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Mayo 2012
Edición No. 279
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“Pleito Ratero”
Alarma en el magisterio, temen los exorcicen


Adolfo Olmedo Muñoz.

El momento político que vive nuestro país con elecciones “en puerta”, donde la cloaca está al tope, y sin decirlo, todos expresan una gran preocupación por conocer día a día, la clase de infundio o revelaciones que lanzan los enemigos, en su lucha por las múltiples campañas: para senadores, diputados y, la “madre” de todas las conflagraciones, por la silla presidencial, todo lo cual tiene trasudando el cerebro tanto de los actores políticos, como de los espectadores, así como de los analistas, que según mi modesto criterio, han perdido también la brújula y ya no atinan a qué comentar.

No por opiniones disparatadas, por el contrario, sino por la cantidad, la variedad, la certeza o descalificación de las versiones, tan a la ligera como se da en esta etapa de una llamada “democracia”, que la más de las veces, tiene la piel muy sensible y en otras su cinismo es garrafal, y en donde cualquiera le mete la mano, pero no cualquiera le paga derecho de piso, o derecho a pisarla, -a la democracia-.

Con dos botones de muestra (que podrían ser unas cuantas docenas) podemos ejemplificar la depauperada imagen de esta manoseada señora conocida como “Democracia”. Por un lado, el rechazo que ha promovido la cúpula del SNTE, en contra de la evaluación universal a la educación que imparten actualmente los docentes.

Rechazo que ha provocado ya manifesta- ciones públicas que considero una de las más des- caradas marrullerías para encubrir la mediocridad de más del 65 por ciento de los “profes” que parasitan el sistema educativo “oficial”. El privado tiene sus propias taras, a otro nivel.

Con un descaro insultante, sobre todo si conocemos la ubicación que en el mundo tiene la educación en México, los maestros afiliados al SNTE -de quienes su guía espiritual, política y marrulleril, es Elba Esther Gordillo- alegan una serie de imprecisiones en la carta de intención surgida del supuesto compromiso pactado entre el amigo de la Gordillo -Calderón Hinojosa- y la cúpula del SNTE, a principios del año pasado.

En ese “acuerdo” se estableció la necesidad de contar, tan sólo, con un instrumento de medición (desprovisto del criterio de “evaluación”) del desempeño docente, y cuyo único propósito sería mejorar la calidad educativa de nuestras jóvenes generaciones.

Esos maestros opositores que actúan como mafia protectora de la aberración, coligen a priori -no sin mucho fundamento- que saldrían a relucir: ineficiencias, corruptelas, tráficos de influencia, encubrimientos, perfidias hasta sexualmente reprobables y otras malas costumbres que ha enclocado la concentración de un poder evidentemente totalitario.

Calculan, lo cual insisto, no deja de ser una duda razonable, que al dar a conocer los resultados de esos “instrumentos de medición”, su condición se debilitaría, no sólo a los maestros o maestras que calificaran una posición mediocre, sino que afectaría además a sus “padrinos” (o “tíos” en casos; cómplices en otros) por lo que han decidido armar la de gas intestinal, con lo que en nuestra cultura, democrática y no; o expresión entre lo público o lo privado, pero que coloquialmente el pueblo conoce como ¡Pleito Ratero!

Sin embargo, podemos adelantar de acuerdo a una lógica política, que este asunto no tardará un año en que se esté resolviendo a favor del país. La señora Gordillo anda ya como perrito sin dueño, o con el perrito extraviado. Únicamente esperamos, y tal vez a eso se deba que se ha tratado el asunto de manera ciertamente “discreta” en esta etapa electorera, que no pase la Gordillo a la fase de “gallina descabezada”, que es en verdad, el “petate del muerto” con el que dicho personaje tiene sostenida del desagüe a la administración actual.

El otro “botón” es hasta cierto punto frívolo, un tanto pueril, no por su carácter lúdico, pues hay millones de dólares en juego, aunque si por su práctica que, como es obvio, se da más en un país cuyo grueso de población es de criterio obtuso, cuasi analfabetas; sobre todo tratándose del conocimiento de los pueblos a los que sus autoridades, institucionales y fácticas, someten, sobre todo por la vía económica.

Dicho botón que dibuja un umbrío manoseo, allá en lo oscurito, de lo que acá se discute como parte de la ciencia política, los sondeos de opinión, a través la más de las veces por vía de encuestas, vilipendiadas por muchos, utilizadas por pocos, resentidas por muchos, respetadas por muy pocos y servibles ¡para nadie!, por lo que su costo-beneficio es pírrico aunque muchos políticos se hagan ilusiones.

Pero lo que para nuestro medio puede ser o parecer “la compra de un elefante blanco” pagar una encuesta, la practicidad en los procesos mercantiles del espectáculo que distingue a nuestros vecinos del norte, la convierten en un gran negocio del que muchos le entran con “su cuerno”, unos cuantos se llevan en la cúspide de la pirámide, la “parte del león”, en el “juego de las apuestas”.

Me estoy refiriendo a un comentario que leí recientemente en el que, sin calificarlo así, se trivializa el proceso electoral mexicano, colocando a los tres candidatos presidenciales -en realidad están registrados cuatro, pero un tal Cuadri no cuadra- en una hipotética pista de carreras, como fichas de un juego, para ver quién al final gana y da a ganar a los apostadores, controlados por organismos que me recuerdan mucho a los merolicos que veíamos en las plazas hace ya muchos años, pero que ahora se despliegan a través de redes electrónicas, bajo membretes como “intrate” o algunos, más identificables como corredor de apuestas que como analistas: “The World’s Leading Prediction Market”.

En esos socavones, algunos de ellos muy lujosos, ubicados en “paraísos del juego”, a cada personaje o “pieza” se le ha puesto a competir en su propio “carril” sobre el cual se establece un porcentaje, de acuerdo al número de apuestas a su favor. Lo cual hace la principal diferencia con las no menos inútiles encuestas de agencias mexicanas.

Se ha dicho, un tanto en descargo del hedor que provocan dichas prácticas de apuestas, que “se dan en todos los ámbitos de la vida norteamericana”, donde incluso hasta su propio Presidente ponen a “jugar” sujeto a los momios.

Lo cierto es que ahí, en ese terreno de especulación mercantilista, también va corriendo “como puntero” Enrique Peña Nieto, con un total de 89.9 por ciento de los “momios” a su favor. La diferencia con la competidora panista, es de 60 puntos porcentuales, al captar los “momios” un 29.9 por ciento. El otro “ranqueado” es Manuel López Obrador, quien ha inspirado en su favor un 1.5 de intenciones.

En este “juego” hay que precisar dos cosas: Ni los candidatos ni los partidos que los avalan, pagan ni un centavo, como en el caso de las onerosas encuestas; sólo los apostadores ganan o pierden, aunque ya de entrada, los organizadores obtienen un beneficio por el cual, toman como “patiños” a los candidatos y le pintan “un violín” a las autoridades hacendarias mexicanas.

El otro punto es la aparente discordancia con los porcentajes, pues 29 más 89 más uno, no dan cien… Lo cierto es que -y es uno de los aspectos relativamente buenos de ese proceso- los candidatos no son puestos a jugar contra sus oponentes, sino simplemente se apuesta por “si se piensa que va a ganar o perder” determinado aspirante.

Por último, no quisiera dejar pasar la oportunidad de comentar, una de tantas celebraciones que se llevan a cabo en este mes de mayo (Primero de mayo; cinco de mayo, diez de mayo y quince de Mayo).

No ya este último, pues ya comentamos algo de los maestros, aunque habrá que ver, qué celebra el petiso Presidente con su comadre la lidereza del SNTE. El comentario versa sobre el estrambótico festejo que comúnmente hacen los norteamericanos de nuestra Batalla del Cinco de Mayo en Puebla.

Se conmemorará (este comentario está hecho con antelación) el 150 aniversario de la heroica conflagración, de cuando el ejército mexicano, venció a los soldados franceses que pretendían invadir nuestra nación, alegando una deuda económica
Los gringos no saben disimular el gusto que les dio en aquel entonces y que les salvaguarda ahora, pues saben que si los franceses en realidad hubiesen triunfado, iban a tener un enemigo mucho más fuerte que los mexicanos a los que les han manipulado desde 1847 cuando ellos nos invadieron y hurtaron más de la mitad del entonces territorio mexicano. Eso lo celebran de otra manera, ¿verdad?

Debemos celebrar sí, con decoro y orgullo, pero no debemos permitir que ese juego perverso e hipócrita de escenografía de circo que arman extranjeros, desvíe nuestro real conocimiento de la historia de nuestro país.

El final, final. Enrique Peña Nieto, no deja de agradecer a sus dos oponentes, pues en su insolvencia de imaginación no han hallado más vía que la del infundio, la diatriba, el ataque artero y el supuesto descrédito, lo cual no sólo ya tiene hasta la progenitora a la población, sino que pierden su oportunidad de gastar mejor los recursos legales para la propaganda de los partidos, que les autoriza el IFE. Y luego le reclaman a EPN que gasta más, e incluso le inventan supuesto lavado de dinero… ¡pamplinas!

 
olmedo_adolfo@hotmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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