Pacto por México;
¿los actores actores olvidados?

Juan Martínez Veloz.

Recientemente el líder opositor en México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) señaló que agosto le había sido planteado incluir sus propuestas en el Pacto por México a cambio de reconocer al actual presidente de México (EPN) Enrique Peña Nieto (24 Horas; diario digital: 26/01/2012).

El político tabasqueño debería puntualizar mejor su información, pero tampoco tendría nada de malo que el gobierno de EPN intentara dialogar con el líder de las izquierdas mexicanas AMLO y que éste aceptara.

A reserva de lo que diga la contraparte (EPN) creemos que tal acontecimiento, un diálogo serio (no simplemente de foto) “EPN-AMLO” como también “EPN-EZLN” y también “EPN-Josefina Vázquez Mota (JVM)” son necesarios por el bien del país y la supervivencia misma del Estado nacional.

Veamos lo que hay en varios estados, el D.F. y municipios del país, sólo un remedo (una simulación) de lo que la teoría política entiende como Estado. En algunos municipios del país ya no hay policías y están surgiendo “grupos de autodefensa” en Guerrero. En ciertas delegaciones políticas casi te “asaltan” cuando vas a solicitar placas. Presentas una denuncia en la PJDF y nunca la investigan (Atn. MAM). ¿Qué decir de las investigaciones “a modo” de la PGR anterior? Hoy la política en México tiene que ver con garantizar a los ciudadanos las funciones básicas del Estado.

En una sana democracia, las elecciones deben ser vistas como una contienda temporal de confrontación de propuestas de las diferentes fuerzas políticas. Después viene la etapa de acuerdos para que el país camine. Lucha e integración son dos fases de la política; Maurice Duverger; Sociología de la Política, Ariel, Barcelona, España, 1972, pp. 258-265.

AMLO tuvo su mejor momento electoral en 2012 al obtener un importante porcentaje de más del 30% de la votación en la elección presidencial. Hoy el escenario es diferente, las izquierdas tienden hacia la fragmentación.

El Gobierno de EPN debe buscar acuerdos con todas las fuerzas políticas del país, incluyendo AMLO, JVM y la fuerza política que se conoce como EZLN, así como todos los grupos de la sociedad civil.

Hace falta también reconstruir el diálogo con los indígenas que prácticamente se quedó tirado desde 1995. Muchas cosas han pasado en el mundo y en Latinoamérica desde esa fecha para acá como la llegada al poder en 2004 en Bolivia de Evo Morales, un presidente indígena.

Creemos que desde las constituciones locales y leyes electorales de los estados se puede avanzar mucho para fortalecer la representación indígena, independientemente de lo que se pueda conquistar en la constitución nacional.

*El asunto que llamó la atención de los medios la semana pasada fue la sentencia de la Sala Penal de la Suprema Corte de la Nación que determinó la liberación de la ciudadana Florence Cassez; de presunta secuestradora para los mexicanos paso a ser la “Juana de Arco moderna”.

El tema tiene múltiples aristas que darían lugar hasta un libro-novela de realismo mágico (tipo los de G. G. Márquez), pero lo más importante es dejar claro es que sólo los Ministros de la Suprema Corte son los responsables de la decisión jurídica tomada.
Podrá haber existido cabildeo (alegato de oreja) del gobierno francés o del mexicano (no lo sabemos); pero a un Magistrado nadie lo obliga a votar en un sentido u en otro, cada quien debe asumir la responsabilidad de sus decisiones.

El tema no es menor y complementariamente merece una reflexión sobre la relación política de México con Francia. Pareciera que el gobierno francés condicionó la relación con nuestro país (desde la administración anterior de Sarkozy) a la resolución favorable de ese caso. No se vale (Atn. Senado de la República y S.R.E.).

El recibimiento en el palacio presidencial del Eliseo a la francesa (como heroína) por parte del presidente de ese país es una bofetada para los mexicanos, y sobre todo para las víctimas del delito en México y los miles de ciudadanos pobres que están en prisión pero no son amigos de un gobernante francés.

La lectura obligada del acto es “No importa quién seas, para el gobierno francés todo ciudadano galo en el extranjero es inocente” casi como un resabio de su antigua, no tan antigua política colonial.

Así son las autoridades francesas, no el pueblo, ni algunos buenos amigos. ¿Conviene tener relaciones con un gobierno que piensa así? ¿Qué pensarían nuestros altos próceres Benito Juárez e Ignacio Zaragoza?