Traición a la Patria, la desnacionalización del petróleo

Para que las generaciones de hoy, sepan que hay añoranza
por Maximiliano de Habsburgo en la mayoría de
los miembros del Congreso de la Unión

 
“Si el régimen postrevolucionario mexicano no se obliga a superar el proceso de decadencia política en la que ha entrado -y su crisis moral equivale a la crisis del país-entonces la clase dirigente mexicana optará por Estados Unidos como tabla de salvación y… confiar sus problemas mayores a la inspiración, la imitación a ese país, no solo por vecino rico y poderoso, sino porque ha tenido éxito que nosotros no hemos podido alcanzar”.

Daniel Cosío Villegas. La crisis en México (1947)

Por Fernando Ramírez López

Acaba de traicionar a la Patria, el Congreso de la Unión a la que con seguridad es una de sus mayores conquistas, la nacionalización del petróleo y la energía eléctrica, aprobaron la Reforma Energética, la cual permite por primera vez la inversión privada en el sector energético, terminando así con el control estatal.

Entre los cambios destacan: la determinación de sacar al Sindicato Petrolero del Consejo de Administración de PEMEX y permite a la Iniciativa Privada participar en el sector energético de varias maneras; con contratos de servicios (que el Estado pagará en efectivo) de utilidad compartida (en que el Estado compartirá un porcentaje de las utilidades) de producción compartida (que el Estado repartirá con la empresa un porcentaje de la producción obtenida) y contrato de licencia con la transmisión onerosa de los hidrocarburos, una vez que hayan sido extraídos del subsuelo. El control y la vigilancia del sector será asumido por la Secretaría de Energía, la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía. Estas se apoyarán en organismos que serán creados para ejercer un mayor control: el Centro Nacional de Control de Gas Natural y la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del sector de hidrocarburos.

Atrás queda aquel 18 de marzo de 1938, en el que el Presidente Cárdenas en un mensaje a la Nación expresó: He participado del paso trascendental que da el gobierno de México, reivindicando la riqueza petrolera que explotaban empresas extranjeras. He hablado al pueblo pidiendo su respaldo, no solo por la reivindicación petrolera, sino por la dignidad de México que ´pretenden burlar extranjeros que han obtenido grandes beneficios de nuestros recursos naturales, y que abusan considerándose ajenos a los problemas del país.

Con voluntad y un poco de sacrificio del pueblo para resistir los atasques de los intereses afectados, México logrará salir airoso; y para ello confío en la comprensión y patriotismo de todos los mexicanos.

Hoy podrá la Nación fincar buena parte de su crédito en la industria del petróleo y desarrollar con amplitud su economía.

Han pasado más de 75 años de aquel día y hoy 12 de diciembre, en el festejo 482 de la virgen morena en el cerro del Tepeyac, podemos constatar que Enrique Peña Nieto, su gabinete y los órganos legislativos que aprobaron esta regresión histórica, al permitir la modificación de los artículos 25, 27 y 28 constitucionales se han ganado para la posteridad de ellos y de sus descendientes el vergonzoso título de traidores a la Patria; lo expresamos más allá de partidos políticos y de influencias económicas.

Es la praxis económica la que demuestra que han cometido un gran error histórico y que lo pagarán desde hoy, con la inscripción de sus nombres al lado de Maximiliano, Huerta y Salinas de Gortari; para vergüenza del país y de los que aún creemos en la Independencia nacional.

La idea de Lázaro Cárdenas, no fue solo que el gobierno pudiera aumentar su participación en la renta petrolera. La idea no era tan simple como extraer y vender todo lo que se pudiera de ese recurso no renovable, sino solo el necesario para darle la energía física y condiciones óptimas a un proyecto nacional, aspiración que en su núcleo duro buscaba otras cosas: hacer de México una economía que superara el desarrollo, alcanzar y sostener el mayor grado de soberanía frente al poderoso vecino norteamericano y crear una sociedad menos injusta y más solidaria. Hoy ese proyecto el gobierno actual lo ha sepultado.

El uso de la riqueza petrolera se empezó a desvirtuar en grande cuando el legado empezó a ser corroído por la corrupción.

Hoy se argumenta que la inversión extranjera es indispensable para sacar adelante a nuestra industria petrolera, a la que le urgen 60, 000 000. 00 de dólares para mejorar su tecnología.

Sólo en 2005 los ingresos petroleros fueron superiores a ese monto, superaron los setenta mil millones de dólares, pero se invirtieron en gasto corriente. Hoy en la entrega de la explotación y procesamiento de nuestros hidrocarburos al gran capital, se hace sin la inocencia del ayer.

Hoy todos los actores involucrados saben que acaban de entregar al país, buscando entre otras cosas sus beneficios personales y obedecer a los dictados del sionismo desde Wall Street, ya no existe la forma de corregir lo hecho, nuestros problemas deben encontrar respuesta por la vía de la colectividad sin atraer a los explotadores, que benefician a la burguesía y que todavía ambicionan una corona imperial; entre ellos el Partido Acción Nacional que complementa su proyecto con el PRI, haciendo una simbiosis que garantiza la entrega de nuestros energéticos y también la agudización de nuestras contradicciones, porque la violencia y la inseguridad nacional no son cosas menores, además han logrado subsumirnos en la abyecta órbita de la dependencia imperial.