“Quiebre” del gabinete de Rubén
Armando Montalvo.
La pugna por el poder entre el círculo cercano del gobernador Rubén Moreira es cada vez más evidente. A dos años de su toma de protesta, los integrantes del Gabinete van tomando rumbos diferentes. Cada uno trabaja en un proyecto político personal, y alejado de los principios del servicio público.
Atrás quedaron las promesas de largo alcance y el proyecto sexenal que mantenía sólido al grupo de Rubén Moreira, que ahora ven en las curules del Congreso del Estado, la catapulta ideal hacia alcaldías y a la misma gubernatura.
Para algunos funcionarios estatales, la responsable de las fracturas y la discordia es la Jefa del Gabinete, María Esther Monsiváis Guajardo, a quien se le atribuyen salidas abruptas como la de la ex compañera de generación del Gobernador en la Facultad de Jurisprudencia, Martha Laura Carranza Aguayo y de actos divisionistas que guardan en secreto unos cuantos personajes importantes en Palacio de Gobierno.
De carácter fuerte y obsesivo, dispuesta a hacer hasta lo imposible por influir en todo lo que tenga que ver con Rubén Moreira, la contadora Monsiváis Guajardo podría estar entre las aspirantes a una diputación local, siendo este escenario la salida perfecta de María Esther, quien ocupó diversos cargos también en el sexenio de Humberto Moreira.
De esta forma quedaría lejos de la toma de decisiones del Ejecutivo, porque hay quienes la consideran una funcionaria capaz y con las agallas suficientes para luchar por el poder, y sin miramientos para quitar del medio a quien se le atraviese en el camino.
Otro de los que saltan a la vista, que tiene un marcado interés por hacerse notar entre los integrantes del Gabinete, es el Secretario de Gobierno, Armando Luna Canales, quien en las últimas semanas ha mantenido agenda publica casi a diario y cercanía con las gestoras de las colonias, que incluso, se pasean con toda confianza en el despacho del último piso del Palacio de Gobierno.
Armando Luna ha cumplido al pie de la letra cada una de las encomiendas de Rubén Moreira menos el sistema penitenciario en el Estado, que salió reprobado en la última evaluación que hizo la Comisión Nacional de Derechos Humanos, porque siguen siendo los centros de readaptación una asignatura pendiente de la Secretaría de Gobierno.
En su partido, el PRI, este funcionario ha mostrado poco tacto a la hora de los consensos no sólo con sus compañeros del organigrama, sino con los grupos y representantes de la organización tricolor a la que pertenece.
Prueba del distanciamiento con miembros del Gabinete, es que prefiere no toparse a la contadora María Esther contra quien tiene recelo político por el trabajo cercano que mantiene la Jefa de Gabinete con el mandatario. Incluso, es notable la sana distancia que tiene con la cúpula tricolor.
Otro que se ve cabalgando solo y con ambiciones propias, es José María Fraustro Siller. El actual Secretario de Educación, prefiere no confiar en nadie ni identificarse con los hombres fuertes del Gabinete; sabe que hay una diputación local para él, y que muy probablemente pueda estar al frente de la bancada desde la Presidencia de la Junta de Gobierno del Legislativo. Lo que lo mantendría cercano al Gobernador para ser uno de los prospectos para la sucesión en 2017.
Además, “Chema” es bien visto en el escenario nacional por ser uno de los pocos coahuilenses que ha ocupado cargos y subsecretarias, incluso, con administraciones panistas. El no se pelea con nadie, porque Fraustro Siller prefiere trabajar con su gente de confianza.
Algo que sobresale del fundador de la Facultad de Sistemas de la UAdeC, es que tiene una buena imagen ante los integrantes de la Iniciativa Privada en la Región Sureste, y se nota que con José María Fraustro no quiere pleito el grupo del ex gobernador, Enrique Martínez.
Pero, si se habla de operadores que no tienen cargo en el Gabinete Estatal, uno de ellos es David Aguillón Rosales, quien no tiene la misma injerencia en la toma de decisiones que María Esther o Armando Luna, pero conserva la confianza del gobernador para llevar a cabo cualquier instrucción que venga de las oficinas del Ejecutivo.
Al pie de la letra, sigue las instrucciones, Aguillón Rosales quien podría entrar en el lugar de quien deje su silla, en este reacomodo de piezas rumbo a la renovación del Congreso del Estado.
David Aguillón ha preferido mantenerse al margen de las diferencias por el poder que trae ahora el Gabinete, y el apoyo que presta a los encargados de la imagen del Gobernador, lo hace bajo absoluta discrecionalidad, porque los responsables de divulgación de las actividades del Ejecutivo, como José Vega Bautista, no dan un sólo tiro de precisión a la hora de publicar lo que quiere que se diga Rubén Moreira.
De algo se puede estar seguro, que al menos dos candidatos a diputados saldrán de entre María Esther Monsiváis, Armando Luna y José María Fraustro, cualquiera de estos tres que logre salir sin rasguños de esta lucha por el poder que prevalece entre los colaboradores del Gobernador.
El pleito interno en el organigrama estatal, será bien capitalizado por los del PAN como el diputado federal, Guillermo Anaya Llamas, el senador, Luis Fernando Salazar y el dirigente del albiazul en Coahuila, Carlos Orta Canales, que intentaran debilitar a los perfiles priistas que buscarán una candidatura el año entrante.
Y si a esto le agregamos, el mensaje claro del gobernante en temas como Pensiones, que lleva dedicatoria para políticos que tienen culpa de que el sistema “quebrara”, asunto en el que su hermano, el ex dirigente de la secciones 5 y 38, y actual colaborador en el SNTE Nacional, Carlos Moreira conoció de cerca este problema.
Lo mismo pasa con el rancio expediente de la deuda, en el que claramente hay nombres de peso involucrados, y donde el ex gobernador Humberto Moreira tiene mucho que decir sobre la solicitud de préstamo a bancos que alcanzó la cifra de los 36 mil millones de pesos.
Quien quiera escuchar que escuche. El que tiene la última palabra es Rubén Moreira dentro de su Gabinete.
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