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el periodico de saltillo
Agosto 2014, ed. #306


La barbarie de los judíos israelíes

Lo que está sucediendo hoy en Palestina, deriva del odio infundido
a los niños judíos sobre el pueblo palestino. Para Israel cualquier
pretexto es bueno para hacerse de más territorio.


Augusto Hugo Peña Delgadillo.


A principios de junio del 2014, la desaparición de tres jóvenes seminaristas judíos que se encontraban en territorio palestino (en Cisjordania) y que posterior- mente sus restos fueron encontrados cerca del lugar de su desaparición, la tensión regresó a Palestina, porque el gobierno judío de Benjamín Netanyahu culpó de la muerte a combatientes de Hamas, siendo que Hamas sólo tiene presencia en Gaza y no en Cisjordania.

Independientemente de quienes hayan dado muerte a los jóvenes judíos, porque ninguna indagatoria ha esclarecido el triple homicidio, el ejército judío por orden del primer ministro, emprendió una campaña de bombardeos a Gaza, precisamente sobre locaciones de Hamas. Cualquier pretexto es bueno para robar trozos de Palestina.

En represalia como signo de defensa, los palestinos lanzaron cohetes sobre territorio israelí, ocasionando daños materiales. En medio del conflicto, pandillas de muchachos judíos, secuestraron al joven palestino de nombre Mohamed Husein Abu Jdeir, lo quemaron vivo, este hecho muestra que los jóvenes judíos sólo han aprendido del conflicto: 1.- A considerarse víctimas, cuando fueron sus padres precisamente, los que robaron la tierra, la cultura y la tranquilidad al pueblo palestino; 2.- A que la historia que ellos tejen sobre el holocausto en Alemania, les obliga a anteponer cualquier rasgo de humanismo, aduciendo el sufrimiento que sus ancestros recibieron del régimen nazi, y 3.- A odiar por sistema, sin razonamiento alguno, a los palestinos. Desde niños les enseñan a estos jóvenes judíos que el enemigo es el palestino y que hay que odiarlos por sobre todas las cosas. La mismo consigna que “Delenda est Carthago” en la Roma de Catón el Viejo.

La imagen de corte sublimática que les imprimieron en sus mentes, desde niños a los judíos, es la que cada palestino es un terrorista y que ellos no podrán vivir en paz hasta que eliminen a todo el pueblo palestino o lo obliguen a marcharse a otras naciones para dejar para los judíos solamente, el suelo que Dios, según la Biblia, les prometió. El nombre de los judíos que quemaron vivo a un joven palestino ha sido guardado en el anonimato para no “desprestigiar” a sus familias. Tres de esos asesinos ya están confesos y el presidente y el Primer ministro judíos, solo se han comunicado con la familia de la víctima para ofrecerles una condolencia hipócrita.

Yo no pondría en duda, que los tres judíos asesinados hayan sido víctimas de alguna pandilla de israelitas judíos, jóvenes con la mente enferma por el lavado de cerebro que les aplican desde niños. Este no sería el primer caso en que judíos asesinen a alguien con el fin de culpar a los palestinos y así disfrazar de represalia, ataques premeditados para hacerse de más territorio palestino, y llevar a cabo el proyecto sionista de hacer el gran Israel, un plan totalmente erróneo e inviable porque Israel jamás será una nación grande mientras sus habitantes y dirigentes sean criminales consuetudinarios y desalmados como lo son.

Un caso emblemático de este tipo de acciones lo tenemos con el asesinato de Bechir Gemayel y 20 de sus lugartenientes, los que fueron masacrados por medio de una bomba colocada por órdenes de Ariel Sharon, ex primer ministro judío, en sus oficinas de Ashrafíe, un barrio de Beirut, el 14 de septiembre de 1982. Este atentado fue premeditado para provocar ira entre los seguidores de Bechir, el que en esos momentos era presidente electo de Líbano, y fabricar una falsa culpabilidad contra palestinos de los campos de refugiados de Sabra y Chatila. Arien Sharon mandó cercar los dos campos de refugiados con tanques israelitas y armó a una torva de fanáticos maronitas (cristianos) para perpetrar lo que todo el mundo sabe; masacrar a 2,288 refugiados palestinos, los que en su mayoría eran mujeres, niños y ancianos. Así se las gasta Israel, un estado terrorista que sabe sacarle raja a sus propios crímenes, como estos de Sabra y Chatila, un crimen de lesa humanidad, como muchos otros perpetrados por Israel, contra la humanidad del pueblo de Palestina. O, ¿usted qué opina, apreciable lector?

ah.pd@hotmail.com

 
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