a través de este acontecimiento y hasta el fin de su vida definitivamente se suma a las filas de la literatura comprometida, en Brecht se refuerza en los previos años de epos lírico y con ello parte deductivamente de un concepto colectivo de pueblo. Brecht escogió en forma inductiva y paradigmática a una madre de familia para su parábola de la transformación de la conciencia, que llega a reconocer que el pacifismo y la neutralidad sólo ayudan al enemigo. El teatro para él representa un espacio de tipo moral.

Arcelia reflexiona hasta qué punto la proclamada unidad entre arte y política presenta diferencias con respecto a las categorías centrales, los objetivos de Neruda y Brecht respectivamente, y cómo se puede explicar éstas. La discusión sobre arte y política tiene más de de dos mil años. Comenzó con la politeia de Platón, en la que se estipula lo que es y lo que no es permitido escribir a los literarios. La polémica continúa hasta hoy y, sobre todo, las posiciones extremadamente polarizadas han surgido en torno a la poesía.

En forma sencilla éstas se pueden formular de la siguiente manera: unos se concentran en el contenido político de la obra poética y lo contemplan aislada de los momentos estéticos; y otros desearían despojar a la poesía de todo aspecto social. En Neruda, el arte sigue siendo expresión de la vida real. Arte y política configuran un ámbito propio, sin que esta unidad tenga que ser legitimada por la teoría.

 
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