publicación Online
 
 
el periodico de saltillo
Edición No. 300, febrero 2014


¿Existe otra forma?



Fidencio Treviño Maldonado.


La pregunta es sencilla y no tiene muchas letras, y va sobre la imposición en este país de todo. Metafóricamente los mexicanos somos ladrillos y nuestros gobernantes son malos albañiles, nos acomodan cuando y donde quieren y si es posible trozan o parten para que el acomodo sea mejor, así que protestar, manifestarse, alzar la voz, parece ser la única forma que medio a surtido efecto en el país. La mayoría, sino es que todos, estamos de acuerdo en que no es el método, criticamos a los que protestan, marchando, obstruyendo avenidas, carreteras, puentes, los tildamos de borregos, de intolerantes, de anarquistas, y cientos de epítetos más…

¿Pero existe en este país otra forma que no sea la protesta multitudinaria para lograr algo? ¿Cuál? ¿Acaso el diálogo con la clase gobernante y política en el poder? ¿Cómo? Mandando cartitas, telegramas, recabando millones de firmas, amparándose, portando ropa de color rosita o blanca, con velitas encendidas, o usando frente a las cámaras de la tele el gesto clásico de llevarse la mano a la cabeza, gimiendo lastimosamente en plañidero coro para que vean la angustia de los que imploran y que se les tome en cuenta.

Regular las protestas sugiere alguien de la clase política y cientos de lacayos y recuas que le acompañan dijeron que sería lo mejor, -hacer protestas civiles, moderadas y desde luego controladas- esta frase que ni siquiera llega a opinión, es todo lo que da el cerebro de un político o conductor de televisión de muchas barras y estrellas. Si las marchas u otro tipo de protesta se regulan, lógico y por sentido común se recontra entiende que dejan de ser protesta.

El movimiento de masas, por años fueron dos fuerzas los que mantuvieron el control de conciencia en el país: una, fue y sigue dándolo nuestros políticos, el acarreo por paga o material, incluyendo escuálidas despensas, comida o refrescos, mítines, apoyos, actos de presentación, informes, etc.; y el otro, que moviliza y paraliza el país, lo son los actos religiosos, el mayor es sin duda el 12 de diciembre.
Ahora son otros actores los que llegan a formar parte de esta historia de movimientos masivos y son los que se han salido del conductismo, del mismo pragmatismo y que escépticos con un racionalismo dogmático se niegan a obedecer o acatar órdenes de alguien que ellos consideran no tiene el derecho de mandar, porque no siempre el que ostenta el poder tiene la autoridad, ni se le da el derecho de hacer lo que le venga en gana.

En este país ningún ciudadano puede decir que tiene certezas en nada, siempre la duda aunque sea mínima está presente por lo cambiante de nuestra clase política, y a ese vaivén también se mueve todo a su entrono, desde la economía, educación, sistemas de salud y todos los parámetros que un día antes hubo, para ahora ya no existen, entonces en vez de certezas, en el pueblo siguen habiendo puras sospechas.

Sin embargo, nuestra idiosincrasia está intacta, y como nuestra memoria es de teflón se nos olvida que esta patria se formó por dos grandes protestas armadas: La Independencia y La Revolución, y aunque en la actualidad ninguna de las dos sirve para nada y fue inútil las vidas que se perdieron, al menos aun estos dos grandes movimientos se siguen recordando con discursos y desfiles caricaturescos.
Muchas veces somos nosotros mismos los que traicionamos a la patria. Cuando Hernán Cortés fueron las mismas tribus quienes le dieron el triunfo sobre los Aztecas. Hidalgo fue traicionado por mexicanos. A Maximiliano lo trajeron los mexicanos ricos para que nos gobernara. Cuando los gringos se apoderaron del Castillo de Chapultepec en 1847, fueron los cocineros y panaderos mexicanos quienes los alimentaron por más de un mes para que nos robaran hasta los archivos que aun guardan en Austin, Texas.

Tal vez la forma violenta no sea la manera de protestar, porque de violencia estamos hasta el tope, pero al menos si aun conservamos una migaja de aquella Raza Cósmica, podemos comenzar por nosotros mismos, no pidiendo, sino exigiendo a nuestros gobernantes cumplan para lo que fueron electos: Para servir al país, y no para servirse del país...

kinotre@hotmail.com




 
© 2014 El Periódico de Saltillo contacto@elperiodicodesaltillo.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

     
carton noviembre 09 Noviembre 09 Rufino