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Junio 2013
Edición No. 292
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Al chile, Chilo...

Arnulfo Favila Izaguirre.

Es indiscutiblemente cierto que las cualidades de Isidro López Villarreal contrastan con las de cualquier político, aún el más experimentado. Lejos de la malicia, Isidro posee confianza; a la demagogia la enfrenta con lenguaje claro y con verdad; la perversidad con virtud, y la hipocresía con franqueza… Por desgracia, los valores que encarna el tercero en la dinastía, servirían para competir por el premio “Honestidad Mundial Extraordinaria”, que otorga la Maestra Suprema Ching Hai, y que consiste en una recompensa de 500 dólares americanos a quien después de un minucioso escrutinio, resulte ser el hombre o la mujer más honesta del mundo (magazine.godsdirectcontact
.net/spanish/196/aw_53.htm). Y no significa el comentario estar de acuerdo en que los anti valores que representan muchos políticos -de todos los partidos-, sean la herramienta mejor para ganar una elección y mucho menos para gobernar; por desgracia, es nuestra realidad. ¡Es tu realidad Isidro!, ¡tu hoy y tu ahora. Tu aquí!

Sin embargo, esa realidad fuera el anhelo de cualquier asesor político y de imagen, esa realidad que te hubiera puesto, Isidro, en un 70-30 a favor al momento del arranque; esa realidad que pocos -ninguno que yo conozca- han tenido, de contar con un candidato pulcro, de imagen impecable, calidad humana superior, sencillez, con nombre y apellido…

Y teniendo enfrente al símbolo de la corrupción, de la desfachatez, de la falta de compromiso, de la opacidad y el servilismo a la familia gobernante; teniendo como principal aliado al desencanto y el enfado popular.

Así las cosas, sólo era cuestión de orden, trabajo y arrojo; de desterrar oportunistas y traicioneros; de abrir la puerta a las ideas y demostrar que la política no es exclusiva del tramposo, del alevoso y del demagogo; que el quehacer público es también tarea de los decentes.

Sin embargo, y advertido que estuviste, te arrojaste a los brazos del presidente del partido que te postuló, quien a su vez es el más fiel colaborador de tu opositor. Sí, Carlos Ulises Orta Canales trabaja para Fernando de las Fuentes, y aunque será tema de una entrega posterior, te adelanto que el que paga manda y el que recibe obedece; que Carlos fue regidor con Fernando alcalde y que la generosidad de De las Fuentes le hizo un viaje de noche al representante panista en aquel cabildo; te adelanto que en el congreso, al diputado Orta le pasaron por la nariz las cuentas y las deudas de los Moreira, al tiempo que le pasaban por la cartera las muestras de despilfarro de su presidente, don Fernando de las Fuentes.

A esos brazos corriste, al de un regidor del ayuntamiento que hoy no te ha entregado una sola propuesta para mejorar Saltillo, aun y que estuvo co-administrando la ciudad durante 4 años; te entregaste a quien le echa leña al fuego amigo y te envía a enfrentar a tus detractores. ¿Qué no debería ser el Presidente del Partido quien dirimiera tales diferencias?, ¿Qué no le correspondía a Orta salir al paso y por encima de muñecos y muñecas que sembraron y fertilizan la discordia?

Fernando minó tu pensamiento y utilizó a Orta para mantenerte distraído y ocupado en babosadas que le corresponderían a Él… Minó tus finanzas, utilizó alfiles de tu propia familia para sembrar temor y división, que resultaron en pocos cheques.

De tal manera, estuviste maniatado para encabezar una campaña de denuncia, de indignación y de molestia que te convertiría en el portavoz de cada saltillense y hasta coahuilense que ante las circunstancias tiene que manifestarse por lo bajo; de aquellos quienes pudieron ver en ti al líder que alzaba la voz ante el poderoso que engañó y despojó a su pueblo, a todas y todos los que pudieron creer que un nuevo Isidro López podía forjar un nuevo Saltillo.

¿Era muy difícil decir: ¡Al Diablo con la deuda!, ¡Al Diablo con la corrupción!, ¡Al Diablo aquellos que piden licencia para luego pedir un voto!, ¡Al Diablo con el Diablo, Saltillo no será más un infierno!?... Para ti no, para Orta hubiese sido su condena al fuego eterno, y vaya que le gusta el calor infernal.

Para colmo de tu campaña y desesperanza de Saltillo, además de los brazos de Orta, corriste al cobijo de tío Rosendo, ese ícono del panismo; pero también de la corrupción, de la desvergüenza. Ese tu pariente que cree que Saltillo le entregó su voluntad para que nos gobernara en los ochentas, como si alguien no supiera que en aquellos años Carlos Salinas de Gortari puso de moda la palabreja aquella de “Concertacesiones”, para lograr el consenso y consecuente firma del TLC, el de Agualeguas echó mano de por lo menos cien alcaldías y el gobierno de Baja California; el ejecutivo requería de reconocimiento y apoyo de la clase empresarial y los partidos de oposición para que el ventajoso -para EUA, claro- acuerdo comercial que Washington le había condicionado, tomara forma y se firmara de acuerdo a lo preestablecido. Aunque, en efecto, puede haber alguien que no lo sepa: El propio Rosendo Villarreal…

Lo que sí supo Rosendo, y es momento de recordárselo que fue el primero, sí, el primero en pedir dinero prestado a espaldas del pueblo. ¿O qué?, ¿Ya nos olvidamos que un buen día amanecimos sin Teatro, porque al señor alcalde se le había ocurrido “engañar al cabildo y al congreso” para pedir prestado?... ¿Te suena? Así fue, ¡tío Rosendo es el padre de las deudas irregulares!

Y es sólo el principio de una larga y lucrativa carrera en el “auto” servicio público. Ha sido señalado y acusado de participar, o por lo menos proteger a las bandas que ordeñaron millones de litros de gasolina y diésel de Pemex, ha sido marcado como cómplice del saqueo a la paraestatal y de aportar dinero a la campaña presidencial de Calderón, de la mano de Juan Bueno Torio. -Por cierto, ¿Cuánto le ha metido a la tuya?-… Y seguramente esa aportación a la campaña de Mr. Bacardi lo tiene en libertad y gozando cada uno de los tractores, remolques y estaciones de gasolina que le brotaron de tomas clandestinas.

Luego de los escándalos de César Nava, por aquella carta de crédito por 100 millones de dólares, que da muestra clara de que nada está en el olvido cuando al estado le interesa; luego de saber que Rosendo fue cómplice de Octavio Aguilar Valenzuela en ese fraude para fondear la campaña de Felipe, que Octavio es hermano de Rubén Aguilar, que Rubén es asesor de Rubén Moreira, luego de todo eso, no creo que sea estúpido pensar que tu campaña está más que negociada.

Al Chile, Chilo: Eres un Gran Hombre, pero tienes un tío demasiado perverso.

 
 
 
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