Derroche y nulidad laboral
en el Congreso del Estado



Armando Montalvo.

¿Será la edad? ¿Le interesa solo el sueldo y los negocios y no hacer Leyes? Pero en el Congreso del Estado algo no anda bien. Y mucha de esta culpa la tiene el diputado y presidente del Palacio Legislativo, Eliseo Mendoza Berrueto, porque hace todo menos hacer cumplir sus obligaciones legales; lo que refleja que los 25 legisladores se burlan de los coahuilenses.

Hoy el Congreso del Estado está hundido, las finanzas que dirige el ex gobernador de Coahuila andan tan mal que ahora no sabe a quién endosarle los errores que comete. Sólo falta que diga que es culpa de los ciudadanos.

En los últimos meses, el Palacio Legislativo, gastó más recursos que el trabajo actual que realizan los legisladores. Nadie dice nada o se atreve a alzar la voz. Los diputados locales no están cumpliendo con la gente que votó por ellos para que ganaran una curul en el Congreso del Estado.

Da vergüenza, pero desde que tomó posición del cargo como diputado presidente del Congreso del Estado, Eliseo Mendoza se ha caracterizado por organizar un festín de excesos donde nunca hay restricciones presupuestales, ni mucho menos rendición de cuentas.

Es hora, de que el Auditor Superior del Estado, Armando Plata Sandoval antes de que revise las cuentas públicas de los Ayuntamientos en Coahuila y los sancione, practique una Auditoría verdadera, pero en el Palacio Legislativo en donde encontrará una nómina inflada sin que ningún legislador cuestione algo al respecto.

Una prueba de lo anterior, es que tan sólo la Secretaria Particular de la Junta de Gobierno que dirige Cecilia Mayela Mendoza Covarrubias, tiene 14 personas que dependen de esta área. En tanto, que la Tesorería a cargo de Francisco Z. Cruz Siller, cuenta con ocho empleados.

Asimismo, la Oficialía Mayor que encabeza Francisco Rangel Castro, cuenta con nueve colaboradores. Mientras, que la Dirección de Administración y Recursos Humanos donde manda Roberto Ecuserio Ruiz Múzquiz, (hermano de Lucila Ruiz Múzquiz, cónyuge de Eliseo Mendoza), tiene a 24 personas bajo su mando.

Y esto no acaba aquí, la Dirección de Asuntos Jurídicos que dirige Manuel Alejandro Garza Flores, tiene una plantilla laboral de seis personas, en tanto que en la Dirección de Asuntos Legislativos, cuyo titular es Carlos Alberto Estrada Flores tiene bajo su mando a cuatro empleados.

En el Área de Documentación e Información Legislativa que coordina, Gabriel Pereyra Lanza, tiene una plantilla laboral con seis empleados, mientras que en la Dirección de Comunicación Social, que dirige Jorge Rogelio Sosa del Bosque, tiene a cuatro empleados. Por lo que respecta, el Instituto de Investigaciones Jurídicas Parlamentarias que coordina el ex procurador, Raúl Felipe Garza Serna, tiene a tres personas que lo apoyan.

Un dato interesante, es que el Congreso cuenta con tres Secretarios Técnicos de Comisión: Rosa Patricia Cepeda Contreras, Gerardo González Flores y José Alejandro Sánchez Torres.

A esta lista faltaría de agregarle los 25 legisladores que cobran excelentes sueldos y donde casi la mitad de ellos no ha hecho un papel digno para que ganen lo que ganan como Jorge Alanís Canales, Indalecio Rodríguez López, Flor Esthela Rentería Medina, Antonio Juan Marcos Villarreal, María del Rosario Bustos Buitrón y Juan Alfredo Botella Nájera.

Otros que también cobran en forma quincenal en el Congreso del Estado como legisladores son: José Luis Moreno Aguirre, Manolo Jiménez Salinas, Víctor Manuel Zamora Rodríguez, María del Rosario Bustos Buitron, José Francisco Dávila Rodríguez, Fernando de la Fuente Villarreal, Ricardo López Campos, Ana María Boone Godoy, María Guadalupe Rodríguez Hernández y Cuauhtémoc Arzola Hernández.

No se pueden quedar atrás, los diputados Fernando Simón Gutiérrez Pérez, Norma Alicia Delgado Ortiz, Edmundo Gómez Garza, Lucia Azucena Ramos Ramos, José Refugio Sandoval Rodríguez, Simón Hiram Vargas Hernández, Samuel Acevedo Flores y Norberto Ríos Pérez.

Algo que distinguirá a esta Legislatura es el despilfarro, el mal manejo financiero por la discrecionalidad que han mantenido en el gasto de imagen, renta de salones para sesionar en las juntas previas, y comilonas donde no se limitan en platillos y bebidas.

La historia juzgará a estos 25 improductivos legisladores locales que le cuestan al erario casi 2.5 millones de pesos al mes, que no han alcanzado el nivel de legislación que demandan los coahuilenses, porque la mayoría de las iniciativas sino es que todas, se las han enviado para el debate desde Palacio Rosa, eso sin considerar que se pueden contar por cientos las propuestas de los partidos que han hecho y que siguen en la congeladora.

Lo más lamentable, es que uno que otro diputado se cree con derecho a seguir dentro de la política en Coahuila, y sobre a aspirar próximamente a un cargo importante no por derecho propio, sino sólo por ser bien visto por el gobernador Rubén Moreira Valdes y por el ex gobernador, Enrique Martínez y Martínez.