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Febrero 2013
Edición No. 288
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Comentarios Taurinos
GOYA
“Don Francisco el de los Toros “(I)


Alberto Santos Flores.

La imagen del toro se manifiesta a la par de las culturas más antiguas de la humanidad, pues nacen con el hombre mismo. Una de las más importantes representaciones de ella se encuentra en las cuevas de Altamira en España. En su techo se aprecia casi un centenar de animales y signos, destacando entre ellos 21 bisontes en distintas actitudes, acompañados de caballos, jabalíes y toros. Su realización data de hace 14000 años. La pintura está hecha con ocre natural de color rojizo y el contorno de las figuras con líneas negras de carbón vegetal. Que dan como resultado una composición de belleza única del paleolítico. Y en expresiones más concretas en las pinturas neolíticas del levante español, donde aparece el hombre.

Esas pinturas nos dan idea de que existía el toro y que su convivencia con el Hombre crea un conflicto entre la naturaleza y la voluntad del ser humano desde que éste apareció.

La figura del toro en España, tiene los antecedentes prehistóricos ya mencionados y como apuntamos arriba, la actividad del hombre en esa época se limita a la sobrevivencia a través de la caza, luego recogemos las primeras escenas que recopilan hazañas de hombres y Mujeres danzantes o cirqueros que juegan con el toro en las famosas pinturas del palacio de Cnosos, en Creta, que se difundieron por todo el mediterráneo en el transcurso de la antigüedad clásica que ligan a Europa al toro. Durante la edad media y el renacimiento muchos de los detalles que hoy se conocen sobre el correr de los toros y los rudimentos de la lidia proceden de pintores de esos periodos, que algunos reproducían en las obras literarias que tuvieran alusión a los toros con ilustraciones pequeñas en donde recogen y representan suertes taurinas.

Curioso es, sin embargo que durante el Siglo de Oro de la pintura española los grandes artistas de la época como Velázquez, Murillo y otros contemporáneos, no recogieran en sus lienzos ni el más mínimo detalle de las abundantes fiestas y celebraciones taurinas, tanto reales como populares, sin embargo se conserva una prolija documentación gráfica de artistas menores, grabadores e ilustradores. España, dice Cossío en su monumental obra, tan poco seducida en las centurias anteriores por las artes de grabar, conoce en el XVIII un pequeño renacimiento en el buril y el aguafuerte que va a ser inmediatamente consagrado por una de las grandes figuras de la Historia de estas artes, me refiero a Francisco de Goya y Lucientes.

Grabado y pintura acogen en España el tema taurino. Goya viene a ser el máximo artista que de entonces acá aborda el tema, de tal forma que a través de sus grabados el mundo de la tauromaquia recibe un preciso y artístico empujón que la ha catapultado para siempre. Goya iniciador y definidor capital de los motivos posibles que la pintura y el grabado pueden derivar de la lidia taurina. Dedicó su inconmensurable genio a dejar grabadas para la posteridad, escenas de la Fiesta de Toros, con un valor artístico, informativo y singular, demostrando que el tema de los toros es poderoso engendrador de obras de arte de valor absoluto.

Lo primero que hay que considerar, escribe José Alameda, en un ensayo que hace sobre el pintor (Goya, y su Tauromaquia). Goya nace en una encrucijada de la historia. Es contemporáneo de un hecho universal, la Revolución Francesa, al igual que de un gran suceso español, el nacimiento del toreo a pie. Que es en definitiva el que cuenta para nosotros.

Goya, continúa diciendo Alameda, tenía una cabeza poderosa como la de Beethoven y se quedó sordo como él, y que es de experiencia común por una compensación de los sentidos cuando se pierde uno llegue otro en su ayuda, de donde se deduce que a los sordos se les ha de afinar la vista; sin embargo, oigamos a Goya: “Mi ojo jamás percibe ni lineamientos ni detalles. Mi pincel no debe ver más que yo”. ¿Se trata de una simple confesión sensorial, o de un manifiesto estético que abre paso al impresionismo como pintura de luces más que de formas? Parece corroborar lo primero ya que por ese tiempo, ya en su edad madura, propende al arte sin color, hacia el grabado y se va del lienzo al cobre, dice: “En la naturaleza el color no existe, dadme un trozo de carbón y dibujaré un cuadro”. Nacen así los grabados de su tauromaquia, de su oscura y mordiente tauromaquia. ¡Cuán lejos de sus brillantes y deslumbradores tapices de otros días!

Es bien sabida la afición de Goya por la fiesta de toros. En su juventud, fue torero de esos que corrían la legua. Ya viejo, en su aislamiento agravado por la sordera, pero no por la ceguera, amigo y lector de don Leandro Fernández de Moratín, hijo de don Nicolás el que escribió Fiesta antigua de toros en Madrid y escribió también Una carta histórica sobre el origen y progreso de las corridas de toros en España (1877), Goya debió documentarse en esta última obra y dejar grabadas para siempre escenas de la Fiesta de Toros. Realmente, si no fuera por los 33 aguafuertes que componen la serie de la Tauromaquia y de 11 más, que luego aparecieron y que también están inspirados en temas taurinos, no sabríamos con exactitud, cómo fueron muchas de las suertes del toreo y cómo se originaron otras. Tenemos como referencia de la elaboración de algunos grabados la fecha de 1815 que aparece en algunas láminas de la serie, y en efecto esa data sirve para aludir a las amarguras y desilusiones que el artista sintió a la terminación de la guerra de Independencia. Aunque la idea surge en los primeros años del siglo, según nos muestra en dos grandes cuadros históricos a propósito del levantamiento en Madrid del 2 y3 de mayo de 1808 donde recoge las escenas y perpetúa por medio del pincel las notables acciones de la gloriosa insurrección en contra del tirano, estos sucesos le afectan notablemente se empieza a gestar en él una nueva forma de pintar

En la próxima entrega trataremos de describir las escenas de algunas de las láminas, donde se gestan pasajes fundamentales de la lidia tal y como hoy la conocemos, y de algunos otros que fueron germen de suertes que después fueron perfeccionadas.

Bibliografía: José Ma. Cossío, Ignacio de Cossío, José Alameda, Juan Pellicer

En la espuerta: El pasado tres de febrero falleció el Licenciado Rafael Flores Ramos. Conocido saltillense, distinguidísimo taurino, apasionado de la Fiesta Brava, admirador del maestro de Saltillo, crítico taurino que en su columna, Desde mi Barrera que se publicaba en el periódico Zócalo. combatió siempre por la dignidad de la fiesta, se enfrentó a empresarios, ganaderos, toreros, jueces de plaza y algunos comentaristas que a través de sus opiniones solapaban las violaciones al Reglamento Taurino, que era su libro de cabecera. Se convirtió en un permanente guardián del espectáculo. Los señalamientos que hacía sobre las anomalías que detectaba, le ganó algunos malquerientes que no lo veían con buenos ojos. Pues era un hombre de gran congruencia, actuaba de acuerdo a sus principios y no hubo presiones suficientes para torcer el rumbo de sus opiniones.

Su afición lo llevó a reunir una colección de carteles autentificados de las corridas efectuadas en la plaza de Madrid, así mismo su museo está colmado de piso a techo de memorables carteles, cabezas de toros, y de fotografías del propio Rafael a lado de las grandes figuras del toreo, entrar a su museo es como entrar a un templo donde sus paredes están tapizadas de carteles que como pinturas sacras cuelgan de sus muros y representan la santería de los grandes toreros que han oficiado el ritual de vida y de muerte a través de la historia….

Nos convoca Rafael, acudimos como quien va al templo, entramos e inmediatamente se siente el agobio de las miradas de los grandes maestros y la fiereza de los toros que parecen que van a saltar al ruedo dejando un vacío en los cuadros que los tenían atrapados. Nos sentamos alrededor del anfitrión no sin antes reconocer los terrenos y sobre todo ubicar la contra barrera por si las dudas. Rafael enciende un aromático habano y es la señal, que da, como el juez de plaza, para que se abran las puertas de cuadrillas. Se sirve a los comensales una ronda de buen vino y se nombra por sus grandes conocimientos sobre la tauromaquia al anfitrión. Moderador de las batallas floridas que se libran durante la convivencia. Los aficionados a los toros todos saben todo. La conversación se vuelve una competencia de fechas, nombres de toros, pintas, ganadería, toreros, etc. Se sirve otra ronda y llega más inspiración a los comensales, es entonces cuando sacan a relucir a sus toreros favoritos. Narran sus grandes hazañas y es ahí donde las discrepancias también saltan al ruedo, la discusión sube de tono animándose más, cada quien saca los mejores argumentos para defender a su ídolo. La discusión es apasionada y da la impresión que cada toreo que se invoca sale del cartel y se coloca a la espalda de su admirador como ángel de la guarda y como fuente de inspiración.

La conversación por momentos cobra gran lucidez y sin darnos cuenta compartimos la mesa con Carlos Ruano Llopis y Francisco Lazo, los muralistas de este templo, que querían disfrutar de la tertulia. Luego Rafita como buen moderador con su afabilidad y su gran calidad humana interviene para que no se rebasen los ánimos, la asamblea recapacita y abandonan su espíritu para que entre al mundo de la poesía, después de escuchar a varios espontáneos, al grupo lo envuelve una sensación de comunión y misteriosamente estamos de acuerdo en todo. La humildad nos gana ya nadie sabe nada de nada. El anfitrión apaga su puro y señal de despedir al corrillo, nos despide con cordialidad, nos vamos contentos en espera de una fecha que sirva de pretexto para volvernos a reunir. Así eran las reuniones en casa de Rafael.
Hoy estoy seguro que todos los grandes que tienes en ese templo te lloran, como nosotros te lloramos, pero también estoy seguro que compartirás con ellos un palco en el cielo, como compartiste el tuyo con nosotros aquí en la plaza Armillita. Adiós Rafita.

Desde aquí mi más sentido pésame, a su esposa Alicia, a sus hijos, Montserrat, María Fernanda y Rafael.

 
 
 
asantosr@hotmail.com
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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