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el periodico de saltillo
Octubre 2014, edición #308



La paja en el ojo ajeno…

José Epifanio Salazar Chaires.

Uso y abuso del celular

¿Qué tal, estimados lectores? Después de una ausencia de este Periódico de Saltillo, motivada por causas ajenas a mi voluntad, aquí, de nuevo, para tratar de ver “la paja en el ojo ajeno”.

Por supuesto tiene usted su teléfono celular. También tiene el suyo cada miembro de su familia. Los compañeros de trabajo, la novia, el novio, los amigos. En estos tiempos no te puedes sustraer al uso del celular. Pero tampoco al abuso.

Y sobre todo eso, puesto que los actuales celulares vienen equipados con una y mil aplicaciones que ya rebasaron las básicas como la comunicación interpersonal.

Desde cámara fotográfica, cámara de video, grabador de voz, internet con diversas funciones, como el what’s up?, chat, facebook, correo electrónico, reproducción de música, calculadora, agenda, y etc., etc.

Cuándo me imaginaría yo usando un celular. El primero que tuve, uno de la marca Motorola, me asombró cuando estando en la ciudad de México, a bordo de un vagón del Metro, recibí una llamada desde Saltillo, de un teléfono local. Esto ocurrió en 2006. El aparatito sólo enviaba y recibía llamadas y mensajes. El que tengo ahora no sólo me sirve Pero poco a poco me voy acostumbrando a su uso.

De las incipientes formas de comunicación a distancia, a la “comodidad” que nos ofrece en la actualidad un teléfono celular, existe una enorme distancia de tiempo, descubrimientos, experimentos, investigaciones, búsqueda de perfeccionamiento constante… desde los experimentos de Guillermo Marconi, (Radiotelegrafía sin hilos), Alejandro Graham Bell (Inventor del aparato telefónico), hasta llegar a los trabajos del creador del celular, el norteamericano Martin Cooper, en el año 1973. Como lo dijo Neil R. Armostrong al pisar la luna por primera vez: “un pequeño paso para el hombre; un gran paso para la humanidad”. E l teléfono celular, además de la computadora, el internet, la radio digital, la televisión a colores y en tercera dimensión, no fue un “pequeño paso para el hombre”, sino grandes pasos para todos los hombres y mujeres que usamos y abusamos del celular.

El primer teléfono celular

Ninguno de los chavitos que se pasean diariamente con su celular en la mano, y que un aparato tan pequeño –y tan lleno de funciones y aplicaciones- , en sus orígenes, (allá por 1973), el primer aparato, ideado, creado y estrenado por Martin Cooper, construido por la compañía Motorola, y con un costo de solamente 1 millón de dólares (según cotización actual del dóllar) pesaba solamente 1.5 kilogramos; la carga de la batería, parte importante del teléfono celular, duraba 20 minutos, pero como afirmó en broma Cooper, “eso no era un gran problema, porque no podías sostener el teléfono durante tanto tiempo”. El peso de aquellas baterías equivalía al de 4 o 5 veces el de un teléfono celular actual. Para 1983, el costo de un celular era de US $ 4,000.00

El precio en pesos mexicanos, puede variar actualmente, pues va de los 8 mil a los 300 pesos (o menos, en los tianguis, aunque muchos te los venden bara porque son “calientes”).

Tanto es el uso del celular en el mundo, que se cree que si cada uno tenemos un aparato, se cuentan por millones; además, el número de llamadas y mensajes es infinito y ocurre cada segundo. Comparativamente, en los ochentas, los pocos teléfonos móviles estaban instalados en autos propiedad de quienes podían pagar su costo. Las llamadas se hacían vía satélite únicamente. Hoy, con los adelantos tecnológicos existen antenas de telefonía celular que facilitan el envío y reenvío de señales. Además, claro, de las facilidades que ofrece el sistema de internet.

Es tanto el uso del celular en el mundo, como lo dije en el párrafo anterior, que Martin Cooper y su equipo soñaban que en el futuro cada uno podría tener su celular, inclusive bromeaban diciendo “que cuando alguien naciera se le asignaría un número de celular y, si no contestabas, estabas muerto”.

A sus 81 años de edad, Cooper afirma que no tenía ni idea de que “cosas como el facebook y twiter, y todos esos conceptos ocurrirían”. La nueva generación de los teléfonos inteligentes ha revolucionado la industria y ha cambiado completamente la forma en que las personas utilizan, tanto que se ha convertido, como dice Cooper, “en una monstruosidad”. El avance y perfeccionamiento de su invento, hará que en el futuro “el celular a largo plazo será algo que vendrá incrustado bajo nuestra piel, bajo la oreja, junto a un computador que es, en realidad, tu esclavo”.

Abuso del teléfono celular
Recuerdo aquellos celulares de los noventas, conocidos como “ladrillos”, un tamaño más pequeño en comparación con el primero de Cooper, pero mucho más grande que un celular actual. Únicamente quienes podían comprarlos, algunos “juniors”, podían lucirlos en la mesa del restaurante y poner de acuerdo a sus amigos para que a cierta hora, les marcaran, poder contestar y que todos los comensales se dieran cuenta de que “trae un celular”.

Empresarios, durante cualquier reunión, debían contestar su celular, aunque fuera Domitila, la criada, que le recordaba las compras para la comida del día. Obviamente, al contestar, se levantaban de su asiento y engolando la voz, como si estuvieran hablando con el mismísimo Presidente, a todo lo que escuchaban, decían que “sí, okay, te llamo en una hora”, etc.

Ahora cualquier desarrapadito, como yo, tenemos un celular, lo cual ya no es la gran cosa; se ha vuelto tan común como pagar una recarga de 20 pesos y que la lana vaya a las cuentas multimillonarias de Carlos Slim.

Algunos usos del teléfono móvil

Para cualquier sitio que vuelvas la cara, vas a ver a una persona, niño, adolescente, joven, maduro o viejo, haciendo uso de algún celular. El otro día observé a un campesino, que montado sobre un borrico cargado con tierra para macetas, manipulaba entre sus rudas manos, un celular.

Un niño sonreía, mostrando toda su dentadura, escuchando su música en un celular, mientras otro más pequeño lo miraba con envidia. Era el mes de diciembre. De seguro, el celular era su regalo de Navidad y representó para sus padres un gran desembolso adquirirlo. No pudieron comprar otro aparato para su hijo más chavito.

Jovencitas y jovencitos –chiquillos y chiquillas– llevan siempre consigo su teléfono celular. Los colores, tamaños y funciones varían según la marca, el precio y el status económico del que lo compra. Los hay rosas para muchachas y muchachos… perdón; únicamente para muchachas. Los chicos los usan en cualquier otro color que no sea rosa… En el autobús de pasajeros, a la hora de salida de la escuela, los muchachos van haciendo muchísimo ruido entre ellos, mezclado con la música que sale de sus celulares, de diferentes géneros; no se entiende ni uno ni otro. Como dijo Cooper, “ya es una monstruosidad”.

¿Para qué se usa un celular?... a saber:

• Para tomar fotografías, conservarlas en la memoria y luego publicarlas en el “face” o imprimirlas en las máquinas de las farmacias Guadalajara.

• Para presumir de todas las aplicaciones que tiene el aparato.

• Escuchar música a todo el volumen que produce el celular, sin audífonos, competir con otros muchachos que en la parte trasera del autobús urbano, escuchando, mezclados, a grupos como el de Celso Piña, Grupo Pesado, Los Caminantes y los Tigres del Norte.

• Para tomarse “selfies”, publicarlos en el “face” y quienes las vean digan: “qué chido”

• Para mensajearse respuestas de un examen en el mismo salón de clases.

• Para subir “eventos” a la Red, como casos de bulling o peleas entre muchachas de su escuela.

• Para fastidiarse la retina al no dejar de mirar la pantalla de luz, lo que va minando poco a poco el nervio óptico. Eso lo afirman los especialistas en oftalmología

• Para engatuzar muchachitas con el señuelo de que quien habla es un guapote, ojos azules, inteligente, rico, propietario de un auto del año y mil cosas más. Esto ocurre también en el uso del “facebook” y en otras redes sociales.

• Para que los “malos” hagan llamadas al azar desde el interior de los penales y extorsionen a algún incauto -o incauta- .

• ¡Ah, y además, y por último, para la comunicación interpersonal! …

Y usted, ¿qué uso le da al celular? Yo, sigo viendo la paja en el ojo ajeno. Hasta la próxima.

domingo96_am@hotmal.com


 
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