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el periodico de saltillo
Julio 2014, ed. #305


¿Qué pasa con los ancianos?
(Parte III… ¿Conclusión?)


Ángel Zavala jr.

En las dos partes anteriores de esta colaboración he tratado, con todo respeto, el tema de la ancianidad, esa etapa de la vida a la que todos queremos llegar rodeados de hijos y nietos que nos apapachen, cuiden de nosotros y nos llenen de comodidades; nos atiendan, tomen en cuenta nuestros consejos y experiencia y otras esperanzas que en la práctica se esfuman como pompas de jabón.

La realidad que los ancianos sufren, además del abandono, es el maltrato, el confinamiento hasta lo más lejano de la casa, como un objeto más. Pensarán ustedes, amables lectores, que exagero, sin embargo, el acelerado modo de vida de muchos jóvenes actuales carente de un plan de vida para el futuro, se limita a vivir el HOY, a satisfacer sus necesidades personales hoy, a obtener lo necesario para su diversión hoy. La experiencia del anciano de poco o de nada sirve para encauzar esa energía juvenil que se desborda. Así es que cualquier recomendación que haga el anciano para evitarles ser dañados por alguna situación negativa o algún conflicto, queda relegada como el anciano mismo, como lo que entra por la oreja derecha y sale por la izquierda.

Ahora bien: de nada sirve una legislación que en teoría protege al anciano… se pueden emitir y reformar leyes, aplicar las vigentes, recurrir a instituciones de protección e integración familiar, pero todo eso se estrella ante la actitud que la familia del viejo manifiesta ante estas disposiciones. De nada vale, incluso, imponer alguna clase de pena a quien abandone o maltrate a un anciano. El DIF, cuya función social es la integración familiar, debe dar seguimiento a cualquier denuncia de abuso en contra de niños o ancianos.

Así lo establecen sus principios, que se remontan a los años sesentas, con la creación del INPI (Instituto Nacional de Protección a la Infancia), iniciativa de la Sra. Eva Sámano de López Mateos. Posteriormente, sus alcances se extendieron al resto de la familia, cambiando el INPI de aquellos años al Sistema Integral de la Familia, DIF, que a nivel nacional funciona actualmente.

Si bien es cierto que a través de esta dependencia la protección al anciano constituye una de sus funciones primordiales, y que por lo mismo las personas de la tercera edad son objeto de descuentos en los sistemas de transporte público, urbano y suburbano; en el pago de derechos de control vehicular e impuesto predial y de muchas otras ventajas, lo principal, lo afectivo, en muchos casos continúa fuera del alcance del anciano.
LOS ASILOS O CASAS DE REPOSO PARA ANCIANOS

En alguna ocasión se me comisionó para entrevistar a un anciano el Sr. JAQUES (Q.E.P.D.) que estaba alojado en una casa de reposo para ancianos. Además de las anécdotas personales que me narró, y que eran el objeto de la entrevista, pues se trataba de un reportaje acerca de la experiencia de la gente mayor, como no queriendo dejó entrever que muchos de ellos eran maltratados, no se les administraban sus medicamentos, su ropa y sus camas sucias, la comida fría y además algunos empleados del asilo les ponían apodos que el Sr. JAQUES consideraba ofensivos, como “El Pata Larga”, un ancianito amputado de una de sus extremidades; “El Loco”, “El Negro”, “La María Liachos”, una viejecita que deambulaba por las calles arrastrando un gran “quimil” de trapos sucios , y otros sobrenombres que provocaban la risa de aquellos que supuestamente cuidaban de los viejitos.

“Si mi familia, que tiene el deber de ver por mí, no lo hace, menos lo van a hacer estos jóvenes que trabajan en el asilo que no nos tienen compasión” –manifestó tristemente el Sr. JAQUES.

“Papá -o Mamá- allí vas a estar bien, te van a cuidar, te van a dar tus medicinas, la comida que te gusta… ándale, anímate… ya ves que nosotros no podemos atenderte, tu sabes, el trabajo, los muchachos…”

“¡Si, ingeniero, con todo gusto recibimos aquí a su Papá o a su Mamá!... sólo que además de sus datos personales, le vamos a encargar una pequeña cuota de recuperación mensual, o si la personita es pensionada, entonces nos debe dejar su tarjeta bancaria y su NIP de acceso a los cajeros automáticos, para que estemos en condiciones de ofrecerle cuidados integrales a su familiar y así no se molesta usted en traer su aportación hasta acá. Ah, pero eso sí: ¡No deje de visitarlo (a) no lo abandone. Nosotros aquí le vamos a dar toda la atención que requiera, no se preocupe…!”

¡Qué impacto, que experiencia tan amarga para el anciano! … ¡de pronto verse entre gente desconocida, en “casa ajena”! Cuando pequeños, de seguro nos quedamos a dormir en “casa ajena” y todo pudimos, menos dormir…esa situación debe ser absolutamente traumática para una persona acostumbrada a otro modo de vida. Me aterra pensar en que a una edad más avanzada, o quedarme solo y más viejo, fuera a pasar mis últimos días en un lugar de esos, me imagino sentirme enterrado vivo.

Tampoco puedo ser tan extremista y pensar que mis hijos me dejarían allí. He tratado de sembrar en ellos los valores de la responsabilidad y el respeto por la gente mayor…pero no desecho la posibilidad y debo estar preparado.

ANCIANOS PEDIGÜEÑOS

Los puede usted ver por todas partes: cruceros, mercados, calles transitadas, pórticos de iglesias, a la salida de los bancos; vestidos de danzante, tocando el violín o el acordeón; semi-ciegos, en muletas o con andadores. Puede también encontrar a mujeres ancianas cubiertas de ropa oscura bajo los ardientes rayos solares, sentadas en cuclillas por largas horas, con la palma de su mano hacia usted, para solicitarle su caridad.

Muchos de esos ancianos, o son explotados -en la mayoría de los casos- o ya se hicieron “mañosos”. De todo a la mata. Si son explotados qué mal… ´pero si ya se hicieron mañosos, peor, porque ya hicieron de la limosna su modus vivendi.

En una de tantas Universidades Autónomas que funcionan en el mundo, existe una facultad de Ciencias Humanas, con la carrera Desarrollo Humano.

Los maestros EDUARDO ARBALLO DELGADO Y LUIS ALBERTO HERNANDEZ CORTÉS, bajo la coordinación de la Maestra NORMA ALICIA JIMÉNEZ NURAKAMI, publican en internet algunas reflexiones sobre el paso del hombre por la vida, recordándonos que la fuerza que tuvimos cuando jóvenes va a desaparecer, el cuerpo se cansará más fácilmente, así como llegó la fuerza, así se irá; cuando hablemos diremos solo disparates y que tal vez te sientas satisfecho con lo bueno o malo que hiciste en tu juventud, o tal vez no…

En seguida, un video que ilustra algo de lo que he tratado en estas colaboraciones. Los viejos repiten una y mil veces las mismas palabras, lo que impacienta a los jóvenes que lo escuchan.

Aparecen en escena dos personajes: un anciano y un joven, al parecer su hijo, que lee el periódico. Al ver una avecilla que se posa en el pasto, el anciano pregunta: ¿qué es eso?
“Un gorrión”, contesta el joven.

Pasan unos segundos. El viejo vuelve a preguntar: ¿qué es eso?
“¡Un gorrión!”, dice el joven, impaciente, y sigue leyendo su periódico. Sin embargo, el viejo pregunta por tercera vez: ¿qué es eso?
“¡Un gorrión, g-o-r-r-i-ó-n-, un gorrión!”, grita el joven exasperado.

El viejo entonces se levanta, va a la casa y trae consigo un libro. Lo abre en una de sus páginas y se lo entrega al joven. Este comienza a leer… ¡En voz alta!, pide el anciano.

“Hoy, mi hijo pequeño que hace unos quince días cumplió 3 años, estaba sentado al lado mío en el parque, cuando un gorrión se posó delante nuestro. Mi hijo pequeño me preguntó 21 veces ¿qué era eso? Y yo le respondí las 21 veces: ¡es un gorrión! Lo abracé cada vez que me preguntaba una y otra vez sin enojarme. Siento mucho cariño por mi hijo pequeño”…

Después de esbozar una sonrisa, el anciano recibe de su hijo un gran abrazo. Los jóvenes de hoy necesitan reflexionar en aquella sentencia bíblica que dice: “Como te ves me vi,…como me ves te verás”; leer en voz alta lo que la experiencia del viejo ha escrito y comprender la necesidad de amor y paciencia que requieren, tal y como alguna vez ellos nos comprendieron y tuvieron paciencia con nosotros, cuando fuimos niños.

ángel.zavala14@hotmail.com

 

 
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