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Julio 2013
Edición No. 293
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La loma de la Guitarra


Ariel Colín Morales.

Pasan los años y el tiempo se va enmoheciendo en las piedras, pero no las ganas de volver al majestuoso Valle del Pelillal, el cual celoso en sus tesoros nos va entregando cada vez que lo visitamos de a poquito en poquito para invitarnos de nuevo y recorrerlo en su interior.

En esta ocasión acompañado de los Ingenieros Rufino Rodríguez y Pepe Ventura  llegamos a la loma de la Guitarra, más que nada por los comentarios de Rufino respecto de unos bellos grabados de proyectiles, los cuales estaban adornados y con características especiales; aunado a la siempre perfección de tener la foto correcta en el momento correcto y la luz estaba generosa y dispuesta.

 Dicho promontorio se encuentra en una orientación oriente poniente, con una elevación máxima de unos 6 metros, con una longitud de aproximadamente 400 metros, comenzando de inmediato a aflorar las astas de venado y los grabados abstractos de difícil comprensión. Aproximadamente a unos 100 metros del inicio de la elevación al lado norte de la misma se localiza un geoglifo de aproximadamente 80 metros de largo, con la característica de ser en “positivo” como lo identifica Rufino, es decir se encuentra sobre la tierra conformado por la alineación de piedras con una forma de línea más o menos recta con un semicírculo en el centro; los más famosos son los que se encuentra en Nazca, Perú, pero aquellos son tallados sobre el piso en líneas rectas conformando figuras diversas y de grandes dimensiones; éstos son más modestos y muchas veces o la mayoría de ellos son de figuras abstractas.

En el medio de la loma encontramos unos grabados con forma de semicírculos, concatenados unos con otros, de forma ascendente, dando la apariencia de una cadena que no está unida entre sí, los cuales me dan la impresión por su colocación que están relacionados con marcadores solares; de igual forma comienzan a salir diferentes tipos de proyectiles; los más comunes son los que tienen una forma clásica, conforme avanzamos  comienzan a cambiar tanto la forma del mango, como la cantidad de ellos que aparecen en las piedras. Destaca entre varios uno de ellos que tiene los extremos del mango distorsionados y dirigidos hacia abajo, con una apariencia de movimiento en sus lados, lo cual hace, a mí parecer que está danzando.

 Aparece también una cornamenta de catorce puntas, donde en su punto medio está la forma de una pequeña vulva. En su extremo derecho está la representación de un Chamán que tiene el cuerpo en forma de navaja, de la cual, surgen dos brazos y dos piernas, con la característica que se puede apreciar que tiene calzado que termina en punta. Con estos elementos  podemos conciliar dichas representaciones con la caza, la fertilidad y con el mundo espiritual representado por el Chamán, dándonos indicios de que está elevación estaba consagrada para ritos de fertilidad y de caza.

Existe un asta que está con doble grabado y agregado uno más pero abstracto, dando una vista de amontonamiento, encontramos collares, círculos en la parte superior con algo similar a un fitomorfo con hojas desplegadas creciendo sobre el tallo y cayendo a los extremos del mismo; una preciosa asta de seis puntas donde la atraviesa una puntuación de 16 puntos en tres franjas longitudinales. Cinco proyectiles con el mango no paralelo, sino ondulado hacia abajo dando una apariencia de aves en vuelo; diferentes proyectiles de diferentes tamaños, algunos acompañados de otros más pequeños, como si fueran sus guardias o tutelares así como “hongos” de dos tirantes.  

Otro interesante grabado lo conforma un conjunto de seis proyectiles acompañando a una navaja, la cual se puede considerar con forma de antropomorfo, con la característica que no tienen brazos pero si dos piernas que contienen calzado con forma de pico; dichos proyectiles apuntas hacia un punto cardinal contrario al que apunta la navaja.

Otro grabado con características especiales es el conformado por una cornamenta que tiene su base sobre un semi “hongo”, contando dicha asta con solo dos puntas que están señalando hacia abajo, conteniendo en el medio de las astas a dos navajas de diferentes tamaños y forma.

Encontramos también diversas representaciones de huellas de venado en diferente tamaño así como de bisontes, claramente identificables por su tamaño mayor y porque son muy similares a las huellas que deja el actual ganado bovino en su deambular por el monte.

Otro conglomerado de piedras nos entregó los grabados de una navaja puntiaguda con el mango perpendicular, es decir hacia abajo, encontramos también un altarcito de navajas, consistente en una línea grabada de la cual se desprenden o “cuelgan” diez pequeñas navajas, otra navaja de aproximadamente 20 cm. Con el mango hacia abajo, una hermosa navaja con mango semicircular con un punto en medio; otra excepcional navaja con doble mango y un circulo abajo, diversas representaciones de peyote y así como vulvas.

Al adentrarse más en la loma vemos como van apareciendo diversas representaciones, apareciendo un grabado con líneas paralelas y rayas en el medio, con la apariencia de una escalera, un atlatl delgado con un contrapeso semicircular, el cual es uno de los pocos que se pudo localizar en el área; puntuaciones de forma romboide destacando también un asta de ocho puntas en forma triangular. Existen hongos de propiedad de diferentes tamaños, mas huellas de venado y hasta la pequeña huella de un hombre.

Nos llamó la atención la representación de una libélula con una línea longitudinal  y dos transversales, una más chica que la otra, dicha representación la podemos corroborar con el dibujo contenido en el libro “A  field guide to Rock Art Symbols. Of the Greater Southwest” de Alex Patterson, el cual en su página 9 hace referencia de la misma. De igual forma es interesante  encontrarnos con la representación de dos grabados de estrellas, la primera con 4 puntas, siendo conectada por una línea exterior que se topa con el centro de la misma, de uno de los extremos contrarios de la imagen surge una línea sin dirección alguna con algunas curvas y en su parte final se encuentra con el grabado a ambos extremos dejando un relieve. Dicha representación también está contenida en el Op. Cit. En su página 20 y 76. La segunda cruz consta de cinco puntas, a la cual se le puede asimilar con la cruz de Quetzalcóatl como hace referencia dicho autor antes mencionado, dicha imagen se encuentra unida de uno de sus extremos a una línea extensa, rematada con una navaja bellamente tallada, encontrándose a sus lados dibujos abstractos en la misma roca.

Con la puesta de sol nos retiramos donde habíamos dejado la camioneta, este era solo el entremés, faltaba el platillo principal conformado por el Cañón de Puerta Grande, armar el campamento, fotografiar algo de fauna, de flora, en  fin lo de todos los días de campaña.

 
 
 
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Facebook: Ariel Colín M.
 
 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
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