Una del recuerdo




José María Mena Rentería.

En términos de origen, el de Torreón se debe a los que en tiempos remotos cimentaron la ciudad que pasaría a ser, con el andar del tiempo, en términos de desarrollo, tierra promisoria desde el último cuarto del siglo XIX.

Comercial e industrialmente, todo comenzó en el área de “La Alianza”, donde en tiempos de pioneros, establecidas fueron fábricas de hilados y tejidos, de aceites, y de jabón, entre otras.

Las vías de los ferrocarriles, Central, e Internacional, de rutas Ciudad de México-Paso del Norte, y Piedras Negras-Durango, detonaron entre 1883 y 1885 el despegue hacia un futuro insospechado; el progreso de la que sería “Perla de La Laguna”, epicentro de la región productora de fibra de algodonero, que a la Comarca diera mundial resonancia.

Singular lo acontecido entonces. El flujo de trenes dio pauta a la incipiente actividad comercial que derivaría en la presencia y vigencia -hasta hoy día- del mercado más antiguo de Torreón, nacido, por aquellos días, a partir del momento en que a la vera de los rieles no faltó quién a los viajeros ofreciera sandías, calabazas, cañas e igualmente comestibles, portados en canastas por sus vendedores.

Hasta tiempos relativamente recientes, de aquellos vagones del tren del Ferrocarril Internacional, procedente de la ciudad de Durango “bajaban” campesinos que ofrecían lo producido en sus lugares de origen: Huevos de “matrimonio”, miel de maguey, queso fresco, de leche de vaca o de res; “huacales” con gallinas, chile seco, atados de hojas de maíz, tunas, y un sin fin de productos que nutrían las existencias de productos de consumo en “La Alianza”.

Testimonio de aquella prosperidad creciente fue entre otras, la edificación, al estilo de los palacetes del río Rin -en Alemania- del chalet Wolf, terminado en 1905, y en el presente, recinto del Museo de la Casa del Cerro, inmueble levantado con cantera de Durango, traída a Torreón en plataformas del ferrocarril.

Todo, parte del esfuerzo de oriundos de la Comarca, pero también del de otras entidades del país, y de ciudadanos de otros países que llegaron para quedarse y fomentar -con tesón y trabajo- el florecimiento de la Comarca.