Modificar artículos 27 y 28 Traición a la patria
Modificar la Constitución en los artículos 27 y 28 es un retroceso histórico y traición a la patria
*Dicen unas voces que Peña Nieto pasará a la historia como traidor a la patria; para otros, incluyéndome, ya lo es
Augusto Hugo Peña Delgadillo.
Si para los japoneses y norteamericanos el 7 de diciembre es un día inolvidable debido al ataque japonés a Pearl Harbor, en el año 1941, para los mexicanos será este mismo día del año 2013, por las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 que Enrique Peña Nieto impulsó de la mano de su partido, el PRI y del PAN, con el fin de entregar los energéticos de nuestro país a los particulares de México y del extranjero, tipificada esta acción como traición a la patria. La mayoría de los mexicanos no olvidaremos que nuestro gobierno y el congreso del país, aduciendo problemas económicos del país, vendieron la parte más sensible y estratégica del desarrollo de nuestra nación, cuestión ni siquiera discutible y menos aceptable, porque por donde quiera vérsele, es un inmenso robo a los mexicanos y a México, una república que pudo ser independiente, pero que los peores de sus habitantes decidieron tramposamente revertir nuestra historia a 1937.
Peña Nieto, dicen algunos, pasará a la historia como un traidor a la patria, para mí ya es un traidor, un entreguista al extranjero y a la oligarquía, de los más importantes recursos nacionales, los energéticos, y preguntémonos, ¿a cambio de qué?... ¿de mejorar las condiciones de vida de los mexicanos todos, o de unos cuantos? Durante muchos años, nuestros gobernantes han expoliado a PEMEX como si fuese la gallina de los huevos de oro, lo es, hoy venden esa gallina por la única razón explicable, por unos tratados secretos que han firmado Fox, Calderón y Peña Nieto, con la plutocracia nacional y el gobierno de EEUU a cambio de que Washington les siga permitiendo gobernarnos, si a este saqueo se le puede llamar gobernanza, no tengo otra explicación.
Desde la llegada a Los Pinos de Miguel de La Madrid y Salinas de Gortari, el país se ha ido deteriorando en su economía y por ende en los niveles sociales de las mayorías. Ellos lo saben, nosotros lo sabemos, el mundo lo sabe, entonces ¿por qué persistir en este esquema del deterioro nacional? Desde la llegada de los dos panistas y de Peña Nieto a la presidencia, y antes de ello por sus promesas incumplidas, los índices de desarrollo y progreso nacionales han venido a la baja. ¿Podríamos achacárselos a nuestra mala suerte o a circunstancias del exterior? ¡Claro que no! Sino a la voracidad y codicia de la clase política que ha preferido alinearse a los intereses de los ricos y de las trasnacionales, con tal de continuar al frente de nuestro país y continuar enriqueciéndose con tal desmesura que da pavor.
Hay entre mis lectores, gente que se mortifica leer sólo malas noticias; en política no hay buenas; las buenas serían que haya menos enfermos, más jóvenes educándose, más seguridad social, más y mejores empleos y con ello menos gente al borde del hambre, pero como nuestra clase política no es política sino vividora, no habrá buenas noticias mientras el pueblo les siga permitiendo que nos roben, engañen y mientan; mis propuestas en este y todos mis escritos son para despertar la conciencia ciudadana y que cada quién desde su hogar o negocio haga algo por mejorar las cosas.
No tenemos que ir muy lejos ni leer tanto para percatarnos que nuestro alcalde, nos miente, engaña y roba, nuestra gobernador es peor, y el presidente de la república y su pandilla en la que incluyo a los legisladores, secretarios y cómplices del PAN, son mucho peor que nuestro alcalde y el gobernador, entonces el que no desee preocuparse de leer malas noticias, que se ocupe de que en su hogar y su entorno, las cosas marchen bien, porque con esta clase de políticos y funcionarios públicos que tenemos, el único camino que tenemos por lo pronto, es rascarnos con nuestras propias uñas, cada quién y a su manera. Hay un dicho que reza “no hay mal que dure cien años” Llevamos cinco sexenios y un año deteriorándonos como país, ¿vamos a esperar otros 69 años para que las cosas mejoren, o haremos algo para que este saqueo al erario y a nuestros recursos pare? Hoy como mañana serán días propicios para mejorar nuestras condiciones de vida, todo depende de nosotros no de estos nefastos gobiernos. O, ¿usted qué opina apreciable lector? |