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el periodico de saltillo
Agosto 2014, ed. #306


Partidos políticos: comparsas del PRI


Armando Montalvo Olivo.

Muy a su estilo y de lo mucho que se puede deducir de los escenarios electorales que se pronostican para los próximos meses en Coahuila, hasta hoy el gobernador Rubén Moreira Valdéz demostró tener en sus manos todos los hilos del control político, pese a las críticas que puede recibir.

Rubén sabe que el “carro completo” que alcanzó el partido tricolor en las recientes elecciones para diputados locales, no sólo sorprendió a la mismos priistas coahuilenses, sino a la dirigencia nacional que encabeza a nivel nacional César Camacho Quiroz y la ex gobernadora yucateca Ivonne Ortega Pacheco, quien por cierto tiene un aprecio especial por esta entidad desde hace tiempo.

Con toda certeza, Rubén Moreira al igual que sus operadores son los únicos que sabían que estaba garantizado el triunfo en los 16 distritos electorales en Coahuila, muy a pesar de los informes internos que se tenían de que no habría “carro completo” en este proceso electoral, porque se pronosticaba de que por lo menos dos distritos perdería el Revolucionario Institucional.

Las conclusiones de estas elecciones que ahora se ventilan ante la opinión pública, como de que el PRI ganó porque la gente no salió a votar, de que el Instituto Electoral y Participación Ciudadana en Coahuila, que dirige el consejero presidente Leopoldo Lara Escalante es un “títere” del Ejecutivo y no hizo promoción del voto, de que el Gobierno del Estado liberó recursos millonarios para dárselos a la familia priista para que saliera a votar solo por sus candidatos, son tan solo algunas informaciones que trascienden en los diferentes puntos de reunión del Estado.

Esta es la realidad aunque no la quieran reconocer los mismos priistas detractores que viven del presupuesto y hablan de quien hoy gobierna. Rubén Moreira hizo notar su poder absoluto que tiene de la política en Coahuila. Su control para maniobrar a lo largo y ancho de la entidad, una vez más salieron a relucir dejando en evidencia de que ninguno de los 13 partidos políticos registrados oficialmente en el IEPC, le hacen sombra al PRI, que sigue manipulán- dolos a su antojo.

Nadie descartaría de que el ex gobernador Humberto Moreira haya “metido” sus manos en este proceso de elección, pero la “operación” electoral que creó y llevó a cabo el Gobernador, tiene un objetivo y una lectura clara y precisa; el escenario político en la entidad lo tiene hasta hoy Rubén y nadie más.

Sus subordinados David Aguillón Rosales, presidente del PRI, al igual que el ex edil de Torreón, Miguel Riquelme Solís y el Secretario de Gobierno, Armando Luna Canales, son sus operadores incondicionales en los últimos procesos electorales, y lo volverán a hacer en las votaciones para diputados federales en los meses próximos.

Aunque faltan algunos años para la sucesión gubernamental, para muchos de la clase política estatal, estos tres personajes de la vida diaria son los “alfiles” del Ejecutivo para relevarlo en su momento y si las condiciones así lo permiten.

Son ellos, quienes se encargan de maniobrar y arreglar a los desgastados partidos políticos en donde la mayoría de sus líderes sólo les importa el dinero y el poder para enriquecerse. Llámese PAN, PRD PVEM, SocialDemocrata, Partido Campesino, entre otros.

Es triste, pero esto es el panorama político en Coahuila. La estrategia ordenada y efectuada por este trío de funcionarios va más allá. Se han encargado de manejar a su conveniencia a quienes dirigen estas organizaciones políticas que no hacen una política verdadera para ganar adeptos, sino más bien acciones para embolsarse millones de pesos en sus bolsillos.

Algo que describe a estos partidos de oposición en la entidad, es que se caracterizan por hacer política sólo en restaurantes y en los medios de comunicación, pero están lejos de defender las verdaderas causas de los ciudadanos coahuilenses. Son un fiasco para quienes viven en esta entidad.

Un ejemplo de lo anterior es la llegada al Congreso del Estado de los diputados por la Vía Plurinominal de José Luis López Cepeda y de Abundio Ramírez Vázquez. el primero del Partido Campesino Popular y el segundo del Partido de la Revolución Coahuilense.

Ambos son considerados desde este momento por los mismos priistas como los “porros” que apoyaran al diputado tricolor José María Fraustro Siller (próximo presidente de la 60 Legislatura) para mantener bajo control las sesiones y todo lo que ahí se ventile.

Pero, también se asegura que no habrá necesidad de esto, si se considera que los legisladores estarán bajo control, y sólo el panista Jesús de León Tello se le considera desde ahora como el diputado que podrá alzar la voz en tribuna, pero hay que esperar porque no vaya a ser que la ambición le gane.

Si bien, en este momento algunos partidos políticos como el PAN y la UDC, entre otros, interpusieron recursos legales ante los órganos judiciales correspondientes por no estar conformes con los resultados finales del proceso electoral del 7 de julio. Lo cierto, es que difícilmente estas demandas tendrán un fallo a su favor y se quedarán con lo que tienen.

Aunque no lo quieran aceptar y reconocer sus detractores, Rubén Moreira Valdéz es el estratega absoluto y certero en la política coahuilense por lo que hace y por lo que se propone hacer. El proceso electoral federal que inicia en octubre será para confirmar su liderazgo político triunfador o el inicio de una debacle planeada desde el centro del país.

Lo que ocurra a partir de este momento advertirá del rumbo que seguirá la entidad hacia la sucesión en el 2017.

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