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Junio 2013
Edición No. 292
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miguel de la madridEl Estado de La Laguna

 

El Estado de la Laguna; su fundación en este momento, inviable, innecesaria y contraproducente
*La clase política, empresarial y otros poderes fácticos en
Durango y Coahuila, nadan en un mar de podredumbre, y ellos serán quienes se quedarían al frente de un nuevo estado, el que nacería podrido como ellos.

Augusto Hugo Peña Delgadillo.

Hace 50 años ya existía de parte de algunos laguneros, la idea o el anhelo de conformar El Estado de la Laguna. ¿Constitucionalmente es posible?... lo ignoro, pero los que saben lo creen factible y necesario; veo algunos obstáculos que vale la pena observar; uno: El nulo interés de los gobiernos de Durango y de Coahuila; otro: La centralización de la política a nivel federal; tomemos en cuenta que siempre, los gobiernos de ambos estados han sido priistas, y los titulares de ambos estados, por la razón que fuere, le deben el puesto a los dirigentes del partido, y si éstos no se interesan por crear un nuevo estado, lo más seguro es que no se creará, porque en México, en el México de siempre, los intereses de unos cuantos han estado por encima de las necesidades e intereses de sus gobernados. Además, hace 30 años se creó una secretaría de conurbación para la Laguna ¿y qué se logró?... nada, absolutamente nada, aún hoy en día, la zona conurbada o el área Metro o metropolitana como se ha dado en nombrarla, es una panacea, prácticamente una utopía.

Percibo que sería contraproducente en este momento, intentar crear El Estado de la Laguna, por una razón poderosa. Me explico: En el ámbito político, los políticos y funcionarios públicos, federales, estatales y municipales, están podridos hasta la médula; la corrupción es enorme y la impunidad avanza a todo galope; la clase empresarial nacional, estatal y de nuestros municipios, está coludida de forma pavorosamente terrible con las autoridades, todo ello para sacar raja de las masas empobrecidas; unos los quieren de clientes o empleados y los otros los requieren jodidos y desunidos para hacerse de su sufragio y continuar sempiternamente en el poder. ¿Para qué? Para enriquecer sus haciendas particulares y acumular poder; la iniciativa privada o sea la clase empresarial en ambos estados, deambula por todas las cámaras comercio, industria, agrícola, de la propiedad urbana, etc.,- operan felizmente bajo el manto del Consejo Coordinador Empresarial y la COPARMEX; felizmente reitero, porque estando así, controlan a los gobiernos o los inducen a operar en el sentido de sus beneficios y no del ciudadano común; la clase política por su parte está de plácemes porque sirven al amo y se sirven a sí mismos con una serie de canonjías -pecuniarias y de poder- que da vergüenza, y por ello vale la pena hacer una reflexión, sobre la creación EN ESTE MOMENTO del Estado de la Laguna.

Si el binomio Clase empresarial-políticos y funcionarios públicos está podrido… y ellos son el poder en este instante, entonces ¿Qué clase de estado resultaría?... una entidad igualmente podrida y corrupta; el poder de ese nuevo estado estaría en sus manos, y nosotros la mayoría de laguneros estaríamos en peores condiciones socioeconómicas y carentes de justicia, de como estamos ahora; la única salida sería terminar con la clase política y empresarial y poner en su lugar otras menos corruptas. ¿Es factible?... no… es deseable, pero en estos mementos no es posible ni siquiera soñarlo; dejémoslo como está si no, resultará como cambiar perros por gatos.

Se requiere una sociedad civil decente y unida; fuerte y anhelante de que las circunstancias mejoren para las mayorías y no para unos cuantos. Aspiremos primero a eso, y luego, como decían en antaño, “Ya veremos”; necesitaremos juristas capaces y sin nexos con la oligarquía, los actuales gobiernos y la iglesia, estos sectores, antes, hoy y en el futuro, eran, son y serán los principales obstáculos para cualquier cambio que mejore las condiciones de vida de las masas empobrecidas; es imperativo que fijemos metas, y la primera deberá ser, no soportar ni un ápice a la clase corrupta, de no lograrlo, cualquier cambio será para empeorar, tal y como ha sucedido desde 1982 cuando el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, o sea el consenso de Bretton Woods, dependiente de los dictados de Washington, nos impusieron en Los Pinos -para nuestra desgracia- a Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y a Enrique Peña. O ¿usted qué opina apreciable lector?


 
 
 
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