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Junio 2013
Edición No. 292
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rosendo villarrealEs hora de destapar el caño


Por más apestosa que esté, la carroña del sistema tendrá
que ser extirpada. Ese es el verdadero reto de Peña Nieto.

Adolfo Olmedo Muñoz.

Con frecuencia escuchamos una muy manida, trillada, sobada, versión de que en nuestro país se ha ido rompiendo el “tejido social”. Pero quién nos puede decir cuándo hubo tejido social en una nación tan asediada por los imperios, como es la nuestra. Tal vez nunca ha habido oportunidad clara y libre para ligar un período prolongado de paz constructiva, civilizada, racional, moral, comprometida con el bien común de una nación con pleno derecho para ejercer su propia identidad nacional, de suya compleja.

No hay tal deshilacho de tejido, en realidad es que en México NO hay tejido social, y no lo hay porque tal vez seamos el pueblo más racista del mundo. Vivimos una vergonzosa lucha de todos contra todos, en medio de un chauvinismo regionalista de lo más estúpido. La sociedad mexicana se mece entre el despotismo, la crueldad y la miseria espiritual por un lado y la cobardía, la ignorancia y la orfandad cultural por la otra.

Lo más lamentable es que, al parecer, no se ve cómo podamos romper esa infausta maldición involutiva que se representa con el círculo infinito que crea la serpiente enroscada para devorarse a sí misma desde su envés.

Porque no queremos ver, ni saber y mucho menos resolver la caótica situación que vivimos. Nadie esté dispuesto a “sacrificar” un ápice por nadie: Los ricos y pudientes no están dispuestos a ceder un centavo de sus riquezas, a pesar de que casi en un cien por ciento sean fortunas mal habidas.

Los pobres debemos ser acusados como ingenuos creyentes de la doctrina de la sumisión, del perdón y el humanismo. México está enfermo, y lo primero que tendremos que hacer es reconocer tal hecho. La corrupción somos todos; la solución deberíamos ser todos. No es fácil, pero tampoco imposible. Siempre he pensado, y así lo he expresado en varias ocasiones, que existen dos vías de solución: La educación y el respeto pleno de las leyes.

Pero también eso sería estéril como lo es hablar del relajamiento del tejido social, mientras sigamos viendo como simples espectadores, los hechos de descarada corrupción, prepotencia, impunidad, frivolidad, ferocidad bestial en la lucha por el poder, la búsqueda del poder por el poder mismo y los “favores” que le acompañan, y no el beneficio social.

Aún cuando es bien poco lo que los corruptos vendidos medios de comunicación nos dejan ver y saber de los responsables del deterioro social, es hasta cierto punto fácil ya, seguir la huella de los “chacales”. Como por ejemplo los nexos de corrupción que recientemente dio a conocer Alfredo Dávila Domínguez, que pudieran tener (el “pudieran” es un eufemismo) un tal Domitilo Barragán con otro cual Rosendo Villarreal, quien lo sostuvo junto con otro inmoral (aunque éste de más baja monta), J. A. Rodríguez Calvillo, como sus brazos ejecutores durante su administración de la alcaldía de Saltillo.

El tal Domitilo está ahora siendo procesado por millonarios fraudes cometidos a través de una empresa favorecida por la administración de PEMEX, cuando el tal Rosendo era Director de esa administración. El caso va mucho más allá del tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, corrupción y fraude maquinado, por muchos millones de pesos, y es que apesta mucho más de lo que se ha dicho.

Ese mismo engendro de la generación del cambio paniaguado, es tío del actual candidato panista a alcalde por Saltillo, Isidro López Villarreal, al que asesorará con las malas artes que le son bien conocidas, como las mañas de insidia, engaño, chantaje, presiones corporativas, calumnias, espionaje, y soborno. Todo lo cual le puede alcanzar para cumplir su caprichito, pues no podemos dejar de pensar, en el pesado “morralito” que se trajo de la ciudad de México y es que sabe muy bien como corromper lo corruptible.

¿Usted cree que un junior como Isidro López Villarreal, que no tiene necesidades económicas para nada, estaría dispuesto a repudiar la totalidad de sus sueldos como alcalde y destinar esos recursos en obras de beneficio social?

En el mismo PAN, pero a nivel nacional también resulta harto triste ver el sainete que se traen, los de la camarilla albiazul en el Senado de la República, en contra de los dirigentes de “su” partido. Y todo por la mezquindad de regatear (para su santo) prebendas a cambio de acuerdos en el Pacto por México.

Un teatro guiñol que destruye sin duda el ánimo, hasta de los seguidores de ese partido, que despistados se preguntan hoy ¿dónde está la cabeza moral de ese partido o quién a trasmano mece la cuna del diablo: Felipe Calderón, Javier Lozano; Ernesto Cordero, Pablo Emilio Madero, Diego Cervantes, Vicente Fox, o quién…?

Muchos otros casos de descarada corrupción de ex gobernadores, ex presidentes municipales, tesoreros municipales y estatales y demás caterva de funcionarios provenientes de todos los partidos. Andrés Granier es tal vez por el momento el más representativo por su publicitación en medios de comunicación. Pero en realidad, ¿qué representa este borrachín megalómano en el mar de excremento de la clase política mexicana?

Clase política que tiene otra fidedigna representante de los “valores” de su grey; Una Senadora zutana de nombre Luz María Beristain, perredista ella, a quien, a pesar de sus evidentes manifestaciones de debilidad intelectual, se le ocurrió la “soperutana” idea de proponer (al menos así lo amenazó) al Senado de la República, la creación de una nueva comisión (¡otra!) senatorial para expedir una o varias leyes, que protejan a los políticos de las agresiones de sus representados: Esto, luego de un ridículo pleito placero, tras la pérdida de un vuelo en una línea “patito”.

Y qué decir de la apestosa conducta inmoral de un ex presidentes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, un perengano conocido como Genaro Góngora Pimentel quien ocupó el cargo más alto de la judicatura en México, de 1999 al 2003. Puesto por el “petitero” Neto Zedillo, y luego fiero defensor de las “causas” de Andrés Manuel López Obrador. El sujeto de marras, se jubiló el angelito cuando gozaba un sueldo de 300 mil dólares ¡al mes! Luego de su divorcio de Ana María Orosco, el leguleyo mandó encarcelar a su ex esposa por supuesto fraude e impidió la dotación de una pensión para sus dos hijos, argumentando que por la disfuncionalidad de los dos menores autistas, no podrían gozar de ese beneficio que en principio les habría otorgado un juez.

Dicho espécimen solicitó luego la patria potestad de los menores, pues dijo, su madre sería incapaz de mantenerlos. El los daría luego en adopción, pues no podría atenderlos, dijo.

Ese sujeto ocupó el más alto peldaño de la justicia en nuestro país… ¿qué podíamos esperar de la conducta de un desdichados jenízaro, policía de barandilla con sueldos cercanos a los “salarios mínimos”, es decir, salarios de hambre.

Todo eso y muchas fechorías más las sabe -de una u otra manera- el pueblo. De ahí la pasividad del desencanto, pues se sabe de antemano que la impunidad hoy gana más que la honradez.

Sabe el pueblo que ser honesto, cumplido, leal, responsable, trabajador y un buen ciudadano, es sinónimo de “pendejo”.

Mientras que ser un ladrón (si es de cuello blanco es más “chingón”), traidor, desleal, oportunista, intrigoso, inmoral, arrogante y déspota con los de debajo de él y marica lambiscón con los de arriba, a los que siempre asechará para traicionarles a la menor oportunidad, para hacerlos caer y verse ellos más altos. Ellos, la verdadera escoria social, son hoy sinónimo de: éxito, triunfo, listos e inteligentes, la “clase bonita” a pesar de sus taras.

Por todo ello y mucho más, hoy quiero hacer de manera formal, una contundente propuesta para la creación de una nueva ley. Petición que en honor a la verdad no tengo la más remota idea de la posible viabilidad, pues se trata de que las propias instancias legislativas creen y promulguen una nueva ley que obligue, como requisito insoslayable e intransferible, una prueba general de conocimientos sobre: historia, sociología, economía política, ética, desde luego, de todas las leyes que nos rigen (por lo menos en teoría). Además de que deberán saber hablar correctamente el castellano de nuestro país; Algo de matemáticas, lógica y si no es mucho pedir, algo de cultura general y artística, por lo menos de lo más representativo de todo el país.

Sólo los que aprobaran dicha prueba, tendrían derecho a aspirar a un puesto público, de elección o designación.
A los maestros les estamos pidiendo ya exámenes de aptitudes, por qué no a esos otros vividores de los políticos, que tanto daño han hecho a la moral pública y privada de nuestro México, desde Tijuana hasta el Suchiate.

P.D. ¡NO! No es para “Santa Clos”, es para ustedes bolsones legisladores, locales y federales que tienen la oportunidad de trascender honorablemente rompiendo el círculo vicioso. Deben actuar sin miedo, al fin que para ustedes ya no aplicaría. Ustedes ya lograron colarse y colgarse de la ubre presupuestal.

 
 
 
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