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Septiembre 2012
Edición No. 283
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ateneistaEl acervo pictórico ateneísta,
la humedad y la negligencia


José Luis Carrillo Hernández.


Poco preocupa la pintura como arte a nuestra clase gobernante, hay quienes declaran que poco saben de ella, los demás no saben nada y aun así administran la cultura y sus recintos. La pintura como arte sólo ha servido como decoración de pequeños recintos mal planeados que forman parte de los caprichos de las autoridades en turno para ofrecer a la población pobres galerías con más personal y burocracia que piezas museográficas. El problema se agrava cuando aquellos espacios se usufructúan y ponen en riesgo obras valiosas que no les pertenecen y que forman parte del patrimonio, no de una institución sino de los coahuilenses.

Lo anterior viene a colación por la visita que hice al Recinto del Patrimonio Cultural Universitario, vieja casona que además de haber funcionado como banco fue vivienda en sus orígenes y hoy funciona como recinto cultural, en el cual se exponen alrededor de treinta cuadros de obra pictórica muy valiosa de los siglos diecisiete al siglo veinte, de la pintura del virreinato al modernismo, obras que forman parte del inventario de la vieja pinacoteca del bello Ateneo Fuente, piezas que van del pequeño al gran formato como el caso de La Leyenda de los Volcanes de Saturnino Herrán, un tríptico al óleo de 4 x 2 metros aproximadamente y que en conjunto con otros trabajos forman esta exposición .

Pero más allá de apoderarse de una obra que no les corresponde exhibir y dejar vacía la pinacoteca de esta centenaria institución, el acto criminal no reside en ello sino en la condiciones y mal estado del llamado recinto cultural que aun no llega a cumplir su primer sexenio de inaugurado y que presenta muy serias filtraciones de agua a lo largo de varias paredes de la plata baja y de la planta alta, las cuales generan una atmósfera muy húmeda que se percibe desde que se ingresa a este recinto y que ponen en riesgo muy serio la conservación de esta treintena de pinturas, además de un centenar de viejos libros, al parecer también forman parte del patrimonio del Ateneo Fuente y que están sufriendo deterioro por la actitud irresponsable de quien los tiene ahí.

Desafortunadamente quienes administran negligentemente este espacio parece no importarles lo que está sucediendo de tiempo atrás, pues las filtraciones y escurrimientos son demasiados obvios e ignoran que la humedad y los hongos asociados con ella son de los principales enemigos de las obras de arte, así también lo ignoraron quienes rehabilitaron y no realizaron las obras adecuadamente, pensando en función de que este recito recibiría en sus interiores lo más valioso de la colección pictórica de los ateneístas, o tal vez lo sabían y simplemente soslayarlo les permitía ahorros y más ganancias.

Como haya sido, lo cierto es que esta obra está en riesgo verdadero y el Ateneo Fuente en lugar de enriquecer su patrimonio pictórico lo está perdiendo, pues en cultura no se trata de desmantelar un espacio tan tradicional para erigir otro como propio con contenidos ajenos, por lo tanto estas obras deben estar en su lugar, y a pesar del deterioro que con el tiempo ha sufrido el edificio de esta centenaria institución, la pinacoteca es un lugar más seguro que este húmedo lugar llamado Recinto del Patrimonio Cultural Universitario.

 
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