publicación Online
 
 
  ir a pagina principal regresar     
Octubre 2012
Edición No. 284
ir a ediciones anteriores  

La reivindicación oficial de
Pancho Villa


Adolfo López Mateos Presidente villista


Juan Martínez Veloz.


El pasado 29 de septiembre se cumplió el 99 aniversario de la formación de la División del Norte del Ejército Constitucionalista en la entonces hacienda de la Loma (hoy ejido), municipio de Lerdo, Durango, la cual fue base para las tomas de Torreón de 1913 (1º. de octubre) y 1914 (2 de abril).

La revolución mexicana de 1910 tuvo sin duda personajes importantes que le dieron sentido como Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Emiliano Zapata, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas, entre otros, sin embargo fue Pancho Villa quien que logro trascender en el espacio y en el tiempo, no obstante a que en realidad fue derrotado militarmente en la última fase de la revolución por Álvaro Obregón.

Su participación en el movimiento armado, en la segunda etapa de la revolución mexicana en contra de Victoriano Huerta fue decisiva para el triunfo en las batallas de Torreón, San Pedro de las Colonias, Gómez Palacio, Tierra Blanca, Ciudad Juárez, Paredón, Ramos Arizpe, Saltillo, Monterrey y Zacatecas.

Cuando sucedió la muerte de Francisco Villa el 20 de julio de 1923 en la calle Gabino Barreda en el hermoso pueblo (hoy ciudad) de Hidalgo de Parral, Chihuahua, su figura fue olvidada por los gobiernos posrevolucionarios. Eso era explicable en virtud de las diferencias que tuvo con el grupo político de sonorenses que tomo el poder.

*No obstante a ello debe reconocerse que en 1938 se erigió en ciudad Lerdo Durango, en la plaza principal frente a la presidencia municipal uno de los primeros monumentos a Francisco Villa en México levantado por los excombatientes de la División del Norte que aun vivían entonces y que le hacían guardia militar de honor, según cuentan algunos cronistas del lugar.

Es a partir de 1960, bajo el gobierno de Adolfo López Mateos se inició en México un movimiento reivindicador del militar duranguense. Previo a ello se publicaron algunos libros de personajes cercanos a él; Ramón Puente (su doctor) “Villa en Pie”, 1ª. Ed. 1937; Martín Luis Guzmán (su Secretario) “Memorias de Pancho Villa”; 1ª. Ed. 23 de junio de 1951; Luz Corral de Villa (su esposa): “Pancho Villa en la Intimidad” 1ª. Ed. 1948.

Posteriormente su nombre fue puesto con letras de oro en el Muro de Honor de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión el 25 de noviembre de 1966 y sus restos fueron trasladados de Parral, Chihuahua al Monumento de la Revolución en la ciudad de México en 1976.

Desde entonces su figura ha sido objeto de reconocimiento en diferentes lugares.

En la Ciudad de México, en la avenida División del Norte, en el Parque de los Venados, Delegación Benito Juárez, en el monumento a la Revolución y en el Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec).

En Coahuila, en Torreón, lugar donde se realizaron las batallas más importantes de la División del Norte, existen los museos de la revolución, tanto el del Dr. Manuel Terán Lira, como el Museo de la Revolución construido por el Gobierno del Estado. En Sabinas, lugar donde Francisco Villa firmó el acuerdo de paz con el gobierno federal en 1920 se encuentra un Museo Gráfico (antigua Casa Lammar) que lleva su nombre.

En Chihuahua en la ciudad capital del Estado, existe el Museo Francisco Villa ubicado en la casa donde vivía una de sus esposas, Luz Corral (Quinta Luz) así como diversos monumentos en la ciudad. Asimismo en la ciudad de Parral también existe un Museo en la calle Gabino Barreda, el lugar donde fue asesinado en 1923.

En Durango, existen monumentos importantes en la capital del Estado, en la Coyotada (lugar donde nació) municipio de San Juan del Río, en Cuencamé, en Ciudad Lerdo, en Gómez Palacio y en el ejido la Loma.

En el Estado de Zacatecas, en la ciudad capital existen también bellos monumentos de Pancho Villa, Felipe Ángeles y Pánfilo Natera en el cerro de la Bufa, así como el museo de la Toma de Zacatecas.

Adolfo López Mateos fue un hombre visionario, entendió la necesidad de que la historia reconociera a uno de los más grandes militares que ha tenido México, independientemente de que Villa en su última etapa de vida revolucionaria se enfrentó a Carranza y Obregón. Ayer aliados y luego rivales, hoy sus nombres están juntos en el Muro de Honor de la Cámara de Diputados y sus restos en el Monumento a la Revolución en la Ciudad de México.

 
juanmave21@hotmail.com
JUANMEX2000 en twitter
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino