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Enero 2013
Edición No. 287
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Torreón, Ciudad Feudal


Manuel Padilla Muñoz.

Torreón, considerada hasta hace poco tiempo, una ciudad modernista, que se proyecta como cabeza de la zona conurbada de la Laguna, la capital de la metrópoli del futuro, en vez de progresar hacia el futuro, retrocede en el tiempo para convertirse en una ciudad feudal.

En la Edad Media, cuando floreció el Feudalismo, proliferaron los feudos, pequeñas comunidades donde residía, en su castillo, el señor feudal y en sus alrededores habitaban los siervos que trabajaban las tierras del señor y a cambio recibían protección contra otros señores feudales, que también tenían su pequeño ejército constituido por mercenarios.

Hoy, en pleno Siglo XXI, debido a la ola de inseguridad provocada por las bandas del crimen organizado en que nuestras vidas penden de un hilo, habitantes de varias colonias han decidido cercar con bardas las entradas a sus colonias provocando la generación de especies de pequeños feudos.

¿A qué se debe todo esto? La raíz del problema es que nuestras autoridades y gobernantes, federales, estatales y municipales, los cuales contratamos para que nos brinden seguridad a nuestras vidas, las de nuestras familia y nuestros bienes, son incapaces para el desempeño de sus funciones y, en vez de ello, se dedican a enriquecerse a la sombra del poder.

A pesar de su ineficiencia, son tan cínicos que no renuncian porque saben que somos un pueblo castrado, temeroso de sacar del poder a los malos funcionarios y que todo soportamos, hasta su evidente corrupción pues es bien sabido que la ineficacia es también corrupción.

A los habitantes de Torreón no nos queda otra que tratar de protegernos nosotros mismos. ¿Cómo? Cerrando las entradas de nuestras colonias para evitar el acceso de los ladrones y sicarios. Pero esto es ilegal, anticonstitucional, porque prohíbe el libre tránsito de los mexicanos que nos garantiza la Constitución, además de que las calles no son propiedad privada sino pública.

Hay, en el problema, dos partes. Las autoridades que no cumplen con su deber y los ciudadanos que tratan de tomar en sus manos su propia protección. Ambos tienen razón. Los ciudadanos en tratar de proteger sus vidas y propiedades de cualquier forma, aún en forma ilegal, provocado ésto por malos funcionarios y éstos por hacer preservar el estado de derecho que garantiza el libre tránsito en todo el país.

Si nuestros funcionarios cumplieran su deber de brindarnos protección, no habría necesidad de otras situaciones anómalas. Pero, como no lo hacen por corruptos y cínicos, son los verdaderos culpables de la situación tan riesgosa que vivimos.

Torreón, considerada ahora con el nada honroso título de ser una de las ciudades, si no es que la primera, más peligrosa del mundo, es campo de batalla entre bandas del crimen organizado y el gobierno. La realidad es que la ventaja la llevan los malos. Los torreonenses todos, las víctimas. Nuestros gobernantes y sus familias viven muy seguros en su feudos con extrema vigilancia así como con guaruras para su protección personal. La mayoría del pueblo, los que no tenemos recursos para ello…!que se jodan! De esto y más…!Estamos hasta la madre!

En el hartazgo, las autoridades de Torreón no dan respuesta al cierre de las colonias. Tanto el Colegio de Arquitectos como el Consejo Consultivo de Vialidad fijaron su postura a favor de los ciudadanos en cuanto a que la autoridad municipal ha sido rebasada por la inseguridad y se requieren nuevos mecanismos para protegerse en las colonias. Gerardo Hernández, presidente del Consejo de Vialidad, consideró que el Municipio está “sin cabeza”, ya que hasta el momento no se ha definido una política en este sentido.

Torreón, mientras tanto, vive un estado policial. Los cuerpos de seguridad, federales, estatales y, sobre todo municipales, con el pretexto del fracasado programa “Laguna Segura” implementan todo tipo de retenes, que son ilegales, por toda la ciudad para extorsionar a automovilistas infractores mientras los criminales se pasean con toda tranquilidad e impunidad por la ciudad con sus armas a la vista.

Cuando nos referimos al crimen organizado no consideramos a la organización de los criminales sino a la de éstos con los gobernantes, porque son éstos los que les brindan todo tipo de impunidad para sus acciones criminales. No olvidemos que el crimen organizado es la cara oscura del gobierno.

Más que obvio, el test policiaco de ingreso debería discriminar entre los que asumen la vida como el bien supremo, y los que ahora andan con las pick ups oficiales como arietes locos en las calles y quienes sacan a relucir la pistola en casa y en el bar.

Los enfermos van desde los fans de ‘rápido y furioso’, los iracundos bala suelta, hasta los adoradores de Torquemada.
Luto, tortura y lesiones, es el saldo que, en sonados casos, deja la fuerza pública por estos días en la comunidad de Torreón. Herramientas del orden en manos equivocadas...  como juguetes de muerte.

Estoy totalmente de acuerdo con el matrimonio gay, pero sólo entre los políticos. Todo lo que ayude a contribuir a que no se reproduzcan... ¡es bueno para todos!

 

correspondencialag@hotmail.com

 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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