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Mayo 2012
Edición No. 279
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La Cristiada

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Está en los cines la película La Cristiada, con Andy García, artista y gusano cubano, con un elenco de artistas en el que destaca el niño Mauricio Kuri. La película es un bodrio histórico sobre acontecimientos en el México gobernado por Plutarco Elías Calles en el cual, la iglesia católica -como enemiga sempiterna del pueblo mexicano- es acotada en sus intentos de proseguir con sus negocios en donde la mercancía es la fe de los creyentes y ellos mismos. Los beneficiarios -por supuesto- son la propia iglesia, la oligarquía, gobiernos extranjeros y el decadente Vaticano que es el signo viviente del negocio más antiguo del mundo y la institución política más rancia de la humanidad.

No trato de denigrar la película sino de las intenciones de la propia iglesia y el gobierno panista; dos entidades decadentes, una internacional y la otra mexicana que aprovechan cada resquicio de chanchullo y trapacería, para colocarse en la mente de un pueblo que ha sido su víctima. No les basta -a la iglesia y al PAN- adueñarse de la opinión de los medios de comunicación para engañarnos y robarnos, inclusive, pagando a las televisoras y todo medio masivo, con nuestro propio dinero, el del erario y las limosnas. Ahora recurren al cine y llevan a cabo esta película, la que reitero es un bodrio cinematográfico en el cual lo adornan con un protagonista guapo al más acabado estilo del PRI con su proyecto Enrique Peña Nieto y cartel delictivo que le acompaña.

En México ser mercenario de la historia y distorsionador de la realidad –para engañar al pueblo, robarlo, explotarlo y expoliar su fuerza laboral, más a gusto- es tarea fácil, lo podemos ver en las reformas laborales emprendidas por el PAN con el aval del PRI; en el apoyo que la iglesia le da a los peores dentro de la clase política y a la clase patronal y las alianzas político-religiosas con los intereses extranjeros, descuidando a los desposeídos, los que dicen gobernar, dirigir y orientar.

Hoy con esta película de Andy García y Mauricio Kuri, entre otros, podemos contemplar hasta el hartazgo la pequeñez y mala fe de nuestras instituciones religiosas y de una clase política compuesta de vividores, pero lo que me llama poderosamente la atención, es que una gran cantidad de nuestros “historiadores” ligados ellos al PAN y a la iglesia católica, intentan por todo medio, derrumbar a nuestros héroes -si algún día los hubo- de su pedestal, y colocar en ese montículo de granito o mármol, a los peores mexicanos.

Ya intentaron hacer santo al pederasta de Cotija, ya hicieron santos a los cristeros idiotas y desnacionalizados y créanlo o sépanlo apreciables lectores, no cejarán en su intento de lograrlo y, sólo pararán, hasta que hayan exprimido la última gota de sangre y el último centavo, como postrer limosna, para exaltar a CRISTO REY, vivir a sus anchas de esa pecunia, mientras perdonan “al jodido e ignorante” sus pecados y le venden canonjías plenarias, promisorias de un cielo que no existe pero se los pintan así: “El Cielo hijo mío. Es para los humildes, los que al recibir una cachetada, ponen la otra mejilla y recuerda… es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico se vaya al Cielo” ¡Pamplinas! O, ¿usted qué opina?

 
ah.pd@hotmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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