Cambio de estrategia gubernamental

Jorge Arturo Estrada García.

Los escenarios se modifican vertiginosamente. En política las circunstancias mandan. 2014 será un año decisivo para Coahuila, otra vez entramos en período electoral. En el Palacio Rosa hay cambio de estrategia. Ya era necesario. Se tardaron dos años en hacerlo. Sin embargo, pareciera algo forzado, pero indispensable. ¿Pero, será un cambio de fondo o sólo de forma? ¿Y no será ya demasiado tarde?

Por lo pronto, el campo de batalla política está listo. Las elecciones para renovar las diputaciones locales serán muy relevantes en esta ocasión. Para el grupo gobernante va de por medio conservar el control del congreso y las cuentas públicas. Y también, posteriormente, el Palacio Rosa.

¿Podrán los operadores del moreirismo sortear las tormentas que se avecinan?, ¿Serán capaces de hacerlo bien, en los momentos clave? Ya fallaron antes, nada garantiza que no fallen otra vez.

Luego de dos derrotas consecutivas, el tricolor y sus altos mandos se ven forzados a rectificar. Su maquinaria no funciona como antes. Sus operadores y figuras se han desgastado. Sus bases cautivas se molestan y desertan. Sus diferencias internas se acentúan. Y los ciudadanos emiten votos de castigo. Ya aprendieron a castigar al moreirismo.

Factores externos, fuera del control de los grupos locales de poder, se mueven acelerada- mente. Y en un momento poco oportuno. Estados Unidos va por el ex gobernador Jorge Torres y por el ex secretario de Finanzas Javier Villarreal. Ya son buscados por lavado de dinero y les espera la cárcel por cargos penales. El escándalo será un ingrediente relevante en la contienda electoral.

También, es el momento de mayor debilidad del grupo gobernante desde su arribo al poder. Ya son más de ocho años de desgaste. Un desgaste muy acelerado por los escándalos de corrupción y los pleitos intestinos. El panorama no es fácil. Y sin embargo, ahora sí, el gobernador toma medidas anticipadas. Y, hasta el PAN intenta presentar un bloque unido.

Humberto Moreira da muestras de su beligerancia, desde su destierro en Barcelona. El PRI de David Aguillón abre fuego contra el ex gobernador Enrique Martínez, a través de su activismo en medios. Las cicatrices no cierran y el PRI está más dividido que nunca. Peña Nieto y el PRI nacional observan y toman nota.

El gobernador Rubén Moreira, en su segundo informe, reconoce finalmente las deplorables condiciones en que recibió a Coahuila. Señaló que la delincuencia organizada se apoderó de casi todo el territorio y que se le permitió hacerlo. Y también, que es su deber castigar a los responsables de la megadeuda y el saqueo de las arcas públicas.

Los alcaldes salientes dejan a sus ciudades en deplorables condiciones, endeudadas y sin policías para garantizar un mínimo de seguridad. La nueva camada de presidentes municipales tratará de revertir esto y generar rápidamente aprobación a sus desempeños.

Tanto Isidro López en Saltillo, como Miguel Riquelme en Torreón, buscarán a través de sus acciones generar votos para sus partidos. Torreón se ha convertido en el último bastión del morei- rismo devenido en rubenismo.

Riquelme es la nueva estrella del PRI. Él además, es un fuerte prospecto para el Palacio Rosa. Riquelme, deberá ser capaz de realizar un trabajo impecable en el primer semestre de 2014. A diferencia de Olmos, él contará con enorme cantidad de recursos y programas. En Torreón están muy molestos con el gobierno estatal. Y es crucial para el PRI ganar la mayor parte de los distritos.

Las acciones de Isidro López serán examinadas con lupa. Sus errores serán magnificados. Y se le someterá a un proceso de desprestigio acelerado. Se buscará que llegue desgastado a julio del año próximo, para desalentar votos a favor del PAN, tanto en la región sureste como en el resto del estado. No tiene margen de error.

El ex gobernador Jorge Torres, será el chivo expiatorio señalan algunos enterados: Javier Villarreal sabe demasiado. Jorge no participó en el enorme trasiego de maletas de dinero con destino a candidatos y campañas políticas del PRI en Coahuila y en varios estados del país. Eso lo hacía Javier Villarreal en persona. No tardan en aparecer diversos delitos para acusarlo en Coahuila, y evitar que caiga en una cárcel estadounidense. Jorge no aguanta andar a salto de mata.

Javier Villarreal podría entregarse a las autoridades estadounidenses como testigo protegido. Esto desataría escándalos de enormes proporciones. Aviones, mansiones, empresas, radiodifusoras, quintas, terrenos, cuentas en diversos países y paraísos fiscales que fueron adquiridas o usadas por Javier para hacer llegar las cosas a los más encumbrados y cercanos a Humberto Moreira, quedarían reveladas.

Humberto, será un enemigo impredecible y formidable. No se resigna a perder el enorme poder que tuvo en el estado. Tiene información privilegiada que de ser filtrada complicará el escenario electoral. Además le gustan los reflectores y disfruta perturbar el accionar de su hermano el gobernador.

El ex gobernador, Enrique Martínez quedó envuelto en el tira tira que priva en el estado. Tanto él como su hijo, no son bien vistos por el rubenismo, y cada vez más frecuentemente son golpeados mediáticamente.

Chema Fraustro falló en en educación. Coahuila reitera- damente reprueba las pruebas Enlace y PISA. Nuestros niños y jóvenes no reciben educación adecuada pese a todas las condiciones materiales de que se dispone. No comprenden lo que leen y no saben resolver problemas aritméticos. Sin embargo, se ganó el aprecio de Rubén y es una carta fuerte para competir por una diputación.

Armando Luna debe meter a fondo el acelerador. Los ciudadanos demandan mayor seguridad y corpora- ciones policiacas locales, fuertes y suficientes. Él deberá acelerar a los nuevos alcaldes a que rápidamente refuercen sus policías.

Ismael Ramos, en su paso por la Función Pública, quedó evidenciado por partida doble, no exigió a Javier Villarreal que presentara sus declaraciones patrimoniales anuales y no le vigiló las manos en sus adquisiciones, compras y movimientos financieros. Las fortunas están a la vista.

Jesús Ochoa insiste en que no falta dinero y que las decenas de miles de millones ingresaron a las cuentas oficiales, pero nunca dijo que había 35 mil millones de más en las cuentas y que él ayudó a gastarlos. La pregunta es a dónde se fue el dinero, sabemos que no a obras. En Estados Unidos dicen que se fue a cuentas de Javier Villarreal en Coahuila y luego a ese país.

David Aguillón ha fallado al frente del PRI. Él y Samuel Rodríguez perdieron medio estado. María Esther Monsiváis y Eduardo Olmos salvaron La Laguna. María Esther podría llegar al congreso por vía plurinominal y Olmos podría convertirse en jefe de la Oficina del Gobernador. Si Luna también se va, Lalo también sería Secretario de Gobierno. El poderío de Monsiváis en el Palacio Rosa se ha desgastado.

Olmos se constituyó en el líder grupo político más relevante en el estado. Logró retener Torreón, pese a su desastrosa gestión. Eduardo y sus activistas consiguieron los votos para que Miguel Riquelme llegara a la alcaldía.

Al fin el gobernador ha logrado colocar mensajes importantes. Este cambio de estrategia se da en dos planos: el político y el del gobierno estatal. ¿Pero, estarán capacitados los operadores para mejorar en eficiencia? Ya llevan dos años con resultados de malos a mediocres.

La popularidad y aprobación de un gobernador o de un gobierno no son para inflar egos. Son activos que se pueden traducir en votos. En contraste, los gobiernos mal calificados se hacen acreedores a los votos de castigo. Así ha sucedido en Coahuila las dos últimas elecciones.

Tal vez, sea demasiado tarde para dejar de proteger a los corruptos del sexenio anterior y alcanzar a ganar las elecciones de julio próximo. Pero, definitivamente es un buen paso para intentar reconciliar al gobierno estatal con sus gobernados. Rubén abrió la Caja de Pandora, consideran algunos analistas. Y los demonios andan sueltos.

Estamos ante un golpe de timón que se da dictado por las circunstancias. Falta ver si los colaboradores del gobernador están a la altura de estos retos. Si vuelven a fallarle otra vez, las derrotas costarán carísimas.

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