Tal como sucedió en 1998, nada más les dieron chamba a los “enriquistas” Mario Eulalio Gutiérrez Talamás y Abraham Cepeda Izaguirre, y por arte de magia se terminaron los rumores de que Rubén Moreira estaba desahuciado, y por tal razón renunciaría al gobierno de Coahuila. Ahora con chamba, Mario Eulalio y Abraham volvieron a la “institucionalidad” priista, ya no son los conspiradores contra Rubén Moreira, ahora son servidores de los coahuilenses.

El grupúsculo saltillense de políticos priistas conocido hace años como el Grupo de los Juniors, integrado por los “hijos de papi” de la generación de Mario Eulalio Gutiérrez y Abraham Cepeda, se reprodujo con sus iguales más jóvenes, quienes bautizaron al frankenstein como: El Grupo Saltillo, cuyos miembros -al igual que los Juniors- se destacan por su querencia hacia las nóminas gubernamentales y su proclividad a alquilarse al mejor postor.

Un mes después (septiembre de 2009) de que Rosendo Villarreal Dávila fue presentado en la SIEDO para
una investigación por ordeña de ductos de gasolina y corrupción en Pemex, se “separó”
de la Dirección Corporativa de Pemex. Y volvió millonario a Saltillo.

Qué suerte la de Miriam Cárdenas Cantú. Las inversiones que han realizado sus parientes en política les han redituado buenos dividendos, no sólo económicos, sino políticos también. Sin nada que ofrecer, sin ideas ni ideología, sin capacidad política ni profesionalismo, sin conocimientos ni cultura, Miriam ha sido la primera mujer (“única e histórica”) que en contra de la ley, de la lógica y del respeto a los gobernados, ocupa al mismo tiempo dos cargos en diferentes poderes: En el legislativo es diputada federal y fue impuesta por la vía plurinominal; en el Judicial es magistrada con permiso hasta que termine su periodo como “legisladora”.