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Junio 2013
Edición No. 292
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Partidos de izquierda y derecha:
pobreza ideológica contra
pobreza social


“Dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución, nada”.
Fidel Castro Ruz.  
      


Luis Fernando Hernández González.

El móvil fundamental de la política radica en la búsqueda persistente de encontrar para la sociedad aquellos satisfactores organizativos y materiales que la misma población demanda, al ser respuestas que se traducen en mayor y mejor bienestar, constituyendo los elementos que generen armonía y desarrollo en las personas y en la comunidad.

Para un buen número de personas de nuestro trato ordinario, las cuestiones de orden político se circunscriben a un quehacer, alejado de la importancia que merece, le dan una connotación de separación entre lo personal e inmediato y lo impropio y secundario, para muchas de estas personas la toman como referencia para auto excluirse de una responsabilidad ciudadana; al dejar hacer, dejar pasar, algo que les debe de interesar y les concierne como son las cuestiones públicas que son los asuntos de toda la sociedad.

Gran responsabilidad de que esto suceda, ha sido provocado por aquellos elementos que han despojado y alejado a la política de su esencia ideológica, no importa que ésta sea de una tendencia o de otra, de izquierda, centro o de derecha, pues como bien lo sabemos, al acabarse los planeamientos de reflexión, discusión y análisis profundo, sobre el cometido y sentido que ésta debe de tener para la superación del conjunto humano, se le quita la condición de ser el factor que dinamice la evolución hacia aquellos escenarios a los que la población aspira alcanzar.

Así, definitivamente, algunos partidos políticos en México no tienen nada que hacer en la lucha de las ideas, en las estrategias operativas, en la búsqueda de ganarse la confianza de los ciudadanos y por supuesto de la sociedad entera, es tal su raquitismo discursivo que muestran flaqueza en sus idearios, al no prepararse con firmeza en su trabajo, éste carece de visión argumentativa de gran contenido que les ubique como lo que son, entidades públicas al servicio organizativo de la sociedad.

Usted lo ve en sus argumentos para la defensa y lucha dentro de la arena de la política es frágil, al resultar simples y escuetas sus posturas frente a sus adversarios, pues carecen de imaginación y creación sensible, despojadas de audacia y pasión por mejorar las cosas del universo humano en cuestión, se limitan en estribillo a difundir todo un síndrome de acechanza y fraude que se maquina en su contra, al no existir fuerza y contenido de soporte en su ideario, sus especulaciones los trasladan a sus espectros de la acusación mediática, la conspiración y la inculpación del adversario, es su forma de aplicación para sembrar el resentimiento y la antipatía en la sociedad.

Se comportan como camarillas de iluminados que tanto al interior como al exterior de sus propias organizaciones, al actuar con rabia disputándose el poder de sus propios partidos, lo vemos en las izquierdas y en las derechas, lo mismo entre tribus bejaranistas contra chuchistas, que calderonistas contra dogmáticos maderistas, dando muestras de su frágil condición, en el compromiso que muestran frente a una sociedad que espera más de ellos.

Es tal su carencia de imaginación y visión organizativa, al limitar su criterio al sólo hecho de objetar a diestra y sinistra un desprestigio por las actividades de protección solidaria y programas sociales, que los distintos niveles de gobierno realizan en la geografía nacional y particularmente en donde habrá elecciones este año, al carecer de una plataforma de compromiso convincente y visionaria de las circunstancias por las que transita la sociedad que les garantice una presencia frente a los electores.

Como consecuencia de ello, mediáticamente algunos partidos de izquierda y derecha buscan los reflectores, para hacer de su participación política dentro del Pacto por México, una fuente de resonancia y escándalo, al amenazar con su distanciamiento de estos acuerdos, que pretenden ordenar al país con el fin de alcanzar los objetivos de superación mediante los ajustes que nuestra legislación demanda en sus ordenanzas.

¿Se podrá entonces construir una mejor y superior sociedad?, cuando las energías de la actividad se distorsionan, se cuestionan y se envilecen, apartando su contenido y fuerza por supera las carencias sociales que pretende en atención el grueso de la población: ¡Definitivamente no!

Por esa razón, es usted, soy yo y somos todos los que debemos de darle sentido y rumbo por una mejor sociedad, participativa, democrática y responsable, alejada de compromisos personales, más sobre todo fortaleciendo el interés comunitario, que es el interés general.

 
 
 
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