La chatarra, los gorditos y las multas

Cuidado, en México  ya no se cobran impuestos,
se imponen multas por el consumo de alimentos.

Fidencio Treviño Maldonado


Las desgracias unen y en este caso las cervecerías, los fabricantes de refrescos, de frituras, panecillos y pastas  maruchas, enemigos en común,  se unieron para decirles a los legisladores que sus productos no son los culpables de que existan millones  de gordos en el país. La obesidad, dicen no es su culpa, esto para refutar lo que  según dicen los "expertos " en dietas y también los legisladores que es causa, razón o repercusión de los productos llamados "chatarra" que consumen en cantidades estratosféricas en todos los sectores de la población.  

Por lo pronto el gobierno ya vio la forma que más le conviene y que no es la salud, ni los productos y su fabricación o su fórmula, sino el asunto recaudatorio y con aumentarlos un peso en el caso de cada litro de refresco y en el caso de los  otros productos, ( refresco, frituras, maruchas, panecillos ,etc.) ya se verá el incremento, es decir un aumento en el precio, como castigo o multa por consumir estos tipos de alimentos y creen que así va a disminuir el consumo y de esta manera la gordura o al menos los gordos serán menos.

En el caso del tabaco que tiene un aumento bárbaro y cada vez  que quieren le asignan otro impuesto, la cosa no ha bajado, al contrario ha aumentado su consumo y hasta con  marcas de cigarros piratas. Todo en este país caminaría sobre rieles aceitados, pero el problema de nuestra gente que manda en el país es que nunca da informes sobre lo que recauda y lo peor, lo que se lleva a cabo con lo recaudado y no sólo en cigarros o bebidas alcohólicas, sino que algo más simple como es nuestro tan llevado y traído petróleo.
           
Desde hace tiempo que hay un impuesto  a los cigarros, impuesto que día a día se incrementa y no se ha visto por ahí que con ese impuesto por ejemplo  se construya un hospital de neumonía o para el cáncer del pulmón o garganta que según los expertos es provocado por el consumo del tabaco. Nadie sabe, como decía el monje loco, nadie supo cuánto y dónde se perdió ese dinero del impuesto agregado a los cigarros, como es posible que tampoco se sepa nunca, cuánto se recauda y lo que se hace con el dinero de dichos impuestos. 

Debería la clase gobernante en el país por preocupase en hacer espacios públicos dedicados al deporte, pistas de atletismo, canchas y campos para que todos los habitantes puedan al menos caminar, trotar o en el mejor de los casos practicar algún deporte. Unidades dedicadas al deporte, en donde con el dinero de los contribuyentes se mantenga y vigile, pero sucede en cualquier parte quieren cobrar aunque no existan garantías o sean instalaciones de vil tierra, otras muchas organizaciones que se dicen impulsoras del deporte las toman como parte del botín y entre torneos y juegos "amateur" cobran hasta a los mismos jugadores, es decir en este país y en la Laguna al menos estamos bien jodidos  por esa parte.
     
Así que este es el juego del Tobi y la Pequeña Lulú, cada quien con su club, los que elaboran bebidas y comidas endulzadas defendiéndose y hasta argumentando que podría ser un golpe duro para los productores de azúcar, ahora si les preocupan, mientras por el otro lado,  al gobierno lo único que les interesa es cobrar dinero y no dar informes sobre lo recaudado. La cosa es recaudatoria ya que el impuesto que se cobra por estos "Alimentos Chatarras" se convierte en dinero que va a dar a los bolsillos de nuestra bien pagada clase política, que no se llenan de robar y rapiñar al pobre pueblo que al final de cuentas entre la clase baja y media baja son los que pagan más impuestos y sobre los que recae la carga de consumo y paradójicamente, es la clase que menos beneficios recibe, dichos beneficios son o deberían ser los servicios básicos.

En este país los gordos, son entre otras cosas los menos saludables, son los que consumen muchas calorías en los llamados alimentos chatarras y también son estos mismos gordos los que no queman calorías abundantes, de ahí que el problema común se convierta en un axioma nacional de dimensiones descomunales y que como todo en este país, cada quien tiene la razón y todos se tiran la bolita...