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Enero 2013
Edición No. 287
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¿Qué hace Ricardo García Cervantes
de subprocurador de justicia en la PGR?


Augusto Hugo Peña Delgadillo.

“Para combatir al crimen organizado, el Estado debe cesar el uso de la violencia”. Esto dice el subprocurador de justicia de la nación, Ricardo García Cervantes. ¿Por qué lo dice ahora que trabaja para un gobierno priista, cuando guardó silencio en los seis años en los que Calderón hizo añicos el país, nos endeudó más que todos los presidentes de México, desde Agustín de Iturbide hasta Vicente Fox, y provocó la muerte de más de 100 mil personas y la desaparición de otros 28 mil? No lo sé, y por ello me ocupo en hacer los siguientes comentarios.

Ricardo es una persona muy apreciada en Torreón; se destacó por su sobriedad como senador de la república; se hizo miembro del PAN por una razón fortuita, según me platicó uno de sus mejores amigos, miembro activo y destacado de Acción Nacional; sus alumnos de la Pereyra lo recuerdan con cariño, como “La Tripa” sobrenombre que le endilgaron los estudiantes, supongo que por su esbeltez. Por su trayectoria brillante, me causa extrañeza que diga: “No encontraremos a muchas de las personas desaparecidas” cuando sabe que los 28 mil desaparecidos, los que están bien muertos, son el efecto de una causa que provocó tan lamentable desastre humano y, que dicha causa fue la decisión personalísima de Felipe Calderón -para justificar y blindar lo espurio de su mandato- de emprender una guerra contra un fantasma que ronda por todo el país, sobre todo, en cada una de las instancias de gobierno en todo nivel, y a sabiendas que era una causa perdida. Las guerras se ganan con inteligencia y armas. Armas había pero inteligencia no.

La contabilidad de los desaparecidos ronda la cifra de 28 mil. Casi 14 por día durante el nefasto sexenio del etílico presidente. Hoy, García Cervantes como subprocurador de Derechos Humanos en la Procuraduría General de la Nación, no podrá desempeñar un papel medianamente creíble, precisamente por su condición de miembro del PAN, y porque la única forma de procurar justicia, no a los muertos porque de nada les sirve, porque están muertos, pero sí a sus familiares y a la salud de la República, sería encontrar a los responsables, cosa nada difícil, pero improbable.

Los principales culpables son Felipe Calderón, Genaro García Luna y algunos miembros del Ejército y la Marina, entre otros, y me pregunto: ¿Tiene caso buscar y no encontrar a los desaparecidos y encubrir a los responsables de tan deleznables crímenes de lesa humanidad?... Por supuesto que no; entonces preguntémonos: ¿por qué Ricardo García Cervantes aceptó un puesto público en el que de antemano fracasará? Esa es la incógnita. O, ¿usted qué opina apreciable lector?

 

ah.pd@hotmail.com

 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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