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el periodico de saltillo
Noviembre 2014, ed. #309


Acrecentar el sentido común

Salomón Atiyhe Estrada.

Cuando nuestros sentidos no funcionan en una forma predeterminada o con previa organización, al área de la conciencia y de la atención llega todo lo que percibimos de una manera dispersa, acrítica, convencional y espontánea, y al conocimiento adquirido de esta manera se le llama Sentido Común.

El sentido común es un conocimiento espontáneo en su origen, en razón de que el conocimiento se da sin haberlo buscado conscientemente, a veces se produce por la necesidad de dar respuesta inmediata a problemas que se nos presentan de improviso. Refleja a la realidad de un modo disperso con un conocimiento ordinario que se limita a explicar los hechos aisladamente sin establecer relaciones entre ellos. Y está basado en la convención debido a que este tipo de conocimiento se basa en lo tradicional que una sociedad acepta en su mayoría, tiene vigencia en la conducta social como si existiera un acuerdo común y es compartido y utilizado socialmente hablando.

Pero a pesar de que muchos conocimientos comunes que son prudentes o buenos vienen desde la antigüedad y han perdurado estableciendo creencias que el pueblo acepta por ser de ‘buen juicio’, el Sentido Común no es tan común, se suele decir. Aristóteles afirmó que “el sentido común proporciona un lugar en donde todos los sentidos se juntan y en el cual se procesan las informaciones entregadas por dichos sentidos; el resultado estaría disponible mediante la conciencia.” Y como ningún ser humano es igual a otro cada quien tendrá una capacidad de sentido común diferente merced a sus diferentes experiencias. John Locke propone algo similar al decir que “el sentido común es el algo que hace que varias sensaciones se procesen y resulten como una sola impresión.” Religiosamente hablando el sentido común es la conciencia que nos fue dada, la Luz de Cristo o Espíritu, para sentir qué está bien y qué está mal.

Algunos temas que se han relacionado con el sentido común son las intuiciones, el buen sentido, el lenguaje común y los axiomas, entre otros. Dentro de la tecnología de lo obvio podemos inferir: si estudio bien y me preparo para los exámenes aprobaré el año escolar; luego, por qué muchos estudiantes no aplican este conocimiento tan común; tratar de explicarlo nos llevaría a un sin número de detalles bochornosos: flojera, falta de responsabilidad, falta de conciencia social, etcétera. Pero los que desarrollan el hábito del estudio con armonía y responsabilidad y conocimiento de causa de para qué estudio, siempre aprueban con buen desempeño.

Para acrecentar la capacidad de usar el sentido común es necesario reflexionar sobre los acontecimientos locales, estatales, nacionales e internacionales. Es común que el ambiente se llene de dichos, frases célebres, citas, refranes, chistes, dichos populares que reflejan el sentir inmediato, del pasado histórico donde el sentido común se deja sentir; como la siguiente interrogante: si no sueltas el pasado con qué mano agarras el futuro. El Pueblo suele quejarse por medio de composiciones como ésta: el pobre trabaja. El rico le explota. El soldado defiende a los dos. El contribuyente paga por los tres. El vago descansa por los 4. El borracho bebe por los 5. El banquero estafa a los seis. El abogado engaña a los 7. El médico mata a los 8. El sepulturero entierra a los 9. El político vive de los 10. El inferir con humor sintetiza la forma de percibir a la sociedad. A veces se refuta juicios dados por aceptados por todos dentro del sentido común: ‘El que calla no siempre otorga, a veces no tiene deseos de discutir con idiotas’.

La cultura es un patrimonio de la humanidad, por lo mismo, hoy, con el beneficio del Internet se obtienen capsulas de conocimiento, de experiencias que advierten a ser juiciosos, nos hacen reflexionar e invitan a un cambio de conducta que ya es necesario, como reza el dicho: una persona cambia por 3 razones: aprendió demasiado, sufrió lo suficiente o se cansó de lo mismo. Pero cuidado: ‘el que no sabe lo que busca…no se conforma con lo que encuentra.

El pueblo percibe al gobierno, a los políticos y al sistema como algo corrupto, esto es ya un juicio común y lo expresan así: Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día. Donde pintar un graffitti es un delito y matar un toro es un arte; donde la forma de vestir se valora más que la de pensar; donde la pizza llega más rápido que la policía; donde los animales son mejores amigos que las personas, y donde no se intenta solucionar los problemas sino convivir con ellos. El sentido común del pueblo dice: policías en todas partes, justicia en ninguna. Un hombre inútil es una calamidad, dos son un bufete de abogados, y tres o más son un gobierno. Miren éste: Los abogados ociosos tienden a convertirse en políticos, por lo que mantener a los abogados ocupados tiene cierto valor social. De la prensa dicen: si no lees el periódico serás un desinformado; si lees el periódico serás un mal informado.

Einstein dijo: “la mente que se abre a una nueva idea jamás regresa a su tamaño original.” Por eso cuando el pasado te llame no lo atiendas, no tiene nada nuevo que decirte; no olvides que la única lucha que se pierde es la que se abandona. La experiencia sobre la conciencia emocional común nos advierte: “en medio de una alegría, no hagas promesas; en medio de un gran enojo, no respondas mensajes.” “La envidia existe sólo en aquellas personas que no saben aceptar la felicidad de los demás.” Por lo mismo: “soy la alegría de quien me ama, la tristeza de quien me odia y la preocupación de quien me envidia.” Por eso se deduce que “la envidia es mil veces más terrible que el hambre, porque es un hambre espiritual.” Y sobre la forma de ser ‘vale más que te rechacen por ser sincero, a que te acepten por ser un hipócrita’.

El conocimiento común también viaja a través del tiempo montado en los proverbios; un proverbio persa reza: “recuerda que el día en que naciste todos reían y tú llorabas; vive de tal manera que cuando mueras todos lloren y tu rías.” Un proverbio chino dice: “el tiempo que uno pasa riendo es tiempo que pasa con los dioses.” Y el proverbio africano: “La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre.” El proverbio mexicano advierte: “Todos los hombres estamos hechos del mismo barro pero no del mismo molde.”

El sentido común nos ayuda a regir nuestra vida, ampliar la capacidad de comprensión y entender mejor a la sociedad en que vivimos, por eso debemos acrecentarlo reflexionando acerca de todas las experiencias que nos comparten por la red. Los maestros en la escuela deben jugar didácticamente con sus alumnos, invitándolos a expresar lo que entiendan de las frases célebres, de los proverbios, de los refranes; y bueno, como dijo Jonathan Swift: “Ojalá vivas todos los días de tu vida”. Hasta la próxima entrega nos leemos. (Fuente de consulta: varios correos por Internet).

 
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